La SD Logroñés se queda a medio camino

La primera parte ha sido de esas que a los espectadores no apasionan, ya que los porteros han pasado totalmente inadvertidos. No ha habido ni un solo tiro a puerta en ninguna de las dos porterías y el resultado al descanso ha sido el único posible, visto lo acontecido sobre el terreno de juego: 0-0.

Ese resultado no suponía una mala noticia para los blanquirrojos. Seguramente su crecimiento ha de pasar por ahí. Por convertirse en un equipo lo más solvente posible atrás, al que le generen pocas oportunidades de gol y que intenta aprovechar alguna de las que tenga para darle un mazazo que pueda ser definitivo al rival. Así, los riojanos consiguieron, cuatro partidos después, irse al vestuario sin haber encajado ningún gol en el primer acto y sin el marcador en contra. Es un primer paso.

Con el balón en los pies, eso sí, los logroñeses se mostraron imprecisos y con poca profundidad antes del descanso. Mismas carencias que presentó el rival, incluso más agravadas. La Sociedad, de hecho, tuvo más posesión y también disfrutó de dos acercamientos: un remate de cabeza de Aurtenetxe a la salida de un saque de esquina y una internada de Ferni por la izquierda cortada por Pau Resta con el pecho. No pasó nada más en esa primera parte.

La segunda mitad fue diferente. El partido se abrió. Ya no había tanta rigidez defensiva en ambos campos, aparecieron los espacios y, con ellos, las oportunidades. Un arma de doble filo: ves el gol más cerca, pero también temes que el rival te pueda buscar las cosquillas en cualquier momento. De cualquier manera, la Sociedad seguía teniendo más tiempo el balón en sus pies que sus rivales y también fue el equipo que generó los primeros acercamientos.

Jordi Escobar empezaba a aparecer, y eso siempre es una buena noticia para los riojanos. Fue él, de hecho, quien abrió la contienda tras recoger un rechace después de un gran disparo al larguero de Castellano. Era el minuto 73 y ahí comenzaba un nuevo partido. El objetivo de los logroñeses era aguantar el máximo tiempo posible con el marcador a su favor. Que pasaran pocas cosas y celebrar el triunfo cuando el árbitro decretara el final.

Un objetivo que los locales no alcanzaron, puesto que solo cuatro minutos después de su gol, el Sabadell empató gracias a un certero cabezazo de Moyano. Un tanto que supuso una igualada que sirve para que la Sociedad ponga fin a su mala racha de derrotas pero no para salir del descenso. A medio camino.