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Vanguardia. Imagen de las instalaciones de la academia Aspire, con varios campos de fútbol y pabellones para desarrollar otros deportes. EC
Mundil de Qatar 2022 | La academia Aspire, la fábrica de talentos de Qatar
Mundial de Qatar 2022

La fábrica de talentos de Qatar

Futuro. El vizcaíno Edorta Murua dirige desde hace más de cinco años la academia Aspire, en la que se forman las mejores promesas del emirato

Domingo, 13 de noviembre 2022, 00:36

Edorta Murua (Barakaldo, 1963) estaba hace seis años al frente del centro formativo del Universidad de Chile cuando recibió una llamada que le iba a embarcar en una «aventura de vida» que le llevaría a recorrer 15.000 kilómetros para instalarse en Qatar. La prestigiosa academia Aspire, una institución de alto rendimiento en diversas disciplinas deportivas que funciona en ese país desde hace más de tres lustros, entendió que el vizcaíno era la persona idónea para dirigir el departamento de fútbol, el más importante. Por su amplia experiencia, primero como jugador -en el Athletic, Oviedo y Elche, entre otros- y después como 'profesor' en Lezama y en el Atlético -llegó a ser responsable de metodología de la fábrica de talentos del club bilbaíno-. Y también por el conocimiento extra que supone haber estado a ambos lados de la barrera.

Era en cualquier caso una decisión peliaguda. Además del destino en sí mismo, un emirato de la península arábiga de poco más de dos millones y medio de habitantes de los cuales sólo el 15% son nativos, dar el sí significaba emprender un proyecto en una nación con escaso bagaje futbolístico local cuando Murua estaba acostumbrado a moverse en factorías ligadas a entidades de élite en sus respectivas ligas.

Esta es otra de las diferencias entre lo que hacía antes y lo que desarrolla ahora. Excepto un tiempo en el que trabajó en un programa de la UEFA, sus funciones hasta 2016 estuvieron vinculadas a equipos concretos. Desde 2017, sin embargo, 'su' cantera engloba a todas las escuadras de Qatar. Su objetivo: localizar a los jóvenes con mayor proyección en los diferentes clubes y sacar lo mejor de ellos en la academia de Doha.

Edorta Murua, con la academia.

En realidad el fútbol es muy joven en este pequeño emirato del Golfo Pérsico. Lo descubrió en los años 40 del siglo pasado gracias a los trabajadores extranjeros que llegaron a sus tierras para explotar los suculentos recursos petrolíferos. Desde su primer partido internacional en 1970 hasta su Mundial, el primero que se celebra en invierno y en un Estado árabe, Qatar se ha estructurado progresivamente con la contratación sobre todo de entrenadores extranjeros.

La voluntad de desarrollar el deporte del balón, de dar pasos hacia su profesionalización, fue liderada por la familia reinante, que comenzó a inyectar buena parte de sus riquezas procedentes del gas natural en los clubes locales a partir de los años 90. En 2004, cuando se funda Aspire, el país sólo contaba con 750.000 habitantes y tenía importantes carencias en infraestructuras y también en formadores. Pero poco a poco el escenario ha ido cambiando.

Más allá de Messi

El actual seleccionador, el español Félix Sánchez, llegó en 2006 a Aspire, donde se han formado los grandes nombres del equipo nacional (Akram Afif, Saad Al-Sheeb o Al Moez Ali), en ocasiones nacidos en Qatar de padres extranjeros o que llegaron jóvenes, a veces por invitación de la academia. El mayor éxito de la selección, el que dio al fútbol una nueva dimensión, se produjo en 2019 al levantar el trofeo de la Copa de Asia -antes, en 1981, llegó a la final del Mundial Sub'20-. La Copa de Asia fue un desafío mayúsculo que ya forma parte de la historia catarí. La mitad de la plantilla de aquel equipo había surgido de la academia.

El emirato superó en la final nada menos que a Japón, un trasatlántico en ese continente. Antes había quedado primero del grupo E con triunfos ante Líbano, Corea del Norte y Arabia Saudita. Después eliminó sucesivamente a Irak, Corea del Sur y Emiratos Árabes Unidos antes del choque decisivo ante el combinado nipón. Los niños catarís se dieron cuenta entonces de que había vida en los estadios cercanos más allá de Messi y Cristiano Ronaldo, un interés fundamental para cimentar la selección del futuro.

«Tenemos que ser más creativos y centrar nuestra atención en las necesidades adaptándonos a una nueva situación. Cómo estamos dispuestos a encararlo es lo que nos va a definir. Aspire es quien representa la imagen deportiva de Qatar en el mundo. Es un embajador que acerca y nos acerca a las miradas curiosas sobre lo que somos y representamos», subraya Murua en una conversación con este periódico.

En este sentido, el baracaldés hace una reflexión que explica muy bien su visión de lo que debe ser la academia a medio y largo plazo. «El planteamiento es que tenemos un evento crucial (el Mundial), y hay un enfoque hacia él, deportivo, social, cultural... Pero nuestro planteamiento es cómo estamos preparándonos y preparando los escenarios para el día después».

Las instalaciones de la academia son espectaculares. Por sus campos y recintos cerrados coinciden a diario profesionales de los cinco continentes, una suerte de ONU del deporte. En el equipo de trabajo de Edorta Murua se habla sobre todo castellano. Están con él, entre otros, Jonatan Cabanelas, coordinador técnico del centro; María Ruiz de Oña, coordinadora del Departamento de Neurociencia y Psicología; Iñaki González, coordinador y responsable de la selección sub'20; Joseba Bikandi, responsable de la evolución de los grupos de trabajo más jóvenes y entrenador de la sub'14; y desde este año Aritz Solabarrieta, responsable de la sub'14. Pero hay también chilenos, argentinos... Y nada hubiera sido posible sin Iván Bravo, director general de Aspire y de la selección nacional, que llegó a Doha hace once años.

Los jugadores de Qatar mantean al seleccionador, Félix Sánchez,, tras su triunfo en la Copa de Asia de 2019. EFE

Con las promesas el idioma oficial es el inglés. Hay alrededor de trescientas, de las que un centenar con edades comprendidas entre los 12 y los 18 años están encuadradas en la categoría denominada 'full time'. Son las que deben nutrir al fútbol catarí del porvenir en las grandes competiciones internacionales, tanto en la selección absoluta como en las inferiores. Para el resto de canteranos, entre los 5 y los 11 años, la metodología tiene una orientación diferente.

Los futbolistas van a la academia de domingo a jueves y los viernes y sábados disputan partidos con sus respectivos clubes. Los responsables de la institución se reúnen a diario a las 8.30 horas para cerrar la planificación de la jornada. Después empieza el trasiego para los chavales: clase, entrenamiento de la mañana, otra vez clase, comida, tiempo de descanso, clase, sesión preparatoria de la tarde y cena. Una persona se encarga del ámbito sociocultural de los futbolistas.

El bien común

Una rutina encaminada a la instrucción integral con la que los jóvenes ganan autonomía para tomar sus propias decisiones tanto dentro como fuera del terreno de juego. Decisiones individuales, eso sí, pensadas para favorecer el espíritu colectivo, la búsqueda del bien común. Hay un factor determinante que impregna todos los componentes de la 'fórmula' ideada por Murua para que los canteranos estén en disposición de dar lo mejor de sí mismos en los momentos complicados. «El futbolista -subraya- debe sentirse parte del proceso, asumir su responsabilidad».

Edorta Murua, durante una reunión de trabajo de la academia del fútbol catarí. EC

Dicho de otra manera, no se trata solo de que los jugadores adquieran conceptos y disciplina táctica, que también, sino que deben ser proactivos, desarrollar aquello que consideren puede ayudar a su mejora deportiva y personal. Hay otra línea clave de actuación que permite a los jóvenes, y también a sus formadores, conocer sus progresos. Los chicos de la academia salen al extranjero para enfrentarse a equipos de otros países. Y también sucede al revés. El centro invita a clubes de fuera a visitar sus instalaciones y a jugar contra sus escuadras. En este punto hay una curiosidad. Y es que Edorta Murua ya estuvo en el Aspire de Doha en la temporada 2007-08 con uno de los Cadetes del Athletic. Quince años después ha vuelto a Doha para quedarse.

La meta es crecer, levantar un granero de jugadores con el que nutrirse para estar presente en los principales eventos internacionales y ser capaces de competir en todos ellos.

DATOS HISTÓRICOS

  • El fútbol en Qatar Década de los 40: a través de los extranjeros que emigraron a Qatar para explotar sus recursos petrolíferos. 1970: primer partido oficial de la selección. Años 90: la familia reinante en el país invierte en los clubes locales buena parte de los beneficios obtenidos con el gas natural.

EDORTA MURUA

  • Como jugador. Categorías inferiores del Athletic, Bilbao Athletic (1981-85), Athletic (1983-85), Sestao (1985-87), Oviedo (1987-90), Elche (1990-92) y Amurrio (1992-95).

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