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javier asprón
Enviado especial a Doha
Viernes, 16 de diciembre 2022, 19:11
Francia afronta la tensión de las horas previas a la final mundialista atormentada por un virus. La gripe ha entrado en el vestuario galo y este viernes mantenía fuera de combate a tres jugadores: Raphael Varane, Ibrahima Konaté y Kingsley Coman. Antes también había afectado ... a Adrien Rabiot y Dayot Upamecano, que una vez superados los síntomas se reincorporaron al penúltimo entrenamiento. También faltaron Aurelien Tchouaméni y Theo Hernández, aunque en su caso por pequeñas molestias que les llevaron a quedarse en el gimnasio.
La gran preocupación es que en las próximas horas puedan caer más jugadores por el virus, ya sin tiempo para recuperarse para el partido decisivo. Las precauciones son máximas tanto en el hotel Al Messila como en las instalaciones del estadio Al Sadd, los dos lugares donde el actual campeón pasa sus días en Doha. Se ha bajado la potencia del aire acondicionado y los jugadores afectados han sido aislados y se ha prohibido el contacto físico entre los internacionales fuera del campo del entrenamiento.
Ahora todos se saludan con el puño y son obligados a lavarse las manos con frecuencia. Ellos se lo toman con humor. «No tenemos miedo del virus, aunque se han tomado medidas», decía este viernes Ousmane Dembélé, uno de los dos jugadores que salió a hablar con la prensa antes de la práctica. «Rabiot y Upamecano lo tenían y mejoraron después de tomar un té con jengibre y miel», dijo entre las risas de los asistentes.
El virus es la última piedra en el complicado trayecto de Francia antes y durante el Mundial. Más golpeado que nadie por las lesiones, Deschamps tuvo que prescindir de varios teóricos titulares a la hora de hacer la lista (Kimpembe, Kanté, Pogba o Tolisso). Ya con los 26 convocados, perdió a otros dos jugadores antes incluso de empezar (Nkunku y Benzema). El remate llegó en el primer partido, cuando Lucas Hernández tuvo que salir del partido ante Australia a los doce minutos del inicio con una nueva lesión que le hacía decir adiós al Mundial.
La situación preocupa, porque Deschamps mira al banquillo y no encuentra lo que necesita. Ante Inglaterra, en cuartos, solo realizó un cambio (Coman por Dembélé). Ante Marruecos en la semifinal fueron dos (Thuram por Giroud y Kolo Muani por Dembélé). Tampoco agotó los cambios ante Dinamarca, en la primera fase, ni contra Polonia, en los octavos de final. Según ha ido avanzando el torneo el seleccionador francés ha ido limitando también la confianza a sus hombres más cualificados. La derrota en la primera fase ante Túnez, partido que afrontó con los teóricos suplentes, terminó de convencerle de la necesidad de contar siempre con los más fuertes. Doce de los 25 integrantes del equipo no alcanzan los 120 minutos de juego. Ahora, cualquier nueva baja entre ellos podría ser un revés demasiado fuerte para su equipo.
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