La gran deuda de Messi

La historia del fútbol tiene en sus páginas dedicatorias especiales a varios jugadores que han sido ídolos y que han contribuido a una mayor difusión de este deporte. Son jugadores que han cautivado pero que nunca llegaron a ganar un Mundial. Entre ellos está Leo Messi. Lo ha ganado todo, menos una Copa del Mundo. También en esa misma historia hay escritos sobre selecciones a las que les ha bastado contar con la magia de un jugador para conquistar el evento más importante del fútbol. Argentina es una de ellas. Ha ganado dos Mundiales, uno disputado en su terreno y marcado por el régimen militar, y otro porque tenía a Diego Armando Maradona.

Pero de eso hace ya 36 años. Messi no había nacido. Acude Argentina al Mundial de Qatar otra vez con la etiqueta de favorita, y la razón no es la de llevar 37 partidos sin conocer la derrota, ni de que sea la actual campeona de la Copa América. Tampoco que en su plantilla de futbolistas figuren muy pocos que sean distinguidos por ser decisivos en sus equipos. No. La mayoría de ellos son más obreros que arquitectos.

Pero tiene a Messi. Él representa la fe. También la esperanza. Y la ilusión de todo un país que vive en una crisis económica de primer nivel, con una inflación anual que alcanza el 90% y una pobreza que ronda el 40%. Pero el fútbol es para los argentinos hoy en día una importante válvula de escape. Tanto representa este Mundial que, pese a la crisis, no hay medio informativo que se prive de tener un periodista en Arabia.

Messi es hoy su Maradona. Igual lo han imaginado también en los últimos cuatro Mundiales, en los que Argentina también estuvo reinando en las apuestas. Pero no ha sido posible. En Alemania (2006), Sudáfrica (2010) y Brasil (2014) siempre fue eliminada por los alemanes, contando como derrota más dolorosa la final perdida hace ocho años en la prórroga. En la última, en Rusia, se les cruzó en octavos Francia, que acabaría siendo la vencedora.

A sus 35 años, y después de haber ganado la última Copa América, un Mundial Sub'20, un Oro Olímpico, 35 títulos con el Barcelona, 7 Balones de Oro, 6 Botas de Oro, 10 Ligas y 4 Champions, Messi tiene el Mundial como una asignatura pendiente, el título que le falta a su brillante historial para doctorarse. «No vamos a ser campeones de entrada como pensamos los argentinos. Tenemos una ilusión grande, pero hay que ser realistas y entender que es un Mundial, algo muy difícil», ha advertido el '10', el capitán y la figura más relevante de este torneo .

Argentina confía plenamente en su seleccionador, Lionel Scaloni, que ha logrado rodear a Messi de un grupo de jugadores con la experiencia de participar en las distintas ligas europeas. Las dudas están centradas en que hay varios que no están al 100%. El intenso calendario europeo ha castigado a muchas selecciones. El hecho de que lleve 9 defensas y solo un delantero centro, Lautaro Martínez, es de las pocas observaciones que ha efectuado la prensa al técnico, del que Messi ha dicho que es «buenísimo». Todo en aras de saldar una deuda histórica.

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