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En este Mundial enrarecido, ni siquiera los goles y las sorpresas consiguen apagar por completo el rescoldo de unas polémicas que, para desesperación de Gianni Infantino, no se evaporan como los espejismos del desierto, sino que cada vez van adquiriendo una naturaleza más carnal, ... más objetiva, más amenazante. La FIFA ha declarado en Qatar una sorprendente cruzada contra el amor.
De pronto, la palabra 'love', de apariencia tan amable e inocente, se ha convertido en un término tóxico y peligroso, que puede acarrear severos disgustos a quien se le ocurra lucirlo, sea donde sea. Apenas unos días después de que el presidente del organismo rector del fútbol, Gianni Infantino, proclamara con gran aparato gestual y enorme convicción sentirse gay y catarí a la vez, la FIFA amenazó con tomar represalias contra los equipos cuyos capitanes utilizaran un brazalete arcoíris con la leyenda 'One love', en defensa de los derechos de la población LGTBI.
Como algunos equipos, entre ellos Alemania, se habían mostrado dispuestos a afrontar las multas que pudieran derivarse de lucir el brazalete arcoíris, la FIFA les atacó donde mayor daño les hacía. Les hizo saber que si alguien saltaba al campo con un mensaje de este tipo recibiría una tarjeta amarilla. Todos se plegaron, pero no todos lo hicieron de igual manera.
Este miércoles, sobre el césped del estadio Al Khalifa, el capitán de la 'Mannschaft', Manuel Neuer compareció con el brazalete de capitán oculto bajo la manga corta de su camiseta. La coquetería de Neuer, un tipo de enorme personalidad, defensor de la causa LGTBI, despertó comentarios suspicaces e incluso el árbitro se le acercó para revisar si acaso su cinta llevaba escrita la palabra maldita, la letra escarlata que identifica en Qatar a las modernas brujas: 'Love'.
lNo la llevaba. Pero antes del partido, todos los titulares de la selección alemana, formados para la foto oficial, hicieron el gesto inequívoco de taparse la boca para denunciar la ley de silencio impuesta por la FIFA. Sí lució la bandera arcoíris, pero en el palco, la ministra del Interior de Alemania, la socialdemócrata Nancy Feaser, que ya había considerado que la decisión del organismo rector del fútbol era «un inmenso error».
Uno de sus compañeros de partido, el diputado del Bundestag, Joahnnes Schätzl, había llegado incluso a reclamar que la selección alemana abandonara el torneo en señal de protesta. La situación está lejos de calmarse y puede dar un giro inesperado si prospera la demanda judicial que, según apuntó el periódico 'The Guardian', la Federación alemana va a interponer ante el tribunal de arbitraje deportivo de Lausana.
En declaraciones recogidas por el diario Bild, un portavoz de la federación alemana, Stefan Simon, explicó que la decisión de presentar el recurso busca aclarar si la FIFA está legitimada para imponer sanciones por «usar un símbolo de la diversidad y de los derechos humanos».
Los alemanes confían en que una resolución favorable permita que su capitán, Manuel Neuer, pueda lucir el brazalete arcoíris durante el partido contra España, el próximo domingo. En su pliego de acusación, los abogados de la 'Mannschaft' ya pueden culpar a la FIFA de haberles hecho perder al menos un patrocinador, la cadena de supermercados más importante del país, Rewe, que ha decidido suspender toda relación comercial con la selección germana para «poner distancia» con todo lo que está sucediendo en Qatar.
Al menos hasta entonces, la selección belga, para evitar castigos, ha decidido no utilizar la segunda equipación, blanca, que había adoptado como un canto a la integración de todas las personas, con independencia de su orientación sexual, y en cuyo cuello figura, cómo no, la palabra proscrita: 'Love'. «Muy decepcionados, nuestros jugadores y entrenadores han decidido no llevar el brazalete de capitán de 'One Love' para no correr ningún riesgo deportivo. Son grandes defensores de la inclusión y seguirán mostrando su apoyo de otras maneras», había señalado la Federación belga en un comunicado. En Bruselas, no obstante, ya avisan de que «revisarán su relación» con la FIFA.
Manuel Neuer, el portero y capitán alemán, ya se convirtió en un pionero cuando utilizó el brazalete arcoíris durante la Eurocopa 2020, pese a que no estaba oficialmente amparado por la UEFA y en teoría podía haberle acarreado sanciones económicas. La UEFA, sin embargo, decidió entonces darle el visto bueno y la Federación alemana se felicitó por haber podido lanzar «un mensaje de la selección alemana en favor de la diversidad y, por lo tanto, de una buena causa». Para la FIFA, esa causa ha dejado de ser buena, al menos hasta el 18 de diciembre. A Infantino, el hombre que se sentía gay, ya no le gusta el amor.
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