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La Sociedad Deportiva Logroñés ha llegado a la mitad de la temporada. Por delante, los blanquirrojos tienen los mismos partidos que han dejado atrás, 19, y un reto: cambiar una dinámica negativa que les ha llevado a las posiciones de descenso a Segunda Federación. La derrota del pasado domingo ante la Ponferradina les dejó en esos puestos de castigo tras una trayectoria claramente descendente marcada por las numerosas derrotas sufridas, hasta doce, y los cambios de entrenador.
La actual era una temporada de renovación para los riojanos. Tras un periodo de estabilidad tanto en los despachos como en el banquillo, Miguel Chocarro y Raúl Llona se marcharon y la entidad se veía obligada a contratar a un nuevo director deportivo y a un entrenador. Para el primero de esos puestos el elegido fue Juanma Barroso y este optó por Jordi Fabregat para hacer las funciones de técnico.
La del catalán era una apuesta personal de Barroso (ambos habían trabajado juntos en etapas anteriores) que apenas se prolongó durante siete jornadas en el tiempo. Y eso que la Sociedad arrancó la liga con un gran bagaje de nueve puntos de los doce primeros en juego que le llevó hasta el tercer puesto de la tabla. Sin embargo, tres derrotas consecutivas provocaron la destitución del técnico. Más que una cuestión de resultados se trató, según expuso el director deportivo en una rueda de prensa, de un tema de confianza. «Venimos de una serie de resultados negativos, que son los que siempre mandan en el fútbol, pero a partir de ahí el míster no se sentía respaldado, salvo por mi figura», sentenció Barroso.
El propio director deportivo tomó las riendas de los entrenamientos antes del encuentro de la octava jornada en Lugo, donde los logroñeses perdieron, y justo tras ese duelo el club anunció el nombre del nuevo entrenador: Andrés García. Otra llamativa apuesta. El madrileño contaba con un extenso recorrido fuera de España, pero la de la SDL era su primera experiencia en el balompié profesional nacional como primer entrenador. El perfil era muy diferente, tanto en métodos como en discurso, pero tampoco cuajó. Nueve partidos duró en el banquillo tras encadenar tres derrotas consecutivas en Las Gaunas y mostrarse como un equipo muy poco competitivo ante los rivales de la zona alta de la tabla. Ni siquiera los engañosos triunfos en Irún y Teruel le salvaron de la destitución.
En los últimos partidos con el madrileño, la Sociedad se mostraba como un equipo muy frágil en defensa y al que le costaba una eternidad crear peligro en el área contraria. No funcionaba con balón ni sin él, pero estaba fuera del descenso. Tras su adiós, se confió en un entrenador con más experiencia en categorías similares a la Primera Federación y buen conocedor del fútbol del norte: Aitor Larrazabal.
Dos partidos lleva el vasco y su Sociedad sí que crea ocasiones, pero no las mete. En defensa, por el contrario, sigue igual de frágil. «Tenemos un debe brutal sin balón», reconoce el vizcaíno. Como consecuencia, Larrazabal se ha estrenado con dos contundentes derrotas (3-0 en Tajonar y 0-3 contra la Ponferradina) y el equipo ha dado con sus huesos en los puestos de descenso por primera vez en el curso. «Hay mucho trabajo por hacer», sentenció Larrazabal en su última comparecencia, en la que se mostró preocupado por las sensaciones que deja el equipo, sobre todo en el terreno defensivo.
Este recorrido se ha visto salpicado de otras malas noticias. Los riojanos perdieron, por ejemplo, muy pronto, a uno de los jugadores que mejores sensaciones había dejado en los primeros compases del ejercicio. Rubio se cayó del equipo por una grave lesión y los logroñeses tampoco han podido contar durante buena parte de la competición con otro de sus pilares, un Dani Garrido al que se espera en el corto plazo. El valenciano y el riojano partían como titulares indiscutibles, así como Toni García, quien también ha dicho adiós al equipo, aunque en su caso por decisión propia. Ha fichado por el UCAM Murcia.
Más contratiempos para un equipo que ha dejado escasas buenas noticias, entre ellas el rendimiento de Jordi Escobar. Junto a él, han destacado en momentos puntuales futbolistas como el guardameta Iruarrizaga, el mediocentro Castellano, el defensa Murua o el extremo Óscar Fernández, entre otros, aunque a todos les ha costado encontrar continuidad en sus actuaciones. También se puede apuntar como una buena noticia la participación en varios encuentros del futbolista del Balsamaiso Jaráiz, quien incluso marcó el gol de la victoria en el duelo ante el Real Unión en Irún. En el lado contrario, destaca la poca participación de futbolistas como Pepe Carmona o Sergio Arratia, fichajes en el pasado mercado de verano, o la pérdida de protagonismo de Manny, cuyo rendimiento no tiene nada que ver con el del pasado curso. El dominicano es uno de los pocos futbolistas que continúan de la pasada temporada y su escasas apariciones contrastan con el peso que han ganado en el equipo otros jugadores como Paredes o Gexan.
«Necesitamos hombres que sientan y que tengan orgullo». Ese es el mensaje que mandó Larrazabal tras el enfrentamiento con la Ponferradina y esa es la base mínima sobre la que tratará de construir esta segunda vuelta de la competición para la que el equipo, tal y como reconoció el técnico, necesita fichajes. La Sociedad está obligada a cambiar de manera radical su rumbo si no quiere que las espinas que se ha encontrado hasta la fecha se vuelvan más puntiagudas. Parafraseando al vasco, «hay mucho trabajo por hacer», pero la mitad de la temporada ya se ha esfumado.
Tras caer el pasado domingo ante la Ponferradina, la Sociedad Deportiva Logroñés ya es el equipo de su grupo de Primera Federación que más derrotas ha sufrido en esta liga. Dudoso honor que comparte con otro conjunto en descenso, el Sabadell.
En doce ocasiones los blanquirrojos se han marchado de vacío esta temporada. En doce de los 19 encuentros disputados, el equipo que ahora dirige Aitor Larrazabal no ha sumado punto alguno. Cifra llamativa cuando se compara, por ejemplo, con la del colista del grupo, el Teruel, que contabiliza siete derrotas.
En el lado contrario de la moneda se encuentra la cifra de victorias de los riojanos. La SDL es el equipo que más triunfos ha celebrado de los siete que cierran la tabla clasificatoria. Suman los blanquirrojos seis partidos ganados, la mayoría de ellos ante rivales que compiten contra ellos por salvar la categoría. Ha ganado la Sociedad al Teruel (colista), al Sestao (penúltimo), al Sabadell (cuarto por la cola) y al Tarazona, equipo que marca la permanencia con dos puntos más que los riojanos. También se ha impuesto el bloque logroñés al Real Unión, que marcha duodécimo, y al filial del Barcelona, que ocupa el séptimo puesto en la tabla. El triunfo ante los culés llegó en la primera jornada de liga.
Muchas derrotas (demasiadas), bastantes victorias y muy pocos empates. La SDL es el equipo de grupo que menos tablas ha firmado. De hecho, solo uno de sus duelos, frente al Cornellá, finalizó con el marcador igualado.
Tampoco son buenos los números goleadores de la Sociedad Deportiva Logroñés, que se han visto lastrados por la mala dinámica que atraviesa el equipo en sus últimos compromisos. Ha marcado el conjunto riojano 17 dianas y ha recibido 29. Especialmente preocupante es ese último dato, ya que la SDL es el segundo equipo del grupo que más tantos recibe. Solo el Sabadell, con 32, empeora esos guarismos.
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Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
José A. González y Álex Sánchez
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