Quien quiera acceder a los entrenamientos de Japón sentirá un escalofrío al verse sometido a los mismos protocolos que se convirtieron en habituales durante la pandemia. Toma de temperatura al entrar, gel hidroalcohólico a granel, distancia de seguridad y por supuesto mascarilla obligatoria. En una ... disciplinada fila, los periodistas van esperando su turno frente a unos no menos disciplinados empleados de la federación nipona. El calor ha regresado a Doha y golpea de lleno a Japón, que inicia su entrenamiento lejos de la puntualidad que se le presupone. Si España es vecina de Argentina y Países Bajos, los nipones comparten espacio con la Gales de Gareth Bale en los campos de entrenamiento del Al Sadd, allí donde Xavi Hernández se curtió como entrenador.
Aquí también llega el sonido del adhan, la llamada al rezo. Y a uno le parece que incluso ese canto ha adquirido cierto tono oriental en este pacífico ambiente.
Una legión de cámaras persigue a los jugadores japoneses. Su victoria ante Alemania les ha colocado en una situación privilegiada. Ganando a Costa Rica estarán en octavos en un grupo en el que, a priori, partía en clara desventaja respecto a los germanos y a España, las dos favoritas.
Antes del duelo ante los ticos comparece ante un pequeño grupo de medios españoles Takefusa Kubo, que en el Khalifa Stadium jugó sus primeros minutos en un Mundial sin demasiada suerte. Sustituido al descanso después de una exhibición de brega sin premio y sin participar de la remontada de su equipo. El delantero de la Real Sociedad apunta las «buenas sensaciones» del conjunto nipón, y también las ganas por dejar «los deberes hechos» antes del duelo ante España que cerrará la fase de grupos.
Kubo, seguramente el jugador japonés que mejor conozca a la selección, analizó la goleada ante el que ahora será su rival: «Cuando metieron el tercer gol lo dejé de ver. Ya estaba claro que España era muy superior a Costa Rica. Meter siete goles no pasa todos los días. Si jugasen otra vez seguramente el resultado no sería el mismo. España fue muy superior, encontraron las debilidades del rival y les salió todo bien».
Ánimo elevado
Kubo admitió que la victoria ante Alemania ha elevado el ánimo de una selección que quizás no era el mejor después de los últimos resultados. Una derrota ante Canadá (1-2) y un empate ante Ecuador (0-0) no parecían la mejor carta de presentación. Aún así, el delantero de la Real cree que este Japón tiene una ventaja importante: «Nos podemos adaptar a todo. Podemos jugar de una manera contra los equipos grandes y de otra contra los que no lo son tanto. Tenemos muchas formas de competir. Si hay un partido contra España o Brasil no nos van a hacer más de tres goles. Este equipo no se desconecta».
En el duelo del próximo jueves (20 horas) se cruzará con varios de los internacionales que participaron en el Japón-España de los pasados Juegos Olímpicos, un duelo de semifinales que metió a España en la final y en la pelea por la medalla de oro. Asensio, por ejemplo, lo recuerda bien. «¡Claro que lo recuerda!», salta Kubo. «Fue él quien metió el gol, normal que se acuerde». Aquel partido podría guardar cierta similitud con el se avecina. «Nosotros tuvimos nuestras ocasiones, pero comparado con el amistoso que habíamos jugado antes de los Juegos, nos metieron mucho más atrás. Tenemos que encontrar la diferencia de por qué nos metieron tan atrás».