Füllkrug celebra su gol a España. Molly Darlington / reuters
Mundial Qatar 2022

Füllkrug, la perseverancia hecha sonrisa

A sus 29 años era un semidesconocido fuera de su país y nada hacía prever que Hansi Flick fuera a contar con él para 'Die Mannschaft'

Aser Falagán

Santander

Lunes, 28 de noviembre 2022

Lücke Füllkrug se llama en realidad Niclas y jugaba hace unos meses en la Bundesliga 2. Por fidelidad a unos colores, pero en la segunda categoría. Lücke Füllkrug luce el '9' en su espalda, pero no era el nueve de Alemania. A sus 29 años ... era un semidesconocido fuera de su país y nada hacía prever que Hansi Flick fuera a contar con él para 'Die Mannschaft'. Los tiempos en los que su imponente físico le hizo internacional sub-19 y sub-20 quedaban ya muy lejos.

Publicidad

Sin embargo, Lücke Füllkrug (Hannover, 9 de febrero de 1993) fue el oasis al que se aferró Alemania para no morir en el desierto de Qatar. Debutó en noviembre con Alemania y frente a La Roja salió desde el banquillo para firmar su tercera internacionalidad y hacerse con un certero derechazo un nombre en el fútbol mundial. Sus diez tantos en catorce partidos con el Werder Bremen le han llevado a Qatar en una especie de retribución kármica por los años de travesía por otro desierto: los de la Bundesliga 2 e incluso el Nuremberg II de la cuarta categoría, desde el que tuvo que reconstruirse para regresar a la élite tras sus lesiones de rodilla de 2013, 2015, 2018 y 2019, por no citar otras menos graves. Comparado con él, Sergio Canales apenas ha sufrido un catarro en toda su carrera deportiva.

O quizá fuera justicia poética por el gesto de hace año y medio, cuando los Werderaner descendieron y rechazó ofertas de otros equipos para seguir a orillas del Weser. Unos meses después el equipo regresó a la Bundesliga, lo celebró con bengalas junto a los hinchas y aceptó rebajarse el sueldo para ajustar el tope salarial. Porque Lücke Füllkrug será de Hannover y no podrá optar nunca al 'One Club Man' (tras su primera etapa en Bremen pasó por el SpVgg Greuther Fürth, el primer y segundo equipo del Núremberg y el Hannover 96), pero ser, lo que se dice ser, es del Werder, el club en el que se formó, al que regresó y al que fue fiel en el peor momento. Allí se ha reivindicado a base de goles. Los diez de este año y los 19 en 33 partidos que contribuyeron al ascenso un curso atrás. Las lesiones de Timo Werner y Marco Reus hicieron el resto.

Lo de Lücke no es un diminutivo de su nombre, Niclas, sino el mote que le regaló su compañero Marko Arnautovic cuando jugaban juntos en Bremen, donde también hizo buenas migas con Claudio Pizarro. Responde a una de sus señas de identidad: el diente que le falta de nacimiento. Aún siendo niño la ortodoncia ensanchó el hueco para un futuro implante, pero después cambió de opinión: «Mi mujer –Lisa, a quien conoció en la escuela– aprendió a quererme así». De ahí la visible brecha ('lücke') que luce su sonrisa y le moteja.

Lo suyo es el triunfo de la perseverancia. Es el tercero de una saga de futbolistas, como lo fueron antes su padre, Andreas, que no llegó a la Bundesliga, y su abuelo, Gerd, que militó en el Arminia Hannover de segunda categoría. En casa de los Füllkrug el fútbol debía ser casi una religión, porque su hermana, Anna-Lena, juega en el Hannover 96.

Publicidad

Un panzer que no lo es tanto

Aunque nació a 125 kilómetros y dio sus primeras patadas al balón en la pequeña ciudad de Ricklingen, al sur de su Hamburgo natal, pasó su juventud en Bremen, donde se había trasladado su familia, y pronto debutó con el primer equipo del Werder. Sin embargo, sus rodillas prematuramente semidestruidas le lastraron una vez tras otra con cuatro lesiones que detuvieron su progresión y le obligaron a buscarse la vida con cesiones a clubes modestos hasta que al fin en 2019, ya recuperado y musculadas sus articulaciones, regresó a casa.

Sobre el césped, sus 189 centímetros y cerca de 84 kilos ofrecen la imagen de un panzer que no lo es tanto. No porque a un futbolista que ha tenido que pertrecharse contra las lesiones le falten potencia y músculo, como los brazos que exhibe en algunas celebraciones, sino por su estilo de juego. Se siente cómodo a menos de diez metros de la portería, pero aunque herede algunas de sus características no responde al perfil típico de delantero tanque. Con buena técnica, se desenvuelve con comodidad fuera del área y sabe combinar. Su estadística lo confirma: más Völler que Klinsmann; más Müller que Klose. Así lo dicen sus 37 goles en 113 partidos de Bundesliga repartidos en tres etapas diferentes, que quizá no impresionen demasiado, pero 'Niclas Lücke', que así le llamaba el díscolo Arnautovic, tiene la flechita hacia arriba.

Publicidad

Al fin, Lücke Füllkrug ve cómo el fútbol le sonríe sin fisuras. Su reconstrucción comenzó en 2019, cuando nació su hijo, en un equipo cuesta abajo que como él mismo se rehizo. Estrella en el Werder Bremen, donde supera el millón de euros por temporada, podrá decir que marcó un gol a La Roja que salvó a la 'Mannschaft'. Salvo sorpresa seguirá siendo el delantero de recambio, pero su risa ya es internacional.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad