Las claves de la España de Luis Enrique: el factor grupo, la gran fortaleza de La Roja
grupo e ·
Busquets, Koke y Azpilicueta son el pegamento del vestuario de la selección en Qatar; un buen ambiente es clave para que el fútbol fluyaSecciones
Servicios
Destacamos
grupo e ·
Busquets, Koke y Azpilicueta son el pegamento del vestuario de la selección en Qatar; un buen ambiente es clave para que el fútbol fluyaIván Orio
Martes, 22 de noviembre 2022, 00:39
Un buen ambiente en la concentración de una cita de máximo nivel como un Mundial no garantiza el éxito, pero uno malo asegura el fracaso. España lo sabe bien. Ha vivido los dos extremos en los últimos años. La paz de Neustift, en ... Austria, resultó fundamental en la victoria en aquella Eurocopa de 2008 a las órdenes de Luis Aragonés, la que sirvió para reconquistar futbolísticamente el Viejo Continente. Dos años antes, sin embargo, el Sabio de Hortaleza no pudo sofocar en el Mundial de Alemania la rebelión encabezada por Raúl y secundada por Cañizares y Salgado que abocó a La Roja a la eliminación en octavos frente a Francia.
Más recientemente, en la cita de Rusia, la espantada de Julen Lopetegui antes del debut al conocerse su acuerdo secreto para dirigir el Real Madrid activó una bomba de relojería que dividió al vestuario y dio al traste con la planificación de semanas. Adiós ante los anfitriones en la tanda de penaltis en el primer choque a cara o cruz con un Fernando Hierro superado por los acontecimientos y con unos jugadores que parecían querer volver a casa cuanto antes.
En la Copa del Mundo de Sudáfrica resultó relativamente sencillo mantener la tranquilidad en el cuartel general porque, aunque hubo cambio de seleccionador con la llegada de Vicente del Bosque, el legado interno de la competición continental se mantenía. Los entrenadores saben mejor que nadie que la marejada en la caseta, bien por su desunión o por desavenencias con el cuerpo técnico, siempre es sinónimo de catástrofe.
Estuvo a punto de suceder poco después de levantar el trofeo en Johannesburgo, cuando la llegada de Jose Mourinho al banquillo del Santiago Bernabéu desató una guerra abierta entre los jugadores blancos y los del Barça que amenazó con convertirse en un seísmo en el seno de España. La agresividad alcanzó tal magnitud que Iker Casillas y Xavi Hernández tuvieron que intervenir para que ambos bandos firmaran un armisticio y al menos se tolerasen. La tregua duró lo suficiente para volver a hacer historia en 2012 en la Eurocopa de Polonia y Ucrania, donde España revalidó el título continental.
Hay futbolistas que por su veteranía o ascendencia natural sobre la plantilla son fundamentales para conseguir que el clima sea benigno y que intervienen cuando interpretan que hay algún factor que puede distorsionarlo. No se limitan a recibir a los nuevos y hacerles de cicerones, que también, sino que aprovechan su tirón para ejercer de pegamento general.
En la España de Luis Enrique ese papel recae en Sergio Busquets, Koke Resurrección y César Azpilicueta. Representan tres perfiles muy distintos que sin embargo engarzan a la perfección para motivar y servir de ejemplo a sus compañeros. La discreción del azulgrana, el temperamento del centrocampista del Atlético y el sacrificio del polivalente futbolista del Chelsea conforman una fórmula perfecta para despejar cualquier incóngnita de inquietud o malestar que pueda alterar las rutinas de los internacionales en la Universidad de Qatar.
«Nuestro Rafa Nadal»
Busquets es el gran capitán. «Nuestro Rafa Nadal», como le definió el seleccionador cuando ofreció la lista del Mundial. Su liderazgo, sin ruido, sin aspavientos, surge sin artificios, con su actitud dentro del terreno de juego y su sosiego fuera de él, sobre todo cuando las cosas no pintan bien. Su secreto surge precisamente de esa ausencia de histrionismo impostado que caracteriza a otros eventuales 'cabecillas' que se dejan notar con descaro para acaparar el interés de los focos.
El jugador más veterano de La Roja tiene hilo directo con el entrenador asturiano y sirve de correa de transmisión entre el técnico y el resto de sus compañeros, y viceversa. En un vestuario con una juventud insultante como La Roja, con poco más de 25 años de media y con jugadores que se estrenan en un Mundial, es fundamental tener a alquien que lea las situaciones en su justa medida y atempere la incandescencia si ésta amenaza la calma colectiva. Busquets es el hombre perfecto para ello. Luis Enrique ha insinuado en alguno de sus ya populares streamings que no descarta que el futuro del blaugrana esté en los banquillos por su paciencia y su capacidad para el diálogo.
Koke es otro de los jugadores respetados por el vestuario en pleno. Trabajador incansable, el colchonero es un fijo en las convocatorias de Luis Enrique aunque su juego no parezca casar del todo con el ideario del gijonés. «Es una garantía para cualquier entrenador. Puede jugar de pivote, de interior. Aporta mucho al grupo desde dentro y desde fuera. No ha habido ninguna duda de traerlo», ha subrayado.
Según sus compañeros, el medio del Atlético nunca falla cuando se le necesita. Tampoco en el club de su vida, en el que es la prolongación del Cholo Simeone. En el Mallorca-Atlético, último partido de Liga antes del parón con derrota de los madrileños, se produjo una imagen que demuestra la ascendencia de Koke. El argentino se desgañitó en la banda dando instrucciones pero los jugadores o no le oían o no le hacían caso. Así que le pidió a Koke que saliera un momento del banquillo y transmitiera las órdenes a sus compañeros. A él sí le escucharon.
Trabajo y humildad
Azpilicueta, otro de los veteranos de La Roja con 33 años, se ha ganado el respeto del vestuario a través del trabajo y la humildad, y es habitual encontrárselo con los jóvenes dándole a los videojuegos o divirtiéndose con partidas de cartas. El navarro lidera desde el ejemplo por su entrega en el trabajo diario. Tanto Del Bosque como Lopetegui lo destacaban cuando les preguntaban por él. Cumple siempre con su rutina, pase lo que pase: llega al centro de entrenamiento el primero, desayuna, incentiva la activación en el gimnasio, se prepara a tope y después completa el ritual con estiramientos.
Lleva en la selección con regularidad desde 2013 y ha conocido todos los roles, así que habla con sus compañeros con conocimiento de causa. En el Chelsea ha sido la visagra idónea de integración porque habla español, inglés y francés. Ejerció de 'traductor' de Hazard, Batsuayi y Kepa cuando llegaron al club londinense. «Suma mucho para el equipo, hasta cuando no juega», le ha ensalzado Luis Enrique.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Cinco trucos para ahorrar en el supermercado
El Diario Vasco
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.