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Rodrigo Errasti Mendiguren
Martes, 2 de septiembre 2014, 20:54
Dos amigos, que se conocen desde críos en Tajonar, caminan juntos por la Ciudad del Fútbol de Las Rozas. Como hacían hace años en un pequeño pueblo navarro llamado Zizur. «Conocerlo bien, de hablar y tener trato sería en 2006, creo que viajamos juntos a ... Madrid. Él con la sub 19 y yo con la sub 17 cuando era un niño pero ya lo conocía porque los dos vivíamos en Zizur. Raúl siempre era muy atento con los jóvenes y yo siempre digo en broma que era mi chófer, porque me llevaba cuando subí al primer equipo en 2007», explica un César Azpilicueta que fue el canterano más joven en debutar con Osasuna en competición europea, Raúl ya llevaba dos campañas en el primer equipo, antes de cumplir los 18 años. Su vida ha cambiado mucho, ambos han sabido superar situaciones adversas para ser mejores futbolistas. El lateral sufrió una grave lesión de rodilla nada más dejar Pamplona por Marsella y el centrocampista tuvo que jugar, por el bien de su equipo, en una posición de mediocentro que no era la suya, algo que le hizo brillar menos que ahora. «César es un jugador que ha madurado mucho y siempre ha sabido adaptarse para sacar lo mejor de él», explica Raúl García el día de su primer entrenamiento como internacional absoluto. Y es que su amigo Azpilicueta es el multiusos del Chelsea: ha jugado en ambos laterales y hasta como interior derecha, puesto en el que empezó siendo niño y con el que logró debutar como profesional.«Ahora vivimos situaciones personales diferentes a cuando nos conocimos como bien dices, pero nos tenemos cariño y nos alegramos de que nos vaya bien tanto en lo personal como profesional», reconoce el lateral del Chelsea que fue padre hace unos meses de una niña, Martina, semanas antes de que Raúl se casase.
Cambian las caras pero no los métodos
Vicente del Bosque completó el primer y único entrenamiento en suelo español antes del duelo en Saint-Dennis del próximo jueves ante Francia (21 horas). Pese a que en la sesión había muchas novedades respecto al último test realizado el pasado 22 de junio en las instalaciones del Atlético Paranaense en Cajú, el cuartel general de la selección durante el Mundial en Curitiba, apenas se vieron cambios en la metodología de entrenamiento. Tres grupos separados por colores, con los porteros al margen, que completaron un circuito, unos ejercicios con balón y otro de posesión al primer toque en algo más de un rondo. Después de una hora de sesión completó un partidillo con dos equipos. Con peto jugaban Casillas; Juanfran, Bartra, Albiol, Alba; Iturraspe, Isco, Silva, Pedro y Alcacer. De amarillo lo hicieron De Gea; Carvajal, San José, Ramos, Azpilicueta; Busquets, Koke, Cazorla, Cesc, Raúl García y Diego Costa. No se pueden sacar muchas conclusiones de lo visto, pero sí que parece que Busquets, Koke, Cesc y Costa, que marcó un espectacular gol aplaudido por el más de un centenar de aficionados que había en la grada, tendrán muchos minutos juntos en estos dos partidos después de la decepción en Brasil.
Poco antes, en abril, sus equipos se midieron por una plaza en la final de Lisboa y tras el partido se dieron un emotivo abrazo sobre el césped de Stamford Bridge. «Siempre ha ido espectacular por alto, remata bien con las dos piernas Es un jugador ideal para cualquier equipo», advierte Azpilicueta. El 8 del Atlético de Madrid se mostraba ilusionado. «Vengo a aportar y dar todo lo que tengo, igual que hago en el Atlético. El mister sabe que todo lo que me pida intentaré dárselo. Siempre es bueno entrar en la selección, es un sueño que cada jugador tiene desde pequeño y hay que intentar aprovecharlo. Lo importante es trabajar en el grupo, hacer las cosas bien y luego poder disfrutar de la selección. A eso vengo, a trabajar y disfrutar si tengo la oportunidad de debutar, reconocía el debutante.... en la absoluta, porque era un habitual de las inferiores, en las que solía ser capitán como le sucedía a Azpilicueta años después.
Orgullo de cantera navarra
Osasuna, ahora peleando en Segunda, puede sentirse orgulloso de estos dos chicos que, junto a Mikel San José, forman el tridente navarro en una selección en la que Javi Martinez, fijo, es baja por lesión. Siempre presumen de sentimiento rojillo después de que sus salidas dejasen 13 millones de euros, en el caso de Raúl García, y 7 millones pagó el Marsella por el pase de Azpilicueta, que este martes renovó su contrato con el Chelsea hasta 2019. Los dos internacionales formaban parte de una generación aún recordada por muchos ojeadores. En la misma categoría, aunque tenían edades distintas, llegaron a jugar ellos dos junto a Javi Martínez y Nacho Monreal. En 2004, meses después de la llegada a Osasuna de Juanjo Lorenzo como director deportivo, se les hizo un contrato profesional para evitar que se pudiesen marchar a otros clubes con un simple cambio de residencia. Un año más tarde, el canterano Ismael López se mudó optó por ello. «Fue una decisión lógica viendo la calidad que tenían. Era una diferencia insultante con los demás. Sólo hay que ver el valor monetario que supuso para el club», reconoce el actual responsable deportivo del Olympiacos. José Ángel Cuco Ziganda, actual entrenador del filial del Athletic Club, entrenó a todos ellos en algún momento durante su etapa en Osasuna: «Son clásicos jugadores rojillos, competitivos, trabajadores y muy constantes pero con calidad». Ahora, lo demostrarán en la nueva selección de Vicente del Bosque.
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