Unión Deportiva Logroñés, Bilbao Athletic, Lugo, Cádiz, Numancia... Más de 260 partidos contemplan a Mario Barco entre Segunda, Segunda B y Primera Federación. Una larga trayectoria a la que el riojano dio un giro la temporada pasada. Un giro de más de 7.000 kilómetros ... para poner rumbo a Asia, concretamente hasta India, para enrolarse en las filas del Inter Kashi, un equipo de la segunda categoría del país en el que el calagurritano se siente «como en casa».
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Acabó la temporada 2023-24 y Barco tomó una decisión. «Descendimos en Soria y no había sido mi mejor campaña: tuve una lesión y no metí ningún gol», recuerda el ariete. «Juego al fútbol por ilusión y en España se me había acabado un poco la energía, necesitaba cambiar de aires y ya llevaba mucho tiempo con la idea de venir a India en la mente, pero no me atreví a dar el paso hasta que llegó esta oportunidad», añade.
Le surgió la opción de jugar en el Inter Kashi, un club de la ciudad de Varanasi (Benarés, en castellano) que le ofreció un proyecto «ambicioso» en el que también se involucraron más españoles. «Vi que era algo fiable», cuenta Barco. «Firmé por un año, todo fue muy bien y ahora he renovado por dos temporadas más, que pueden ser tres en caso de ascender», apostilla el delantero, quien se muestra encantado de la decisión tomada. «Nunca había tenido la oportunidad de asentarme en un club y aquí lo he conseguido; India me ha devuelto la energía y la ilusión», se congratula.
Para el riojano, todo es positivo en el país asiático. Tanto lo futbolístico como lo que no tiene que ver con el deporte. En lo que al balompié se refiere, el riojabajeño reconoce que el estilo de juego es «totalmente diferente» al de España. «Es un poco caótico tácticamente», considera. «Se generan más espacios y eso hace que el juego sea muy divertido y muy dinámico», explica. Solo puede haber cuatro extranjeros al mismo tiempo sobre el terreno de juego y los foráneos ejercen el papel de liderazgo, algo que motiva mucho a Barco. «He progresado mucho en ese rol de líder, en echarme el equipo a la espalda cuando se viene moralmente abajo», cuenta. «No estoy siendo el delantero de referencia que era en España, aquí tienes que bajar a recibir mucho más, organizas el juego, haces conducciones...», enumera.
El riojano se siente importante sobre el terreno de juego y también es feliz fuera de él. Vive en Calcuta con su novia. En la ciudad a la que pertenece su equipo todavía no hay infraestructuras adecuadas (las están construyendo) y la actividad del club se centra en la capital del estado de Bengala Occidental. «Vivimos todos los jugadores en unos apartamentos de la zona nueva; estamos rodeados de hoteles, se puede comer bien... Parece que estás en Europa y tenemos el campo de entrenamiento, con muy buen césped, a unos pocos metros», cuenta Barco. «Nos dan todas las facilidades del mundo para jugar al fútbol, más incluso que en España. Nos ponen todo en bandeja para que centrarnos al 100% en el campo», añade.
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Nada tiene que ver esa zona de Calcuta con el centro de la ciudad, donde la pobreza y el caos son mucho más evidentes. Aun así, al riojabajeño le encanta pasear por allí. «Me gusta conocer la cultura, hablar con la gente, ayudarles con aquello que para ti no supone nada», relata. «Les sonríes, te devuelven la sonrisa y te das cuenta de que nosotros nos quejamos por tonterías. En España es todo estrés y ansiedad y aquí es fluir», añade. «Para mí está siendo más una experiencia de vida que futbolística», remata.
Mario Barco dice sentirse muy identificado con la forma de ver la vida del país asiático. Se siente «súper fuerte» anímicamente y quiere ayudar al club a crecer en todos los aspectos. «Siento que tengo que devolverles lo que me han dado en este año y medio aquí», afirma. Ahora ya está centrado en la liga, en la que el Inter Kashi es «el favorito» al ascenso. «Por inversión, por condiciones y por facilidades para los futbolistas», enumera el riojabajeño, quien cuenta que la temporada es muy intensa, con partidos cada tres o cuatro días. «No tienes tiempo para descansar, pero es muy satisfactorio poder aportar tu granito de arena tanto dentro como fuera del campo; es una situación diferente que nunca había tenido en mi carrera», reconoce.
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No en vano, la implicación de Barco va más allá. «Estamos desarrollando un proyecto para poder llevar a jugadores indios a Logroño para formarles», cuenta. «Aquí hay millones de futbolistas, pero muy pocos campos y hay muchos jugadores de nivel que no tienen la oportunidad de competir; en España les podemos dar una formación de uno o dos años», expone para recalcar después: «A ellos se les iluminan los ojos cuando les dicen de venir a jugar a España y para mí es un sueño poder colaborar con esta labor social y devolver así el vínculo que he creado tanto con el país como con la gente». India ha conquistado al riojano.
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