Carlos Pouso | Entrenador del Calahorra

«Tenemos que acertar en traer futbolistas con hambre, ilusión y ambición»

– ¿Le sorprendió la marcha de Eduardo Arévalo?

– Me lo había dejado entrever. Entre Eduardo y yo no ha habido secretos en los cinco meses que hemos estado juntos. Hemos hablado todos los días y más de una cerveza (él, Acuarius) tomamos juntos. Es una baja importante.

– Estará dedicado a tope en la configuración del equipo en estos momentos ¿no?

– Sí. Muchos correos y llamadas, moviendo el mercado. Me gustaría que siguiese más de uno de la plantilla y del cuerpo técnico, pero soy consciente de que pueden tener el mercado más alto. Soy el primero que quiero lo mejor para los que han sido mis hijos. En ese aspecto, si no encuentran algo que les seduzca, siempre va a estar papá para echarles una mano. Hemos bajado, pero no somos tan malos. De hecho, algún jugador va a ir a una categoría superior. Descender significa que algo hemos hecho mal. No ellos, a lo mejor yo.

– El Calahorra no ha logrado buenos resultados desde la pretemporada y en toda la competición ¿Qué tiene que decir?

– De lo anterior no opino. De mi etapa aquí, me quedo con que el equipo ha dado buena imagen y ha competido con dignidad hasta el último momento, incluso estando descendido. Nos ha faltado un poquito y una de las razones han sido las lesiones, que nos han machacado al final. Han diezmado en exceso la plantilla, quizá por mi culpa, por no haber querido tener más futbolistas.

– ¿Cómo participó en la renovación de la plantilla en invierno?

– Lo único en lo que no me metí fue en la decisión del anterior cuerpo técnico y dirección deportiva de jugadores que habían sacado al mercado, lo hablaron con sus agentes. No tenía sentido poner impedimentos a los que querían irse. Resultó un poco más sorpresivo, porque no estaban en la lista las marchas de Recio, Gabarre y Barace. Álex Arias también tuvo entonces una posibilidad de salir aunque finalmente no se materializó. Es uno de los capitanes que jugó menos, pero porque Ander Vidorreta, Pablo Santana y Sergio Gil estuvieron espectaculares y no me dieron margen para sustituirles. Adrián Jiménez también participó poco y Pedro Pata, lo mismo que Arias... Me quito el sombrero por su actitud y comportamiento.

– ¿Qué ha pasado este año con los equipos del norte en Primera Federación?

– En el caso de La Rioja está claro que es una comunidad muy pequeña y seguramente no da abasto para mantener tantos equipos en una categoría tan alta. Tal y como está la economía, traer pescado de otros mares resulta complicado.

– ¿Por ahí van los tiros respecto a sus opciones de fichajes?

– Vamos a intentar volcarnos en nuestro mercado, en futbolistas cercanos. La categoría así lo exige. No tiene las mismas ayudas, los mismos viajes, no es el mismo escaparate para el futbolista y resulta más difícil captar gente de fuera que de alrededor. Trataremos de abastecernos lo mejor posible.

– ¿Cuál es el objetivo para la próxima temporada?

– Es un proyecto nuevo que, de momento, sólo tiene capitán. Falta la tripulación. Vender el objetivo del ascenso es humo. Hay que configurar la plantilla, implantar una idea, un estilo y luego la competición te pondrá donde eres capaz de estar. Somos conscientes de las dificultades económicas, tenemos que apretarnos el cinturón y acertar en ese perfíl de futbolista cercano, con hambre, ilusión y ambición, que venga a comerse el mundo y labrarse un porvenir. Si me preguntas por un deseo... que vuelva Arévalo más pronto que tarde, porque le voy a echar mucho de menos.

– ¿Cómo prevé la Segunda RFEF?

– Intuyo que serán más caros el ascenso y el 'play off' que este año. Los que han estado arriba van a querer repetir, alguno de los ascendidos va a ser muy poderoso y la UDL es un trasatlántico en esta categoría. Sin empezar va a ser un enemigo de mucho cuidado y bastantes más.

El descenso del número de socios, de los aficionados rojillos que han acudido a La Planilla en las dos temporadas de Primera Federación supone una de las cuestiones que el Calahorra debe afrontar. Atraer al público es uno de los objetivos para la próxima campaña y Carlos Pouso lo tiene claro. «El Calahorra me parece un club ejemplar en su funcionamiento y tiene una afición fiel», comenta y añade que es cierto que antes «era más numerosa y uno de nuestros esfuerzos tiene que dirigirse a hacer el fútbol lo suficientemente atractivo para que la gente se enganche y vuelva a ser el Calahorra que he conocido como rival cuando estaba en Tercera».

«Las instalaciones y los aficionados, que en ningún momento me han echado en cara nada, son espectaculares. Ya conocía la ciudad de antes y me siento muy bien», explica el técnico rojillo.