Fútbol | Primera Federación

A la UD Logroñés se le cae el cielo encima

Ricardo Schutte fue la única novedad en el once de la UD Logroñés, alineación que el aficionado ha memorizado en pocos días y que expresa varias lecturas. Desde equipo hecho hasta limitaciones claras. Lo cierto es que la inclusión del portugués no alteró el orden. Riojanos y alicantinos establecieron el duelo en la medular, con ritmo, pero sin ideas claras. Alternaban ambos en la posesión del balón, pero a los locales les faltaban argumentos para llegar con claridad al área de Campos y los visitantes carecían de precisión en el último pase ya que caían una y otra vez en fuera de juego, en especial Nsue.

Ese querer y no poder derivó en un compromiso de ida y vuelta, con nacimiento en defensa y muerte en la línea de tres cuartos. La anticipación de Campos a un hipotético testarazo de Sierra en el segundo palo fue lo más peligroso de los blanquirrojos. Un gol anulado a Nsue por fuera de juego de Ferroni, lo mejor de los alicantinos. Los primeros acusaban la ausencia de más peso en la medular y mayor presencia de las bandas. Zourdine lo intentaban sin éxito; Doncel no aparecía; y Schutte volaba como alma libre que ha demostrado ser. Ramos y Sierra tampoco contribuían a la creación. El empate no era bueno, ni mucho menos, pero visto el juego era un premio más que notable.

A pesar de saberlo, a la UD Logroñés le costó despertar. Necesitó que el Intercity advirtiera que no se conformaba con el empate, pero este equipo que ahora entrena Sergio Rodríguez necesita que el rival juegue sin portero. Daza evitó el gol de Xemi, que buscó la cepa del primer palo. El cuadro alicantino encontró una vía de agua por su carril derecho, pero no era lo suficientemente grande como para hundir el barco local. Lo intentaron Ferroni y Mari, pero fue la UD Logroñés la que abrió la puerta del cielo para entrar, sin embargo, en los infiernos. Boniquet se hizo con el balón cerca del área, encaró a Vadik y provocó el penalti. Alegría en la grada… por unos segundos, pues a Campos le sobró un mundo para despejar el lanzamiento de Iñaki. Todo muy propio de un equipo al que la suerte no le sonríe, más allá de los errores que ha cometido, que son notables. Y Campos, de nuevo, apareció poco después para despejar el balón ante el inocente disparo de Zourdine tras una enorme cabalgada de Doncel. No habían hecho acto de presencia los guardametas y ahora eran los protagonistas absolutos, pues apenas un par de acciones previas, Daza impidió que la vaselina de Emre acabase con el balón en las redes.

En el fondo, volvía a ser un querer y no poder, como en la primera mitad, pero con más méritos que los vistos en la primera mitad. Sergio Rodríguez dio entrada a Pichín y Emmanuel en buscar de mayor profundidad por ambas bandas. La UD Logroñés apelaba ya más al corazón que a la cabeza. Como había pasado en Calahorra, el cronometro se sumaba al bando enemigo. El corazón suele pasar malas jugadas. Quería ganar la UD Logroñés, pero se encontró con la derrota. Nsue marcó de cabeza en pugna con David y Markel cuando el árbitro miraba ya hacia el túnel de vestuarios. Derrota que ejerce un incalculable daño.