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javier asprón
Doha
Jueves, 1 de diciembre 2022, 19:50
Dice que el fútbol es su medicina contra los problemas. Y durante este mes se está dando un atracón. Álvaro Mera llegó a Qatar hace cuatro años. Para entonces los preparativos del Mundial ya estaban a pleno rendimiento, por lo que ese es el tiempo ... que ha estado descontando días hasta que por fin comenzó el torneo y, sobre todo, llegó la selección española. De momento ya ha acudido a los dos primeros partidos y hoy también estará en la grada del Khalifa Stadium para ver el duelo ante Japón. «Para los cataríes el Khalifa es la casa del fútbol. Es el único estadio grande que había antes del Mundial y ahora lo han ampliado y reformado. Les encanta por su ubicación y porque es muy acogedor».
Álvaro es un trotamundos. Salió de Badajoz con 21 años y desde entonces ha vivido en Inglaterra, Holanda, Estados Unidos, Colombia y ahora Qatar, siempre dando clases de español y francés, aunque en el Colegio Internacional donde trabaja se dedica también a reforzar el inglés de los alumnos extranjeros recién llegados. «Aprender un idioma nuevo es abrir otra ventana para ver el mundo», es su lema. Con el árabe anda a marchas forzadas mientras practica a diario el portugués con su mujer Erika, de origen brasileño. «Me encanta ser profesor», asegura.
La celebración del Mundial llevó al régimen catarí a cancelar las clases en todo el país hasta el próximo 17 de diciembre, justo antes de la final. Él lo ha aprovechado para meterse de lleno en el torneo. Ahora, gracias a su dominio de idiomas, es voluntario en el aeropuerto de Doha. «Mi tarea es ayudar a los visitantes extranjeros. Les digo dónde está el metro, los estadios, les doy información sobre restaurantes y museos...». También colabora con la FIFA como traductor.
Con la selección pierde la cabeza. Cada partido ha sido una oportunidad para organizarse junto a otros españoles y vivirlo al máximo. «El primer partido no me lo creía. No me senté ni una sola vez. Perdí la voz», cuenta antes de señalar a su jugador favorito: «Me gusta mucho Morata, y eso que soy del Barça porque mi abuela me regaló unas medias cuando tenía cuatro años. Pero le he cogido cariño. La gente le mete mucha caña y él siempre calla bocas». Ante Alemania, en cambio, no le gustaron los cambios de la segunda parte. «Creo que por eso no ganamos el partido».
En un relato que se repite con asiduidad entre los residentes españoles, Álvaro asegura que es feliz en Qatar: «Aquí se vive muy bien. Es superseguro y es familiar. Con mi mujer y mi hijo puedo ir a todas partes sin preocuparme». También tiene claro cuál es su rincón favorito en esta ciudad algo mastodóntica: «Corniche, el paseo marítimo. Me recuerda a Sanlúcar de Barrameda. Ahí reflexiono de la vida y doy mis paseos».
Con todo, no descarta volver a mover el campamento en un futuro. «He tenido opciones laborales para ir a Japón, Singapur y Australia a dar clases. Pero vamos poco a poco». Y la vuelta a España, ¿para cuándo?: «Eso me dice mi familia, pero me veo dando tumbos hasta los sesenta».
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