Un curso en caída libre constante

Una campaña en la que la sombra de Raúl Llona, exentrenador del equipo, y Miguel Chocarro, el anterior director deportivo, se hizo muy alargada. Un curso en el que la falta de gol fue un problema recurrente en el cuadro riojano, así como las facilidades defensivas.

La primera decisión puesta en tela de juicio por la afición blanquirroja fue la contratación de Juanma Barroso como director deportivo. El de San Sebastián de los Reyes, que llegaba de Cracovia, trajo a Jordi Fabregat, a la postre el que mejor resultados dio a la SD Logroñés. Sin embargo, la hoja de servicio del de Tortosa hablaba de equipos como el Conquense, el Guijuelo o la Arandina, además de experiencias fuera de España en sitios exóticos –Ordino andorrano y Surkhon Termez uzbeko–. Ambos apostaron por mantener un bloque estable de la etapa anterior («siete u ocho jugadores»), aunque solo se quedaron los efectivos con contrato en vigor: Gexan Elosegi, Manny Rodríguez y el capitán Jaime Paredes, además de Oriol Martí y Gonzalo Serrano, que sería baja antes de comenzar el curso.

Quizás por precipitación o por falta de conocimiento de la categoría, Barroso y Fabregat construyeron su equipo antes que muchos de los rivales, posiblemente dejando escapar jugadores con más renombre. Un error que a la postre iba a ser una losa para la SDL. Por ejemplo, jugadores como Rubio (que causó baja por una lesión en la jornada 13), Pepe Carmona, Toni García, Edu Martínez, Jannik Buyla –que fue contratado en noviembre y se le dio la baja por un caso de amaño cuando era jugador del Badajoz– o Sergio Arratia rescindieron su contrato durante la temporada.Y los que luego llegaron al conjunto blanquirrojo tampoco cumplieron con las expectativas deseadas como Luzzi, Miceli, Salado, Ferni, Schmerböck, Michael o Curro...

Jordi Fabregat fue despedido después de la séptima jornada, cuando la SDL encadenó tres derrotas seguidas, la última en Las Gaunas frente a Unionistas. El de Tortosa se fue por «falta de apoyo» del club después de sumar nueve puntos en siete encuentros.

Le sucedió en el cargo Andrés García, un técnico con experiencia en Suecia, Ecuador, Noruega o China. Con el entrenador madrileño, el bloque capitalino sumó diez puntos en nueve encuentros y fue despedido a mediados de diciembre. Aitor Larrazabal cogió al equipo blanquirrojo con el nuevo año. Desde entonces, la SDL ha sumado diez puntos en 18 encuentros. El expediente del equipo riojano bajo las riendas del técnico vasco habla de una solitaria victoria (1-0 frente al Arenteiro, el 24 de febrero), siete empates y once derrotas. Unos resultados que han acabado con la SD Logroñés descendiendo de categoría con un equipo que tiene dinamitada la moral.

La SD Logroñés ha sido el equipo que más derrotas ha encajado en su grupo (21). Y en Primera Federación, solo el Melilla (22) y el Recreativo Granada (23) cuentan con guarismos peores que los de los blanquirrojos. La respuesta a esas estadísticas está en la falta de gol y la facilidad con la que le marcan al bloque riojano. Al equipo de la capital le han anotado la friolera de 54 tantos (1,5 goles por encuentro). También es el que menos anota (23), solo superado en la categoría por el Melilla, que ha gritado un tanto menos esta campaña.

La SDL comenzó la temporada con dos referencias claras arriba: Jordi Escobar y Rubio, pero el alicantino se rompió el ligamento cruzado y a partir de entonces los blanquirrojos se sumergieron en una sequía goleadora. Desde entonces marcaron once tantos más. En defensa, los problemas fueron recurrentes y pese a distintas modificaciones, continuó encajando.

Tras echar a Juanma Barroso en marzo, la SDL contrató a Javier González como gerente. Un hombre, el de Portugalete, que prometió grandes cosas, que se vanagloriaba de tener contactos «hasta en la Luna» y que afirmó que su contrato el objetivo es llegar a Segunda División. En otra comparecencia el 30 de abril, el gerente indicó que el club cerrará su ejercicio con un desfase de «50.000 o 60.000 euros», una cuantía que se puede cubrir con un «escote» porque «entre todos lo cubrimos».

Ante este panorama, González aseguró que el equipo, que ha ido perdiendo apoyo social a lo largo del curso a medida en que perdía fuelle, ascenderá a Primera Federación de forma directa y que su idea es profesionalizar la entidad. Este aspecto iría claramente en contra de la filosofía del fútbol popular.