La Real Sociedad y Pablo Marín (Logroño, 2003) se han dado el sí quiero. El jovencísimo jugador riojano ha firmado un nuevo contrato con el club al que llegó con solo 13 años y en el que va a estar hasta el final de la ... temporada 2026/2027. Su anterior contrato concluía en junio de 2024. El comunicado de la institución realista en el que oficializa esta renovación no especifica si Marín va a pasar a ser el próximo curso jugador del primer equipo, aunque todo parece indicar que sí.
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Pablo Marín dio el salto al primer equipo esta misma temporada. Tras haber destacado el año pasado en la Real Sociedad C en Segunda RFEF y haber debutado en Segunda con el Sanse, los técnicos de Zubieta habían redactado informes muy positivos tanto de su rendimiento como de su progresión esperada. Las lesiones le abrieron la puerta del vestuario del primer equipo a primeros de octubre, y en los entrenamientos encandiló a Imanol, que no dudó en tirar de él en Valladolid, donde debutó de manera oficial como jugador del primer equipo con el '42' a la espalda. Los 20 minutos en Zorrilla del pasado 22 de octubre maravillaron a la afición txuri-urdin.
Tras esa aparición estelar en Pucela, Pablo Marín ha seguido teniendo importancia en el primer equipo -ha sido titular ante Manchester United y Betis-, cuya puerta ha derribado con una precocidad desconocida por estos lares y que recuerda, salvando las distancias, a los casos de Antoine Griezmann y Mikel Oyarzabal. El riojano es una joya que Zubieta ha ido puliendo en los últimos seis años y que incluso ha estado compitiendo en las selecciones inferiores de España.
apuesta de futuro
Marín es un futbolista físicamente fuerte. A pesar de no tener mucha estatura, posee un tren inferior muy potente que le hacer ser complicado de derribar por sus rivales. A nivel de juego, ya ha demostrado qué clase de jugador es. Es muy hábil con el balón en los pies, se siente cómodo en el juego asociativo, tiene un buen golpeo -es diestro- y le encanta pisar el área rival. Otro de los aspectos en los que sobresale es en su capacidad para girarse al controlar el balón de espaldas, algo fundamental en un equipo que suele sacar el balón jugado desde atrás en multitud de ocasiones.
Marín, de la quinta de 2003 y canterano del EDF Logroño y de la Escuela Tiki-Taka, ha sido internacional sub19 con España y es hijo del exfutbolista profesional Fernando Marín, un ídolo del Logroñés en los años 90. Al término de la campaña 20/21 los rectores de la estructura formativa de la Real Sociedad decidieron subirle directamente a la Real Sociedad C, a pesar de que por edad podría haber jugado en el División de Honor juvenil. Su buen hacer en el tercer equipo blanquiazul provocó que se estrenara en Segunda División con solo 18 años. Ahí es cuando entró en el radar del cuerpo técnico que lidera Imanol Alguacil.
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