Gameiro mantiene las opciones europeas del Valencia

El Valencia afronta este choque tras la dolorosa derrota sufrida en el campo del Leganés en la última jornada y lo fue tanto por no sumar como por no hacerlo ante un rival que está en puestos de descenso y que jugó casi cuarenta minutos con un futbolista menos.

«El equipo está roto y abatido», señaló Voro González tras ese encuentro, así que el primer objetivo del técnico será tratar de recuperar moralmente a sus jugadores aunque sigue con las bajas de Cristiano Piccini, Rodrigo Moreno, José Luis Gayà y Manu Vallejo.

También podría haber cambios fruto de las comunicaciones del club a jugadores de que no cuenta con ellos para la próxima campaña, algo que se mantendrá como una incógnita hasta el final del campeonato.

Mientras, el Espanyol visita Mestalla como equipo matemáticamente de Segunda División, pero con el objetivo de maquillar una imagen que cae en picado a medida que avanzan las jornadas del campeonato liguero, con siete derrotas consecutivas.

El cuadro blanquiazul va camino de convertirse en la peor versión de su historia y tiene dos encuentros para revertir este escenario, el primero frente al Valencia, que es, sobre el papel, un duelo complicado, aunque no renuncian a nada.

Durante la semana, el cuerpo técnico ha intentado reactivar anímicamente a sus futbolistas, tocados con la situación. Rufete, que también es el director deportivo, tiene además otros frentes abiertos: planificar la siguiente temporada en Segunda en medio de las numerosas críticas a la gestión del proyecto.

El entrenador dirigirá la última sesión antes del choque en Mestalla esta tarde y después dará a conocer la lista de convocados y comparecerá en rueda de prensa, si bien todos los jugadores están a disposición del preparador blanquiazul para este duelo.

El técnico tiene la intención de dar protagonismo a los futbolistas más jóvenes en estas dos últimas jornadas y también podría aprovechar para realizar rotaciones, si bien el objetivo es acabar el curso con buenas sensaciones para aliviar, mínimamente, el enfado de la grada.

Los enfrentamientos entre el Valencia y el Espanyol en Mestalla son claramente favorables al anfitrión y la última victoria blanquiazul en LaLiga se remonta a la temporada 2007-08 y, desde entonces, los catalanes sólo han logrado dos empates.

Un gol de Kevin Gameiro en el primer tiempo mantiene al Valencia con opciones matemáticas de jugar el año próximo en Europa al serle favorables otros resultados del la jornada en un choque en el que el Espanyol controló el partido, aunque sin claridad ofensiva.

El Valencia mostró los mismos defectos de encuentros anteriores, mientras que el equipo catalán compitió con solvencia y no mereció perder.

Hasta el 1-0, marcado por Gameiro tras un excelente pase en profundidad de Ferran Torres, el dominio del Valencia había sido claro, con aproximaciones constantes a la meta de Diego López

Pese a ello, la ocasión más clara de gol se había registrado en la única aproximación del equipo de Rufete en la que tras una buena acción de Embarba, Wu Lei falló solo ante Cillessen.

El encuentro cambió tras el tanto, pues el Espanyol dio un paso adelante y las fuerzas se equilibraron. El equipo catalán cobró protagonismo y las diferencias entre ambos equipos menguaron.

El Valencia ya no encontraba las facilidades del principio para llegar a la meta rival, aunque dispuso de un par de ocasiones para ampliar la cuenta, pero su rival que también tuvo sus opciones.

El Espanyol jugaba desinhibido mientras que el Valencia, más presionado, perdió la salida de balón que había tenido al principio, sobre todo por la banda derecha, lo que le impidió ampliar el marcador y dejó el partido abierto para la segunda mitad.

La segunda mitad dio comienzo con un Espanyol más incisivo que el Valencia aunque si acciones trascendentes de cara a puerta, ya que el conjunto catalán no estaba acertado a la hora de resolver sus ataques.

Cuando el Valencia se hacía con la pelota, sus posesiones eran largas, pero casi nunca llegaban cerca de la meta de Diego López, que apenas intervenía en el juego.

Sin que las fuerzas se decantaran a favor de ninguno de los dos equipos, el partido avanzaba sin que nada ocurriera, pues el balón estaba casi siempre en poder de los centrocampistas de uno y otro equipo, pero sin apenas profundidad, aunque era el Espanyol el que se mostraba con un poco más de voluntad ofensiva

A medida que pasaban los minutos, daba la sensación de que el empate estaba más cerca que el 2-0 porque se jugaba cada vez más cerca de la meta de Cillessen que de la del conjunto espanyolista.

En la prolongación, con un hombre más tras la expulsión de Jaume Costa, el Espanyol dispuso de dos ocasiones de gol, con un balón de Vargas incluido al larguero.

El final del choque fue agónico para el Valencia, pero el Espanyol no encontró premio a su esfuerzo.