Borrar
Este era el aspecto que presentaba ayer la céntrica plaza 'Ban Jelacic' de Zagreb durante el recibimiento a la selección croata. Reuters
El mundo aprende a decir Hrvatska

El mundo aprende a decir Hrvatska

Croacia se quedó sin su estrella en el pecho, pero sedujo al planeta por su valentía y llenó de orgullo a un país joven nacido de la muerte de Yugoslavia

Robert Basic

Lunes, 16 de julio 2018, 19:27

En 1989, un equipo de balonmano de Bosnia-Herzegovina fue a Croacia a jugar un torneo en la isla de Hvar. Llegaron en tren hasta Kardeljevo (actual Ploce), luego caminaron un buen rato entre palmeras y olivos y finalmente cogieron el ferry que les trasladó ... a Jelsa, ciudad en la que competirían durante una semana. En su trayecto, los muchachos (eran juveniles) veían ondear banderas desconocidas, por las calles les ofrecían pegatinas con símbolos extraños y los graffitis y los carteles hablaban del orgullo croata, de la independencia, de los partidos políticos que prometían el cumplimiento del 'sueño milenario' –creación de un Estado propio– y de un nuevo tiempo que no tardaría en llegar. Ellos, yugoslavos todos, no sabían que Hrvatska –así se llama el país– ya se había ido. Apenas dos años después, Zagreb proclamó su soberanía, que fue homologada por la comunidad internacional en 1992, y luego la recién creada criatura saltó por los aires con una guerra que dejó miles de muertos y desplazados. Las llamas consumieron vidas, casas, familias y llenaron autobuses, coches y aviones de refugiados, algunos de ellos convertidos en futbolistas que el domingo pelearon por el Mundial y cayeron con todos los honores.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

larioja El mundo aprende a decir Hrvatska