La UD Logroñés pierde el influjo del Mediterráneo

Vive la UD Logroñés en un escenario de enorme pánico a encajar un gol. Ni siquiera la última victoria en Navalcarnero, abultada y sufrida a partes iguales, ha liberado su mente. Albert Aguilá equilibró los laterales con Cristian e Iñaki y puso sobre el deteriorado césped murciano a un trío de jugones, caso de Doncel, Boniquet y Menudo escoltados por dos pivotes defensivos y con Vinicius como objetivo. Sin embargo, y más allá de quien juegue se trata de definir a qué juegas. Y esta UD Logroñés no tiene el concepto ofensivo que ha tenido incluso con el propio Aguilá.

Con esa propuesta recuperó la posesión del balón, pero a pesar de extremar su trabajo defensivo, el Murcia marcó primero. No es fácil alcanzar un sesenta por ciento de posesión, pero más difícil es explicar que con tantos minutos de balón no se dispare entre los tres palos.

Murcia:

UD Logroñés:

Árbitro:

Gol:

Incidencias:

Había aparecido el once riojano por la portería grana en dos acciones a balón parado. Arregi no precisó en la primera y David Fernández remató forzado en la segunda, esperando el esférico cuando quizá pudo atacarlo con la testa. Sea como fuera, Serna y Gonzalo eran espectadores en localidades separadas por poco más de cien metros. Advirtió Carrasco tras un centro lateral, Vega recordó que el Murcia es peligroso a pesar de su situación y entonces habló en silencio Loren. Gonzalo evitó el gol olímpico de Ganet, pero Loren recogió el rechace para convertirlo en gol. Solo en el segundo palo. Sierra, Markel y David estaban a poco más de un metro, pero cien centímetros separan el éxito del fracaso. El balón parado y el balón desde el lateral están ahogando a este equipo. No sabe defenderlos y la diferencia reside en si el rival lo aprovecha o no. El Murcia, como el Intercity no hace mucho, sí. No se había jugado a nada, pero ya mandaban los locales.

Una vez más el marcador se desatascaba en un acción a balón parado. La cuestión era saber si la castigada mente de la UD Logroñés, esa que sufre aún más cuando se ve por detrás en el marcador, tendría la lucidez necesaria para reaccionar. Si la había, el cuerpo la transmitiría al fútbol. No la hubo.

Regresó el once riojano al campo con la misma intención. Tener el balón. Pero ya no era suficiente, porque el marcador demandaba otra actitud más ambiciosa. Ni se cambió el ritmo ni se buscó un fútbol más profundo ni la portería de Serna. Quiso provocar ese cambió Aguilá con las inclusiones de Arbeloa y Pichín, pero su intención se vio alterada poco después por la expulsión de Iñaki. Segunda amarilla por obstaculizar y levantar el codo ante Loren. Apenas unos segundos antes, Arbeloa había caído al suelo tras un codazo de Alberto, que poco después llevó a la hierba también a Sierra, pero una se castigó con roja y la otra no. De haberlo hecho, hubiera sido expulsado y la acción de Iñaki no hubiera existido.

Comenzaba un nuevo partido de trece minutos con un jugador menos. El más difícil todavía, aunque aún quedaba un golpe encima de la mesa que no se expresó en el marcador. Sergi y Noé debutaban esta temporada con el primer equipo. Tampoco sirvió para nada. La UD Logroñés se marcha de Murcia con derrota, pero sobre todo sin disparar a puerta y sin tener muy claro a qué quiere jugar. De momento, este sábado jugó como en Las Gaunas y eso es lo peor que le puede pasar, que mute por completo.