Un gris Madrid cumple en Valladolid

Con el ruido de fondo que acompaña a la toma de decisiones de trascendencia en la zona noble de Concha Espina, la resaca de la acalorada discusión entre Florentino Pérez y Ramos en los vestuarios del Santiago Bernabéu tras el adiós a la Champions y Mourinho y Zidane como líderes en las quinielas para asumir el banquillo, ya sea ahora o en el próximo verano, el Madrid se enfrenta a un Valladolid metido de lleno en la pelea por eludir el descenso tras una victoria en sus últimos once partidos de Liga y seis de los últimos 33 puntos en juego, pobres registros que han dejado a los pucelanos al borde del descenso.

Al caos y la incertidumbre instalados en el Madrid en los últimos días y la necesidad del rival se unen además las múltiples bajas en la plantilla blanca. Sin Ramos, sancionado después de la amarilla que vio en el clásico pero que en cualquier caso viajará a Valladolid para acompañar a la expedición blanca en tan delicado trance, y sin los lesionados Vinicius, Carvajal, Lucas Vázquez, Bale y Marcos Llorente, además del tocado Mariano, a Solari se le presenta un auténtico rompecabezas a la hora de armar un equipo competitivo para el partido de Zorrilla. Con semejante panorama, las puertas del once se abren para Odriozola, Marcelo, Ceballos o Asensio, suplentes en las últimas citas. Seguirán como titulares Courtois en la portería; Varane y Nacho repitiendo en el centro de la zaga después de naufragar ante el Ajax; Casemiro, el dubitativo Kroos y Modric como pilares de la medular y Benzema como referencia ofensiva a pesar de que su pólvora parece haberse mojado en las últimas semanas, coincidiendo con el colapso de su equipo.

Isco, que pidió disculpas a sus compañeros por no acudir en autobús junto al resto de la plantilla al Bernabéu en el duelo ante el Ajax, sigue lejos de contar para su entrenador, que dejó un recado al malagueño en la rueda de prensa previa al partido: «Las cuestiones disciplinarias las manejamos de forma privada. Es así aquí y en todos los equipos. En lo deportivo, para jugar primero hay que ponerse en forma y luego tener forma competitiva».

«Todos estamos de paso y en un puesto como este más aún. Lo más importante que tiene cualquier entrenador es el siguiente partido», asume Solari sobre su continuidad, que piensa aquello de que si hay que despedirse, que sea al menos con una sonrisa. No obstante, es consciente de que un buen resultado y buenas sensaciones en Valladolid al menos podrían ayudarle a mantenerse en el cargo hasta el final de temporada, siempre dependiendo de la predisposición de sus posibles sustitutos a asumir el mando de un equipo que afronta el final de temporada descontando fechas. Ante el Valladolid y en el José Zorrilla, la primera de ellas.

-Alineaciones probables:

Real Valladolid: Masip, Antoñito, Joaquín, Calero, Nacho, Keko, Míchel, Alcaraz, Anuar, Óscar Plano y Sergi Guardiola.

Real Madrid: Courtois, Odriozola, Varane, Nacho, Reguilón, Casemiro, Kroos, Modric, Ceballos, Asensio y Benzema.

Árbitro: Gil Manzano (Colegio extremeño).

Hora: 20:45h. Estadio José Zorrilla.

TV: Movistar Partidazo.

El Madrid cumplió en Valladolid en la primera de las doce estaciones de su particular vía crucis, sin opciones de ganar la Liga pero con la necesidad de evitar abandonarse para asegurar su presencia en la próxima edición de la Liga de Campeones. El equipo de Solari fue inferior durante la primera parte, pero se encontró con el gol de Varane en un regalo de Masip cuando más sufría y se adelantó en un penalti innecesario a Odriozola que aplacó el ímpetu pucelano y permitió al Madrid respirar con cierta tranquilidad en los segundos 45 minutos para acabar goleando.

Solari recurrió al sistema 4-4-2 en lugar de su habitual 4-3-3 frente a las ausencias de hombres de ataque como Vinicius, Bale, Lucas Vázquez o Mariano y optó por poblar el centro del campo con Ceballos junto a Casemiro, Kroos y Modric. El partido parecía un castigo más que una oportunidad para reivindicarse y eso se notó en la actitud del Madrid, que en los primeros minutos estuvo lejos de afrontar el partido con el mínimo de profesionalidad necesario a pesar de que su capitán, Sergio Ramos, había transmitido días antes la necesidad de aferrarse a la competición para al menos alcanzar la segunda plaza a final de temporada.

El Valladolid, con varias marchas más que su rival, salía veloz tras cada robo de balón y en una de esas arrancadas, Óscar Plano se plantó en el área del Madrid con ventaja y Odriozola le agarró, provocando un penalti que Alcaraz envió a las nubes. El Madrid se libraba de un gol en contra que volvió a evitar apenas un minuto después, cuando Sergi Guardiola remató a la red un pase de la muerte de Keko, que antes había recibido en fuera de juego, provocando la anulación del tanto tras la revisión del VAR. Por si fuera poco para no haberse consumido ni siquiera los primeros 20 minutos de partido, Guardiola perforaba de nuevo la red de Courtois y por segunda vez veía anulado su gol por fuera de juego claro. Un penalti fallado y dos goles anulados, prueba sobrada de lo milagroso del empate a cero a esas alturas para un equipo blanco que rumiaba sus penas por el césped de Zorrilla.

La debacle parecía total, nada invitaba a pensar en que el Madrid podría reaccionar, pero en un balón al área,

A partir de ahí, el partido fue otro y el Madrid se sintió dominador, especialmente tras el segundo gol de Benzema en un cabezazo impecable del galo, que recuperó el olfato realizador a la par que su equipo se reencontraba con la victoria. Solo la electricidad de Verde y su peligroso golpeo con pierna zurda llevaron algo de zozobra al Madrid, más fresco en el tramo final que su voluntarioso rival, agotado tras el esfuerzo de la primera parte. Los blanquivioletas tuvieron la oportunidad de engancharse al partido, primero en un remate al poste de Guardiola y luego tras la expulsión de Casemiro por doble amarilla -la segunda por obstaculizar el saque de una falta-, pero la ausencia de efectividad les condenó definitivamente a una derrota aún más contundente tras el definitivo 1-4 de Modric.