Tchouaméni saca nota en su primera reválida

Creciendo a medida que avanzaba el encuentro frente al Celta y se sacudía esa timidez que mostró la semana anterior contra el Almería, el ex del Mónaco acabó rubricando una convincente actuación en la que rezumó poderío físico. Involucrado en la acción que desembocó en el penalti que Benzema aprovechó para inaugurar el marcador en el recinto celeste, al imponerse con un gran salto para ganar el balón aéreo que recogió Alaba y que terminó estrellándose en el brazo de Tapia, fue partícipe destacado también del tanto que cerró la goleada del equipo de Carlo Ancelotti, llevándose un balón dividido que previamente había rebañado su compatriota Camavinga para lanzar una contra fulgurante que culminó Valverde con un remate a la tronera de la portería que custodiaba Marchesín.

«Tchouaméni tiene calidades distintas a Casemiro. Hoy ha jugado muy bien y ha mostrado lo que hace tan bien en los entrenamientos. Ha defendido muy bien y ha disfrutado del buen partido del equipo. Se ha encontrado cómodo porque Modric, Camavinga y él han hecho un trabajo muy bueno con la ayuda de Valverde, que siempre es muy importante en el aspecto defensivo», ensalzó Ancelotti al término de un enfrentamiento en el que el futbolista de Ruan lideró al Real Madrid en número de recuperaciones (nueve, las mismas que Valverde), despejes (cuatro), intercepciones (tres), pases realizados (68), toques de balón (87) y ocasiones creadas (tres, igualado con Modric). Registró, además, un 90% de acierto en las entregas, ganó cinco duelos y completó los tres regates que intentó en un choque que arrojó un Real Madrid más anárquico y deslavazado que el que se movía al acompasado ritmo de los tres tenores que cincelaron una época llena de éxitos, pero cuya exuberancia física desembocó en una victoria por aplastamiento.

No cabe duda de que la salida de Casemiro a la Premier League supone un considerable daño para el Real Madrid. Al margen del equilibrio táctico que ofrecía, el de Sao José dos Campos era una figura troncal para los blancos por su experiencia, jerarquía, profesionalidad, compromiso y un gen competitivo a prueba de bombas. Pero lo que el verano anterior hubiese constituido una tragedia sin ambages para el catorce veces rey de Europa, ahora se ve como un problema de proporciones apreciables, pero con soluciones que permiten a Ancelotti mitigar el perjuicio.

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Tchouaméni demostró, con su paso al frente en Vigo, que no se arredra en un escenario de exigencia máxima, pese a tener 22 años y ser un recién llegado a la 'casa blanca'. Por supuesto, le queda mucho camino por recorrer dentro de un proceso de maduración para el que no podrá contar con los sabios consejos de Casemiro, bajo cuya tutela había planificado Ancelotti una transición dulce que ha devenido en abrupto traspaso de poderes por obra y gracia del músculo económico del Manchester United. Pero las bases, esas mismas que llevaron al Real Madrid a desembolsar 80 millones de euros más 20 en variables para sacarle de la Ligue 1 y ganarle al Liverpool y al PSG la carrera por sus servicios, parecen lo suficientemente sólidas para que el conjunto de Chamartín observe el presente con cierto sosiego, a pesar de haber dicho adiós a uno de sus principales pilares en las últimas temporadas.