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La Sociedad Deportiva Logroñés comunicó este martes el adiós de Jordi Fabregat al banquillo del primer equipo blanquirrojo. Por delante la entidad tenía unos ... días de intenso trabajo con el objetivo de encontrar a su sustituto antes de su siguiente encuentro, fijado para el domingo ante el Lugo. Pues bien, ya es viernes y el club, al menos hasta el cierre de esta edición, no ha hecho oficial el nombre del relevo para el técnico catalán. Un panorama que abre diversas incógnitas.
La primera, y principal, es quién dirigirá al equipo en el Anxo Carro. Tras la despedida de Fabregat, ha sido Juanma Barroso, el director deportivo, el que ha tomado las riendas de la plantilla. Se ha puesto a los mandos de los entrenamientos y será él quien ofrezca hoy la tradicional rueda de prensa previa a los enfrentamientos ligueros. Sus funciones, por lo tanto, se amplían al menos hasta que pueda encontrar un entrenador que se adapte a lo que el club está buscando.
Barroso llegó al club este verano en sustitución de Miguel Chocarro. Apostó por Fabregat, un entrenador que conocía ya que había coincidido con él en otros clubes. El madrileño tenía plena confianza en el catalán, y viceversa, pero esa dupla solo ha durado siete jornadas de liga y dos partidos de Copa Federación. Demasiado poco para un equipo que, además, venía de una etapa de mucha estabilidad tras dos temporadas con Raúl Llona sentado en su banquillo.
La vinculación entre Barroso y Fabregat se remonta a la temporada 2008-09, cuando el madrileño fue el segundo del de Tortosa en el Racing Portuense. Barroso ya estaba en la entidad cuando Fabregat llegó y después, cuando fue destituido como su ayudante ante la complicada situación económica de la entidad, afirmó: «Se trata de un fenómeno como entrenador y como persona, un profesional muy trabajador y con conceptos claros sobre el juego que le gusta». Con esas palabras, dejó bien a las claras la unión que se había establecido entre ambos. Después, ya con Barroso como director deportivo, confió en Fabregat para conjuntos como el Jumilla o el FK Surkhon Termez de Uzbekistán. Así, no extrañó que su nombre fuera el elegido cuando el madrileño firmó por la SDL, pero ese camino conjunto ha durado poco tiempo en Logroño.
Ante este panorama de incertidumbre, otra incógnita aparece: cómo va a responder la plantilla. La Sociedad Deportiva Logroñés viene de tres derrotas consecutivas, por lo que ansía un resultado positivo para romper esa mala dinámica. Es cierto que su posición en la tabla clasificatoria no es todavía preocupante, pero también lo es que una nueva derrota provocaría que los blanquirrojos se acercaran demasiado a las temidas posiciones de descenso, de las que han vivido alejados gracias a su buen bagaje de nueve puntos obtenidos en las primeras cuatro jornadas ligueras.
Y la última duda. ¿Y después de Lugo, qué? Si la Sociedad llega a tierras gallegas sin un entrenador firmado, Barroso y su equipo tendrán una semana por delante para tratar de hallar un inquilino para su banquillo. Después, el domingo siguiente, llegará a Las Gaunas el Cornellá y lo ideal sería que para entonces los blanquirrojos ya contaran con un técnico para el resto del curso. Así se despejarían muchas de las incógnitas.
Todos los equipos que descienden desde Segunda División a Primera Federación tienen por objetivo regresar cuanto antes a la categoría de plata del fútbol español. Así ocurre con el Lugo, conjunto que bajó la pasada temporada y que en esta busca el ascenso. Sin embargo, el comienzo de liga firmado por el bloque gallego no ha respondido a las expectativas puestas en él.
Para tratar de subir a Segunda, el Lugo confió su banquillo a una pieza cotizada, la de Pedro Munitis, exjugador del Real Madrid y del Racing de Santander y con experiencia como entrenador tanto en la antigua Segunda B como en Primera Federación. No en vano, hace dos temporadas cogió al Sabadell en la jornada 14 y en puestos de descenso y lo dejó muy cerca de disputar el 'play off' de ascenso a Segunda División.
La elección de Munitis parecía la adecuada para este reto y a las órdenes del cántabro se puso una plantilla pensada para el ascenso con nombres como los de Jozabed, con pasado en Primera División con el Celta y el Rayo Vallecano; Gorka Pérez, excentral de la Unión Deportiva Logroñés; o Willy, que venía de firmar más de treinta tantos en tres temporadas en el Córdoba.
Partía el Lugo como uno de los grandes rivales del grupo, pero al igual que le ha ocurrido a otros como el Deportivo de La Coruña, el Barcelona B o la Cultural Leonesa. Algunos de esos conjuntos, como el de Raúl Llona, ya han comenzado a despertar y otros, como el Lugo, están en proceso. De hecho, los de Munitis vienen de conseguir un valioso triunfo frente al filial de Osasuna fuera de casa (1-2). Una victoria que los gallegos ven como la oportunidad de arrancar una racha positiva de resultados después de que en las seis jornadas anteriores solo hubieran logrado un triunfo, el de su primer partido ante el Teruel. Después, han sufrido dos derrotas y han firmado tres igualadas. Un pobre bagaje para un aspirante al ascenso.
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