Una araña gigante de Louise Bourgoise preside el Centro de convenciones de Doha. EP
Diario desde Doha

'Mamá' nos abraza al llegar a Qatar

A las siete de la mañana el termómetro marcaba 31 grados y el sol estaba ya muy alto, avisándonos de lo que nos esperaba en este invierno que es verano abrasador

Iván Orio

Doha

Jueves, 17 de noviembre 2022, 16:02

Costó lo suyo llegar a Doha. Vaya que si costó. El avión sólo se retrasó siete horitas en Madrid. Mis compañeros Pío García y Javier Asprón y un servidor tendríamos que haber llegado a la capital de Qatar al filo de la medianoche del miércoles ... y, sin embargo, aterrizamos este jueves al amanecer después de un vuelo muy largo en el que no pudimos pegar ojo por eso de los nervios y la incertidumbre. A las siete de la mañana el termómetro marcaba 31 grados y el sol estaba ya muy alto, avisándonos de lo que nos esperaba en este invierno que es verano abrasador en este rincón del Golfo Pérsico. Nos registramos en el hotel, ducha rápida para despejarnos y al metro para recoger la acreditación en el gigantesco centro de convenciones de la ciudad, reconvertido en la casa de los medios durante las cuatro semanas del Mundial.

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Los periodistas dejamos de respirar esos segundos eternos en los que los empleados de la FIFA recogen en la ventanilla toda nuestra documentación y teclean en su ordenador a la espera del OK. Uno no puede dejar de mirar su rostro para intentar desentrañar si las cosas van bien o pueden torcerse a 5.400 kilómetros de casa. Como cuando el avión se mueve y buscamos los ojos de las azafatas y los auxiliares de vuelo para descifrar si transmiten tranquilidad o preocupación. Suele ser habitual no haber rellenado el formulario 'x' o no haberse bajado la aplicación 'y' en el móvil. Y sin 'x' o sin 'y' no hay acreditación que valga.

Esta vez la ecuación cuadró. Todavía nos estábamos colgando las credenciales cuando observé una araña gigantesca en el centro del vestíbulo. Por un momento pensé que el contraste entre el calor sofocante y el aire acondicionado para pingüinos me había jugado una mala pasada. Pero no, era 'Mamá', hermana de la que custodia el Guggenheim de Bilbao. 'Mamá' nos abrazaba nada más llegar a Qatar.

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