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El día amanecía con la triste noticia del fallecimiento de Luisa Rodríguez, esposa de Félix Revuelta. Un duro golpe para el propietario y para su familia. Ésta se conocía con rapidez en las instalaciones del Mundial'82, donde la mañana de este martes se ... presumía también muy dura. Cambio de entrenador, que nunca es agradable, fin a una etapa de tres meses e inicio a otra de tres meses. Natxo González entregaba su relevo , con dolor y emocionado, a Sergio Rodríguez. Trece partidos ha dirigido González, los mismos que tiene por delante el preparador riojano.
González aparecía en las instalaciones del Mundial 82 minutos antes del inicio del entrenamiento. El lunes hacía el mismo paseo, pero no para entrenar, para recoger sus cosas. A las puertas de vestuarios le esperaba Sergio Rodríguez, con quien se fundía en un agrazo e intercambiaba unas palabras. El abrazo se hizo extensivo a Dupi y a Eduardo Valdovinos, en segundo plano. El vitoriano entró en vestuarios, se despidió, recogió sus pertenencias en una bolsa y se marchó visiblemente afectado. Final.
Los jugadores saltaban al césped. Vida nueva. La segunda de la temporada, pues en noviembre era Natxo González el que llegaba con una sonrisa y Albert Aguilá el que se marchaba afectado por el adiós. Fútbol.
Sergio Rodríguez tomó el mando una vez pasado el trance. El fue uno de los promotores del fichaje del vitoriano y la apuesta no ha salido bien. Habló con los jugadores. Coge un vestuario en una situación anímica muy complicada porque las dudas son muchas y, además, poderosas. Manos a la obra. Calentamiento y a entrenar. No fue una sesión larga. Seguramente la de este miércoles va a ser mucho más exigente, sin olvidar que el sábado hay partido en Las Gaunas.
El técnico trabajará hasta que concluya la campaña con Ibon Labaien, segundo entrenador; Antxon Muneta, analista; Álvaro López, preparador físico; y Javier García, entrenador de porteros. Con los dos primeros ya había coincidido.
Rodríguez dedicó la mayor parte del tiempo a ver a sus futbolistas enfrentados en el campo de fútbol 8. Sesión intensa, propia de un entrenamiento del logroñés. Correcciones y ruido del bueno, del que denota vida. Circulación rápida de balón, movilidad, filtración de pases para romper líneas y, en defensa, presión alta, media y baja, siempre presionando. Un ritmo alto, superior al de muchos partidos vistos.
Con su chándal, sus botas de fútbol y su habitual actitud ha saltado Sergio Rodríguez al ruedo verde del campo de hierba artificial. Algo menos de una hora sobre el césped en una sesión en la que tocaba entrenar, pero también hablar y poner las cosas claras.
Y el mensaje que ha dejado claro Sergio Rodríguez es que quiere un equipo con ritmo, con intensidad, con garra. Desde el centro del campo ha dirigido una sesión en la que el balón, la posesión y la presión han sido los ejes, pero que ha estado marcada por el desgaste. Muchas órdenes, muchas correcciones y las posturas habituales en el exfutbolista, con un balón (o dos) siempre bajo el brazo para que no se pare el entrenamiento en ningún momento.
El nuevamente entrenador de la UDL quiere que el equipo al que va a dirigir en lo que queda de curso deje esa imagen lastimera, asustadiza y plomiza que se había convertido en la seña de identidad de esta temporada. Si hay que morir, que sea luchando. Y los futbolistas, por convicción o por egoísmo (el puesto está en juego y, con él, la continuidad o una oferta en el próximo mercado de verano) se han puesto las pilas. Quedan tres sesiones por delante antes del duelo del sábado. Ahí es donde se tiene que comprobar si la actitud es solo algo que se perciba en el ambiente o si también es capaz de cambiar los resultados y lograr, cuatro meses después, una victoria.
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