Valverde y Joselu sellan el pleno al 15 del Real Madrid

El nipón, un demonio con cara de ángel, atormentó a su exequipo como heraldo de una Real Sociedad que se pasea por cualquier campo sin complejos. Pero el Real Madrid, catedrático en resiliencia, aguantó de pie los golpes y reaccionó con grandeza. Valverde y Joselu, asistidos ambos por un eléctrico Fran García, orquestaron la remontada en la segunda parte de un partido que deja a los blancos con un pleno al 15, pese a que esta vez no marcase Bellingham. Lo que ya es noticia.

Ancelotti tomó nota de la mejoría que experimentó su escuadra en la segunda parte del encuentro contra el Getafe tras la entrada de Kroos y situó al germano, más descansado durante el parón de selecciones al haber renunciado a la 'Mannschaft', de inicio en un once al que también regresó Valverde y del que se cayeron Modric y Camavinga. Por su parte, Imanol Alguacil reeditó el bloque que goleó al Granada, incluyendo a un Barrenetxea que fue duda hasta última hora, pero que mojó enseguida en el Bernabéu.

El canterano de Zubieta se ha afianzado como titular en este inicio de temporada y su paso por el coliseo de Chamartín le ratificó con un valor en alza. Kubo, ex de la 'casa blanca', filtró con borceguí de seda un balón al corazón del área y el donostiarra recogió el servicio para superar a Kepa a la segunda intentona. El nipón y el guipuzcoano sellaron el triunfo de los 'txuri-urdin' sobre el Real Madrid en Anoeta la pasada campaña y este domingo protagonizaron un torrencial arranque de la Real Sociedad en el nuevo Bernabéu.

Los de Imanol Alguacil fueron un martillo pilón que pilló desprevenida a la soldadesca de Ancelotti. Kubo pudo ahondar en la herida de no haber obstaculizado Oyarzabal, en fuera de juego, la visión de Kepa, a quien había superado un misil del efervescente atacante nipón. Lo intentó también Brais con otro disparo lejano que salió lamiendo el palo.

El Real Madrid aguantó el vendaval como pudo y respondió con mucha entereza. Carvajal aprovechó un fallo en la salida de Remiro para regalar más de medio gol a Joselu, pero el ariete mandó su remate al travesaño sin que Rodrygo pudiese embocar el rechace haciendo un escorzo. Bellingham, de nuevo ubicuo, se sumó al zafarrancho de combate y hasta Alaba y Rüdiger incursionaron tras las filas enemigas. El perfil de los contendientes ofrecía terreno propicio para aventureros y el Bernabéu asistió a un toma y daca trepidante. Rodrygo se topó con Remiro; Merino se cruzó con Kepa. El vértigo se adueñó del escenario, para delicia de un respetable rendido al derroche de dos equipos que priman el atrevimiento sobre cualquier otro rasgo de carácter.

El paso por vestuarios no alteró la disposición de las tropas. Tampoco modificó su espíritu belicoso. El toque de corneta lo dio Valverde, un potente integrante de la caballería y todavía más poderoso francotirador cuando echa pie a tierra. El pase atrás de Fran García ofrecía una ocasión pintiparada para que el charrúa ajustase su mira telescópica y la bala fue directa a la tronera de Remiro.

La igualada espoleó al Real Madrid, que sin la dinamo de Vinicius por banda izquierda mima el punzón de Carvajal por el costado diestro. La Real, alertada por la crecida de los locales, trató de bajarle pulsaciones al pleito y Ancelotti meditaba un giro de guion cuando Fran García sacó de rueda a Traoré y catapultó con un centro tenso a Joselu para que el mejor pertiguista de la Liga consumase la remontada.

El gallego tenía asignado ya su asiento en el banco cuando el destino le concedió una última ocasión para refrendar su idilio con el Bernabéu vistiendo la blanca. En todos y cada uno de sus tres partidos como local en Chamartín ha visto puerta el de Silleda, que sumó su primera muesca el día que José Mourinho le dio la alternativa en Liga y también hizo diana contra el Getafe antes del parón.

Valverde tuvo la sentencia a pase de Kroos y también Bellingham tras una formidable entrega de Brahim, pero Ahien primero y Remiro después mantuvieron un hilo de esperanza para una Real Sociedad que dio la cara hasta el final, pero que se fue de vacío.