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No resulta sencillo enumerar a mujeres al frente de los banquillos del fútbol masculino. Esto ocurre por una simple razón: porque apenas existen casos. La realidad muestra a un género al que, más allá de su formación, no se le ha brindado la oportunidad de ... profesionalizarse al mando de un plantel formado por hombres. Como si de una figura en peligro de extinción se tratase, Patricia Sampedro ha llegado al primer equipo del San Marcial para romper un techo de cristal que nadie, hasta ahora, se ha atrevido a quebrar, siendo la primera mujer en la historia de toda la comunidad que se pone al mando como entrenadora de fútbol en una categoría Sénior.
Patricia Sampedro es una joven natural de Lardero a la que siempre le apasionó el fútbol. Se adentró en este mundo, tan generalizado entre el género masculino, cuando apenas tenía cuatro años, sin importarle nada más que pegar golpes a un balón dentro del campo del Ángel de Vicente. Estuvo jugando con el equipo de su pueblo hasta que buenamente pudo. «A los catorce años me tuve que ir a un equipo femenino porque ya no me dejaban jugar con chicos aunque tampoco me importó mucho porque lo importante para mí era seguir jugando al fútbol», explica.
Su devoción para con este deporte fue tal que, además de seguir practicándolo, apostó por mejorar su formación para entrenar a aquellos que quisieran escucharla, en un principio mujeres. Animada por su tío, José Antonio Cañas, entró a formar parte del proyecto de tecnificación de escuela de fútbol femenino dentro de la Federación Riojana de Fútbol, entendiendo que «la figura femenina dentro de esa escuela era muy importante por lo que me pidieron que bajara unos días a ayudarles dentro del centro de formación». Ese fue el momento en el que, tal y como relata Patricia, «me di cuenta que me gustaba enseñar a las niñas lo que yo sabía, que me gustaba ser ejemplo tanto como jugadora como entrenadora».
Una doble rotura en su rodilla hizo que tuviera que colgar las botas centrándose de lleno en su faceta como preparadora. Fue entonces cuando la UD Logroñés se cruzó en su camino para crear dentro de la entidad blanquirroja la sección femenina. «He estado cuatro temporadas ganando dos ligas y una copa además de ascender al equipo Nacional dos veces y conseguir mantenerlo en la categoría la última temporada», enumera la cigüeña. Pero la presión por los números y el cansancio de los últimos años propiciaron que Patricia decidiera tomarse un respiro retornando a su origen, el San Marcial.
El club de Lardero decidió contar con sus servicios para entrenar, en un primer momento, a la base del San Marcial. Pero, la carencia de cuerpo técnico dentro del Regional Preferente le llevó a convertirse en delegada y segunda entrenadora junto a Zoco, hasta que hace unas jornadas se le presentó oportunidad de ponerse al frente del banquillo del Ángel de Vicente. «El equipo iba mal porque solo habíamos ganado un partido dentro de un 'play off' muy complicado y pensaron en mí para revertir la situación, aunque yo ya avisé que no podía hacer milagros», comenta la entrenadora.
La respuesta de los que ahora son sus jugadores fue buena ya que «personalmente ya me conocían aunque en un principio les chocó un poco». «Lo que quiero es que me traten igual que si fuera un chico, que me rebatan si deben hacerlo porque yo les voy a tratar de la misma manera que cuando entrenaba a chicas», asegura Patricia.
La realidad es que la llegada de la cigüeña ha sentado bien al equipo. Y es que, en las dos jornadas que lleva al frente del banquillo del San Marcial, ha logrado sumar los mismos puntos que en toda la fase de ascenso. Debutó con un victoria contra el River Ebro B (3-0) y empató con el Cenicero (1-1). Pero la entrenadora no quiere conformarse con esto. «El inicio ha sido bueno, no nos vamos a quejar, aunque podría haber sido mejor; esperaba haber conseguido seis puntos, pero bueno, este es el camino para sacar al equipo del agujero en el que estaba», confirma.
Patricia Sampedro se muestra orgullosa por haberse convertido en la primera mujer en llegar a un banquillo masculino aunque espera que «el día de mañana esto no sea noticia y que ver a una mujer entrenar a un equipo de chicos sea algo tan normal como ver a un hombre entrenar a un equipo femenino». De momento, la entrenadora seguirá luchando por las aspiraciones de un equipo que «pase lo que pase en la fase de ascenso, el San Marcial ya ha hecho historia esta temporada» al poner a una mujer al frente de su equipo.
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