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JAVIER ASPRÓN
Enviado especial a Doha
Martes, 29 de noviembre 2022, 00:16
Cero nervios, el plan continúa. El empate ante Alemania no altera lo más mínimo la hoja de ruta de Luis Enrique, aunque sí redoblará esfuerzos para hacérsela comprender a sus jugadores. España llegaba con el rostro intacto, ni un rasguño en el debut, pero ... el segundo duelo les ha metido de lleno en el verdadero Mundial. «Tengo que ver de nuevo el partido, y creo que entonces me gustará más», decía el seleccionador al terminar, molesto por la oportunidad perdida.
Aun así, nada más pitarse el final ya tenía claras muchas de las cosas que no lo habían convencido: echó en falta más confianza en la victoria y una mayor tranquilidad y frescura mental, que no física. Alemania logró convertir el encuentro en un ida y vuelta en el que el centro del campo de España se perdió. Eso es lo que más preocupa a Luis Enrique, más allá de que el rival cuestionara la posesión o disparase más veces a puerta. O quizás porque esa falta de poso es justo lo que provocó todo lo anterior.
Fue muy significativo que, tras abrazarse con Hansi Flick al acabar, el asturiano buscara a Koke y Busquets para contarles en primera persona esas mismas sensaciones. No quería perder ni un minuto en soltar el torrente de reflexiones que le bullían en la cabeza. En descargo del centrocampista del Atlético está que le tocó entrar al terreno de juego en el momento más feo, con los germanos heridos y a la desesperada en busca de un empate fundamental para ellos. Pero quedó claro que esta vez, salvo en el caso de Morata, los cambios no funcionaron para lograr lo que es una de las máximas del entrenador: jugar siempre a lo mismo independientemente del resultado. El domingo hubo un equipo que no se lo permitió, y eso es una novedad.
El campo de entrenamiento de la Qatar University se empezó a llenar ayer de prensa japonesa para seguir a España. Son legión en Doha, armados hasta los dientes de cámaras y teleobjetivos. La selección llegó a su residencia de madrugada y eso obligó a retrasar la sesión a las doce del mediodía.
Tocó pasar calor, aunque el entrenamiento pospartido fue suave. Se lo perdió Gavi, que durante la primera mitad se tuvo que acercar a la banda en un par de ocasiones para que le rociaran con un spray milagroso, antes de que fuera sustituido por Koke ya en el segundo acto. Apunta a que es solo un golpe, pero no conviene tomar riesgos con nadie.
El ambiente no difirió en absoluto a cualquier otro día. Risas en los rondos y confidencias entre los internacionales, donde prevalece la idea de que el balance hasta ahora es más que aceptable. «Nos hemos precipitado alguna vez con el balón pero hemos tenido la idea de juego de siempre. La confianza está intacta. Creo que estamos haciendo un trabajo muy bueno», revelaba Jordi Alba, uno de los destacados, asistencia de gol incluida.
Esta vez se alteró la rutina. No hubo jornada de descanso como ocurrió después de ganar a Costa Rica. Pero a cambio Luis Enrique abrió la residencia a las familias. Son dos semanas ya de concentración y se quiere evitar que a los jugadores se les haga demasiado pesada. También hubo visita de los 'vampiros' de la FIFA. Cuatro futbolistas pasaron un control antidopaje sorpresa tras el oficial de Azpilicueta y Ferran.
España llega al último partido con la clasificación prácticamente en el bolsillo. Incluso perdiendo ante Japón estaría dentro, salvo nueva hecatombe germana frente a Costa Rica, aunque tampoco sería la mejor forma de alcanzar las eliminatorias. En el entorno de la selección comenzaron las especulaciones y los cálculos sobre qué es mejor para el equipo, que podría tener en su mano el mandar a Alemania a casa e incluso evitar el posible enfrentamiento con Brasil en cuartos. Pero dentro del grupo no se habla de eso. Ganar a Japón no es negociable.
Curiosamente, España va recogiendo cadáveres en este Mundial. Se recibió a una Alemania herida y ocurrirá lo mismo con los nipones después de su inesperada derrota ante Costa Rica. «Podéis estar seguros de que nosotros vamos a salir a ganar», confirmó el seleccionador, para quien no cabe otra posibilidad.
Para ese encuentro sí se espera un mayor movimiento de piezas, empezando por Sergio Busquets. Lo lógico es que el capitán descanse, aún más tras recibir su primera tarjeta amarilla. Ahí se abre un abanico de posibilidades: recuperar a Rodri para el mediocentro o apostar por Koke o Guillamón. Como siempre, no habrá pistas ni noticias hasta que dos horas antes del partido se confirme la alineación.
Luis Enrique solo varió a un jugador del once del primer partido al segundo (Carvajal por Azpilicueta), y también repitió en sus cuatro cambios (se quedó inédito Soler). Por eso aún quedan nueve jugadores sin debutar (Eric García, Pau Torres, Guillamón, Marcos Llorente, Ansu Fati, Yéremy Pino, Sarabia más los dos porteros, Robert Sánchez y David Raya). Es probable que alguno de ellos tenga sus primeros minutos.
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