Javier Bragado
Viernes, 1 de agosto 2014, 19:53
Lo que mal empieza mal acaba dice el refrán. Así ha ocurrido con varios clubs de fútbol que alcanzaron una situación de graves problemas económicos y terminaron sucumbiendo a su mala gestión y las sanciones por su mala praxis. Existen casos paradójicos como el del ... Murcia, que asumió el puesto del Guadalajara en Segunda por impagos de los castellanomanchegos y que ha descendido a Segunda B un año después por el mismo motivo. No obstante, la rutina habitual ha sido la de una espiral autodrestructiva que culminó en numerosos casos con el ahogamiento de la entidad.
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En 1992 el C.D. Málaga, fundado en 1941, desapareció a causa de la deuda económica que arrastraba. Tras la quiebra se refundó a partir de su filial. En el año 2000 el Club Polideportivo Mérida, el primer club extremeño que jugó en Primera División, no logró hacer frente a sus deudas y se despidió del profesionalismo tres años después de su última presencia en la máxima categoría del fútbol español. La campaña 1996-97 fue la última del Club Deportivo Logroñés en Primera. Desde entonces, la mala gestión económica de la entidad creada en 1940 sumó cuatro descensos por impago a sus jugadores hasta que en 2009 un juez decidió su liquidación. En 2012, el Badajoz, con 108 años de historia, después de salvarse del descenso deportivo a Tercera División desapareció a consecuencia de las deudas con los futbolistas y el cuerpo técnico. En 2013 la Liga vendió la plaza de la Unión Deportiva Salamanca en Segunda B por impagos. El club charro, con 90 años de historia, fue liquidado ese mismo verano por sus administradores tras no superar un concurso de acreedores.
Otros equipos históricos han logrado sobrevivir a las dificultades económicas aunque lejos de la élite. Así, el Oviedo se encuentra en Segunda División B tras una gran campaña de promoción para lograr una ampliación de capital. Diez años después de participar en competiciones europeas sus deudas fueron castigadas con un descenso a Tercera División, pero desde 2008 el equipo que se creó en 1926 compite en Segunda B. El Alavés, después de superar una ley concursal, se mantiene en Segunda División doce años después de jugar la final de la Copa de la UEFA con 93 años de historia. No obstante, el ejemplo más llamativo se produjo en 1992. El Sevilla y el Celta fueron sancionados y castigados con un descenso a Segunda B pero la presión popular terminó por recuperarles para una Primera División que se agrandó con dos nuevos equipos más y en la que compiten actualmente.
El último amenazado ha sido el Espanyol, sexto club en la clasificación histórica de la Primera División. Este verano el calendario de los pagos propuesto por los 'pericos' fue aceptado por Hacienda y la LFP, lo que supuso una vía libre tramitar las fichas de los nuevos futbolistas que contrataran en Cornellà-El Prat.
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