Secciones
Servicios
Destacamos
A finales del pasado siglo, el médico de un club de fútbol de la Liga española recibió una oferta de la federación de un emirato árabe. El especialista, ya próximo a la jubilación y con la vida más que resuelta, no quiso ni escucharla. Le insistieron y, por educación, aceptó la cita. Esa tarde, tras la reunión, regresó a casa y le dijo a su esposa que había que hacer las maletas. «No he podido decir que no», fue su argumento. Tal era la cantidad de dinero que le ofrecían. Hace tiempo que el fútbol dejó de ser un juego para convertirse en un negocio. Nadie maneja los pies sobre el césped como el dinero. Y ese cofre, en forma de petróleo y gas, está en el desierto.
El próximo 20 de noviembre, cuando comience el Campeonato del Mundo de Fútbol en Qatar, el país se habrá gastado decenas de miles de millones de euros en organizar el evento. Solo en los ocho estadios ha invertido 6.000. Con apenas 2,8 millones de habitantes -el 15% son nativos y el resto, inmigrantes-, Qatar ha sacado su músculo financiero para quedarse con un Mundial singular.
Noticia Relacionada
Por primera vez no se celebrará en verano y será la primera edición organizada por un país musulmán, regido por la ley islámica. En Qatar se imponen restricciones a las mujeres, y la homosexualidad está castigada con hasta siete años de prisión. Según 'The Guardian', unos 6.500 trabajadores han fallecido en las obras de construcción de los recintos deportivos y los edificios relacionados con el evento. Los esclavos levantaron las viejas pirámides de Egipto y, al parecer, también los nuevos templos del fútbol.
Sin embargo, apenas ha habido protestas desde el mundo occidental. Algunas ciudades francesas, como París, Burdeos y Marsella, también Barcelona, se niegan a instalar pantallas gigantes en las calles para emitir los partidos. El exfutbolista Eric Cantona ha dicho que pasará el tiempo siguiendo la serie 'Colombo' en lugar de ver a jugadores correr detrás de un balón encima de una montaña de cadáveres. Toni Kroos, centrocampista alemán del Real Madrid que ya renunció a su selección nacional, ha mostrado igualmente su malestar: «Los trabajadores inmigrantes están sometidos a jornadas sin descanso bajo 50 grados y sin agua potable».
Noticia Relacionada
Poco más. La presencia del dinero árabe en los grandes clubes europeos no deja de crecer. La FIFA obtendrá por este Mundial unos beneficios de más de cuatro mil millones de euros, casi lo que ingresa en cuatro años. Los derechos televisivos son más rentables que los derechos humanos.
Para el menudo emirato, la organización de un acontecimiento así es la demostración de su poder. Lo tiene. Al disputarse entre el 20 de noviembre y el 18 de diciembre, obliga a suspender todas las grandes ligas; lo que haga falta para repartirse el botín. Las selecciones, además, disfrutarán de un lujo añadido: como todas las sedes están en Doha o sus alrededores, se alojarán desde el primer al último día en el mismo establecimiento. A todos los estadios se llega en un máximo de una hora.
Qatar calcula que recibirá algo más de un millón de visitantes. Como si España acogiera en un mes a veinte millones de turistas. Un aluvión. El emirato dispone de unas 150.000 camas de hotel -muchas de ellas para clientes de alto poder adquisitivo- y ofrece alternativas en apartamentos y complejos turísticos. Diez días en una de las residencias más asequibles rondan los 4.000 euros. El país, eso sí, presume de ser el más seguro del mundo. El metro, con videovigilancia en cada esquina, tiene parada en todos los estadios del campeonato. Durante el torneo se cerrarán los colegios y se fomentará el teletrabajo para facilitar el tránsito de los visitantes. Qatar busca dar su mejor imagen internacional, aunque sin ocultar sus costumbres. Un ejemplo: en el metro hay tres tipos de vagones, el estándar, el familiar (vetado a hombres solteros) y el 'oro', que cuesta diez veces más pero evita las aglomeraciones.
El Mundial 2022 es de Qatar desde diciembre de 2010, cuando resultó la candidatura elegida por la FIFA. Esa decisión aún es sospechosa en Francia. El entonces máximo responsable de la Federación europea (UEFA), Michel Platini, se había reunido nueve días antes con el presidente de la República gala. Nicolas Sarkozy le 'animó' a apoyar la plancha de Qatar. La Fiscalía Nacional de Finanzas francesa mantiene abierta una investigación centrada en los beneficios económicos obtenidos por Sarkozy procedentes de Qatar.
La FIFA no cambió la designación, pero sí ha variado el sistema de votación. Ahora cada federación es un voto, además público. En el último congreso de la FIFA, celebrado precisamente en Qatar, la presidenta de la federación danesa, Lise Klaveness, levantó la voz: «Este Mundial es inaceptable. No se puede tolerar que los empleadores no garanticen la seguridad de los trabajadores, ni a políticos que no quieren partidos de mujeres y que no protegen los derechos de la comunidad LGTBI». El suizo Gianni Infantino, presidente de la organización internacional, asegura como réplica que el Mundial ha acelerado la mejora de los derechos humanos en Qatar y califica ese desarrollo como «ejemplar».
El emirato, con una superficie similar a la de Navarra, es una península desértica donde todo mira hacia la capital, la espectacular Doha. Rodeados de arena y polvo en suspensión, han crecido edificios de diseño a cargo de los arquitectos más reclamados en el mundo, como la Biblioteca Nacional, obra del holandés Rem Koolhass; la torre del zoco, del francés Jean Nouvel...
Doha es un museo de arte contemporáneo al aire libre. Un oasis verde donde la temperatura en verano oscila entre los 40 y los 50 grados (en invierno, entre 20 y 30). El aire acondicionado es norma. Qatar tiene el récord de emisiones de CO2 por habitante. Los ocho estadios del campeonato disponen de climatización. Ajenos al cambio climático, los petrodólares aspiran a captar los mejores eventos deportivos. Arabia Saudí organizará los Juegos Asiáticos de Invierno. Llenarán de nieve su desierto. Y ya piensan en los Olímpicos de 2040.
Dueño también de un manantial de dinero, Qatar aspira a difundir su mejor perspectiva a través del deporte de mayor repercusión, el fútbol. La FIFA y las federaciones nacionales prefieren centrarse en el balón cuando aparecen declaraciones como las que hizo a 'Associated Press' el general Abdullh al-Ansari, jefe de seguridad del evento. Le preguntaron si sería posible exhibir un cartel a favor del colectivo LGTBI. «Si un hincha ondea una bandera arcoíris en un estadio y se la quitan, no será porque queramos ofenderle, sino por su bien. Para protegerle. Si no lo hacemos, alguien podría agredirle», dijo. La FIFA asegura que todos los colectivos podrán disfrutar en un ambiente cordial.
Las versiones son aún más contradictorias en el balance del número de trabajadores muertos durante las obras previas el Mundial: de los 6.500 que denunció 'The Guardian', a los 38 que admite la organización. Amnistía Internacional (AI) califica de «infierno» lo vivido por esos inmigrantes, en su mayoría procedentes de India, Nepal, Pakistán y Bangladesh. Llegaron a Qatar huyendo de la pobreza. Para conseguir un puesto de trabajo, pagaron comisiones. Se endeudaron. A muchos, el patrón les retiró el pasaporte, lo que les impidió abandonar el país. Durmieron en habitaciones minúsculas con ocho literas. Trabajaron en condiciones próximas a la esclavitud, según AI.
En unos días, el balón rodará por los estadios revestidos de oro y modernidad que acogen este Mundial controvertido, invernal y que se ha ido al desierto, donde pagan más que nadie. Argentina organizó el Campeonato del Mundo de 1978 en pleno régimen dictatorial de Jorge Videla. El título fue para la selección local. Fiesta albiceleste. Algo así no parece probable en el torneo que se acerca. La selección catarí, entrenada por Félix Sánchez Blas, formado en la cantera del Barça, solo ha sido capaz de batir a un rival europeo, el modesto equipo de Luxemburgo. Con muchos jugadores nacionalizados y talento técnico comprado en las grandes ligas, Qatar aún no está en la élite. El dinero, al menos todavía, no lo puede todo.
1- Sin ropa ajustada. Entre las pautas a cumplir elaboradas por el comité organizador del Mundial de Qatar está la de evitar la ropa ajustada, tanto para hombres como para mujeres. Nada de camisetas sin mangas o faldas cortas
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.