La SD Logroñés se hunde en el pozo

La SD Logroñés salió muy centrada en el Cerro del Espino. Con una efectiva presión alta, encerró el bloque blanquirrojo al Rayo Majadahonda en su campo. Demasiado dependiente de Álvaro Arnedo, al cuadro madrileño le duraba muy poco el balón en los pies. Todo lo contrario que a los riojanos, que dominaron los primeros minutos haciendo especial daño por el sector izquierdo, donde Manny Rodríguez enloqueció a su marcador Ceballos.

Todo el peligro de los hombres de Aitor Larrazabal llegó desde esa parcela, en la que el dominicano recordó al de antaño. Precisamente la primera ocasión clara de los blanquirrojos, a poco de cumplirse el primer minuto de juego, fue una falta muy cercana al córner que se envenenó tras el chut de Damià. Dani Martín tuvo que esforzarse para despejar el balón.

El conjunto local, impreciso en todas sus filas, solo se acercaba a la portería de Iruarrizaga con disparos lejanos. Cortés puso el miedo en el cuerpo de los riojanos en el 10, pero su tiro dio en un defensor. Una retaguardia que defendió en esa primera mitad muy cercana al medio del campo, evitando hundirse.

Mientras, Manny continuaba a lo suyo. Un nuevo desborde del reconvertido extremo acabó, en segunda jugada, en los pies de Castellano, que lanzó desviado. En otro rebote, a la media hora de juego, fue Óscar el que elevó el esférico por encima de la portería de Dani Martín.

Sin embargo, pese a mostrarse firme en los primeros minutos, la zaga de la SDL mostró algún desajuste. El riojano Álvaro Arnedo avisó peinando con la bota derecha un balón que se fue a centímetros del poste derecho de Iruarrizaga. Un portero que minutos más tarde, nada pudo hacer para evitar el gol de Kike Hermoso. El central majariego aprovechó un error en la salida del balón y a un desajuste de Javi Castellano para abrirse hueco por la derecha y centró una pelota que fue dibujando una peligrosa curva, superando a Iruarrizaga que reaccionó demasiado tarde como para evitar el tanto local. Un tanto cruel para un conjunto logroñés que no merecía tanto castigo.

En la segunda parte, los de Larrazabal se volcaron a por el empate. Y estuvieron cerca de equilibrar las cosas en varias ocasiones, algunas de ellas muy claras. Pero el gafe siguió sobrevolando la portería rival. La SDL, que reclamó dos penaltis en esos segundos 45 minutos, metió más gente en el área, adelantó nuevamente su defensa y se expuso a morir con algún contraataque.

Pero se topó con un Dani Martín extraordinario. El joven portero del equipo majariego abortó casi media docena de oportunidades riojanas, como un tiro a bocajarro dentro del área de Luzzi que blocó el cancerbero; o un cabezazo de Castellano que despejó el arquero; o un centro chut de Manny que atrapó con esfuerzo.

Pero no hubo forma de que la SDL pudiese marcar, lo que es la gran asignatura de la era Larrazabal, que en tres encuentros ha encajado igual número de derrotas, siete goles y no ha marcado ninguno. Una jornada negra para un equipo riojano que no encuentra la fórmula.