Secciones
Servicios
Destacamos
Ignacio Tylko
Martes, 10 de junio 2014, 14:35
El vuelo de Iberia 6827 procedente de Madrid aterriza en torno a las siete de la mañana, hora local, en el aeropuerto internacional de Guarulhos en Sao Paulo. Tras unos minutos de espera, el comandante alerta a los pasajeros de un sorprendente retraso para aparcar ... el avión en la terminal, ya que su espacio está ocupado por otro aparato. Es sólo un ejemplo más del caos que sufre una megalópolis de 20 millones de habitantes que, en vísperas del arranque del Mundial sufrió este lunes el quinto día de huelga en el metro y unos atascos de tráfico que en las horas punta rondaron los 200 kilómetros.
El escenario es desolador. Barricadas, calles cortadas en pleno centro financiero, incendios provocados por los manifestantes al prender fuego a montañas de basura, intervenciones policiales con gases lacrimógenos, disparos de bolas de goma y bombas de estruendo, un centenar de detenidos, luego puestos en libertad, y 60 funcionarios del metro despedidos. Si no hay acuerdo, la entrada al estadio Arena Corinthians puede convertirse en un martirio para miles de seguidores que acudan el próximo jueves al Brasil-Croacia que abre el certamen. Solo las líneas privatizadas funcionan, pero la que lleva al estadio, la roja, es pública y se ve afectada. También corre el riesgo de quedar parado el tren expreso que enlaza el centro con el estadio.
Todo el país está pendiente del desenlace de un conflicto que podría agravarse y derivar en una huelga general. Los trabajadores piden una mejora salarial del 12,2%, pero el metro les ofrece un incremento del 8,7%. El Tribunal Regional de Trabajo ha declarado el paro ilegal y ha incrementado las multas por incumplir los servicios mínimos de 30.000 a 150.000 euros. El 90% de los brasileños apoyan nuestras reivindicaciones, aseguraba uno de los líderes sindicales. Entre gritos y protestas, uno de los asalariados exclamó: En cuanto salgáis de aquí vais a empezar a oír que tenemos que acabar con la huelga, que hay mucho en juego con el Mundial. No desanimaros. Más allá de la Copa, de Neymar y de la FIFA, lo que está en juego aquí es nuestra vida y la de los trabajadores.
Ajenos a la realidad
Empero, las intensas negociaciones entre el Gobierno del estado de Sao Paulo y el presidente del Sindicato de Trabajadores del Metro, Altino Prazeres, no parecen inquietar al presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, Marco Polo del Nero: Esto es un problemilla pequeño. Si no hay metro, pues que la gente vaya en autobús o en coche. Siempre hay alternativas, subrayó. Los huelguistas acusan a dirigentes políticos y futbolísticos de echar gasolina al fuego y de vivir ajenos al mundo real.
Sao Paulo es el foco del conflicto, pero Brasil puede ser un vía crucis de campeonato para los seguidores. Sólo podrán desplazarse en avión a lo largo y ancho de este país de tamaño continental, tan grande como la burocracia por comprar billetes y con aeropuertos saturados. Ya en tierra, la situación no es mucho mejor: el transporte público es pobre, las carreteras están saturadas y en mal estado y no hay un sistema de trenes alternativo.
Brasil espera recibir cerca de 600.000 turistas extranjeros que se sumarán a los tres millones de nacionales que se moverán entre las 12 ciudades sede entre el 12 de junio y el 13 de julio. Los organizadores aún llevan a cabo una carrera contrarreloj para poner a punto los aeropuertos, mejorados y ampliados, y dar soluciones a la movilidad interna.
Valga este ejemplo: un aficionado que quiera seguir a Brasil en la fase de grupos tendría que desplazarse de Sao Paulo a Fortaleza, en el noreste del país y a unos 2.370 kilómetros, y luego a Brasilia, en el centro-oeste y a 1.700 kilómetros. Por tierra, cada viaje llevaría más de 24 horas en un país 17 veces mayor en extensión que España.
Los problemas afectarán al bolsillo de los ciudadanos, ya que los precios de los pasajes se han incrementado hasta en un 1.000% respecto a la tarifa normal. Y ello a pesar de que la Asociación Brasileña de Empresas Aéreas (ABEAR) aseguró que se iban a rediseñar las ofertas de vuelos con precios asequibles. Su portavoz consideró inviable la opción de permitir a compañías internacionales operar rutas nacionales por el alto coste que representaría. Los pasajeros locales coinciden en que la remodelación de los anticuados aeropuertos no está a la altura de las circunstancias. Un maquillaje entre tablones y cables que aún cuelgan. Las reformas de fondo quedan para después del torneo.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
A la venta los vuelos de Santander a Ibiza, que aumentan este verano
El Diario Montañés
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.