Los suplentes del Madrid piden paso y complican el puzle de Ancelotti

Sobre el papel, Ancelotti, hombre acostumbrado a cambiar solo lo estrictamente necesario, se enfrentaba al reto de gestionar una parcela ofensiva de ensueño, pero una vez el balón ha echado el rodar esta sensación previa se ha agudizado por la versión un tanto gris del tridente titular formado por Vinicius, Mbappé y Rodrygo. Es muy pronto para sacar conclusiones, pero por detrás vienen apretando fuerte Arda Güler, que ya tuvo su oportunidad en el once inicial contra el Valladolid, y especialmente Brahim Díaz y Endrick, los dos hombres encargados de rubricar una victoria que por momentos se había complicado.

El caso del malagueño, internacional marroquí desde la última campaña, no es nuevo. Ya el curso pasado hizo méritos para tener más minutos de los que finalmente disputó. Y es que Brahim jugó 44 encuentros, una cifra nada desdeñable, aunque solo la mitad de ellos, 22, como titular. Firmó 12 goles y 9 asistencias y se convirtió en un gran agitador de partidos, exactamente igual que volvió a demostrar este domingo contra el Valladolid, en el primer partido de la temporada en el Santiago Bernabéu.

Después de siete minutos en la Supercopa de Europa ante el Atalanta y apenas tres frente al Mallorca en Son Moix, un rol absolutamente residual, Brahim exprimió al máximo los 21 que disputó contra el conjunto blanquivioleta. Gol para encarrilar el encuentro, tras utilizar con habilidad el cuerpo en el cara a cara ante el defensa Cömert y definir con gran calidad ante la salida de Hein. Apenas cinco minutos después, asistencia para Endrick tras una de sus clásicas conducciones con el balón sellado al pie, sello de la casa con el que supera líneas adversarias a velocidad de vértigo.

Difícil hacer más en menos tiempo. Como el propio Endrick, al que le bastaron sus primeros cuatro minutos de competición oficial con el Real Madrid para estrenar su cuenta goleadora de blanco. Derechazo ajustado al palo y festejo a la altura. Está bendecido el brasileño en el Bernabéu, donde en su primera aparición en el amistoso entre las selecciones de España y Brasil, allá por el mes de marzo, también vio puerta. Aunque la intención en el club pasa por ir despacio con el atacante formado en el Palmeiras, de solo 18 años, su despliegue físico y buena relación con el gol podrían aumentar su protagonismo en este curso de estreno en el Viejo Continente.

Está en el tejado de Ancelotti definir el reparto de los minutos en Liga. Nadie duda de la jerarquía de Vinicius, Mbappé y Rodrygo en los grandes partidos, pero los suplentes vienen pisando fuerte en busca de oportunidades. A priori, el italiano postergó las rotaciones hasta la entrada en escena de la Liga de Campeones, aunque al toque de atención en busca de «equilibrio» tras el empate en Mallorca añadió una vez acabado el duelo contra el Valladolid otro aviso. «En esta época, con tanto calor, los jugadores se cansan más. Un jugador cuando está cansado debería levantar la mano, pero no me ha pasado en 40 años. Los jugadores tienen que tener un poco más de responsabilidad en este sentido. Tengo jugadores en el banquillo que están bien y pueden jugar», lanzó el técnico italiano, a quien corresponde encajar las piezas de un puzle de enorme complejidad.