Inglaterra contra los infiltrados de Senegal

Inglaterra afronta el envite tras golear a Gales e Irán, y empatar con Estados Unidos en un partido que jugó con el freno de mano. De la primera fase salió con 9 goles a favor y dos en contra. Esa capacidad anotadora, sin embargo, no está protagonizada por su gran delantero, Kane. Ha dado tres asistencias y ha impuesto su talla cada vez que ha jugado, pero sigue sin hacer diana. Por ahora, su selección no ha echado de menos esa puntería. El equipo dirigido por Gareth Southgate dispone de arsenal suficiente y, además, presenta en este campeonato a su nueva perla, Bellingham, un joven genio por el que pujan los grandes equipos europeos.

El entrenador inglés parece tener sólo una duda: ¿Quién jugará en el lateral derecho? ¿Trippier o Walker? En la delantera, junto a Kane, tienen muchas opciones Foden y Rashford, brillantes ante Gales. Tras un largo periodo condenada a la irrelevancia, Inglaterra levantó la mano en el pasado Mundial, en Rusia 2018. Llegó a las semifinales. Y en la última Eurocopa jugó y perdió la final ante Italia. En Qatar es uno de los candidatos que más cuentan en pronósticos y apuestas.

Senegal, según esos vaticinios, es su próxima víctima en el camino hacia el podio. Pero si hay algo que define al fútbol es su condición de juego imprevisible. El combinado africano es una mezcla de jugadores nacidos en su país, sobre todo en Dakar, y en ciudades europeas, francesas en su mayoría. En el sentido contrario al famoso rally: de Dakar a París. Cosas de la emigración. Tras formarse en la fértil escuela de fútbol francesa, muchos han dado el salto a la Premier. En la liga inglesa juegan, por ejemplo, el meta Mendy y Koulibaly (Chelsea), el otro Mendy (Leicester), Sarr (Watford) y Kouyaté (Nottingham). También el seleccionador, Liou Cissé, pasó por el Birmingham y el Porsmouth. No estará ante Inglaterra por acumulación de tarjetas otro infiltrado, Gueye (Everton), protagonista de una polémica por negarse a defender los derechos de los homosexuales.