Sergio Ramos celebra la victoria del Real Madrid en el clásico. Rodrigo Jiménez (EFE)
Análisis

El Real Madrid se rehabilita anímicamente justo a tiempo

El conjunto blanco, consciente de lso que se jugaba, consiguió dar un golpe de timón a la Liga, dejar tocado a su rival y recuperar el liderato antes del tramo final del campeonato

Lunes, 2 de marzo 2020, 16:48

«Todos los puntos valen lo mismo». Es un tópico del fútbol, que por otra parte no está exento de una lógica aplastante, pero tiene que ver más con las matemáticas que con el sinfín de sensaciones y emociones que arrastra el deporte de ... once contra once. El Real Madrid llegaba al clásico con la espada de Damocles pendiendo sobre su cabeza. Una derrota ante el Barça amenazaba con la segunda temporada consecutiva sin nada en juego con el mes de marzo recién nacido, toda que vez que llegaba después del golpe a la moral que supusieron los diez últimos minutos del partido de ida de octavos de la Champions frente al Manchester City, en el que la eliminatoria y por tanto la continuidad en la máxima competición continental se le pusieron al Madrid muy cuesta arriba.

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El clásico del Bernabéu podía acabar con un Madrid a cinco puntos del Barça y el golaveraje perdido o con el equipo de Zidane recuperando el mando de la Liga y dejando tocado a un rival que tampoco está para tirar cohetes después de un empate en Champions ante el Nápoles que generó un sinfín de dudas y sólo la certeza de que fue un gran resultado para los azulgranas a tenor de lo visto en San Paolo. La moneda acabó sonriendo a los blancos, mucho más que tres puntos, tal y como reflejaba en sus palabras Sergio Ramos tras el partido del Bernabéu. «Eran tres puntos importantísimos porque un clásico es distinto y era muy importante que no se nos fueran a cinco puntos. También para fusionarnos con la afición y recuperar anímicamente al grupo para lo que resta de temporada», señaló el capitán madridista, consciente de la importancia de lo anímico en el fútbol.

El Madrid sabía de lo complicado de la situación y eso se notó en su intensidad, muy superior a la del Barça, especialmente en la segunda parte. Los blancos superaron a su rival con una marcha más y un Casemiro descomunal, que protagonizó una decena de las 58 recuperaciones de balón madridistas, quince más que el equipo de Setién, que abusó una vez más de una circulación lenta y previsible, de las que no desgastan al contrario. La presión alta del Madrid, esa que sorprendió a Guardiola en el partido de Champions del miércoles, tal y como reconoció posteriormente, tuvo mucho que ver en ello.

Más allá de esto, el Madrid también evidenció una gran dificultad para hallar el gol. Después de los tantos de Vinicius y Mariano al eterno rival, la lista de realizadores blancos sigue ampliándose pero sin que ningún jugador acumule cifras considerables. Benzema continúa estancado en los trece tantos ligueros y para hallar al siguiente goleador madridista hay que remontarse a los cinco de Sergio Ramos, tres de ellos de penalti. Tres suman Modric, Kroos, Casemiro y Varane, y dos Jovic, Vinicius, Bale, Lucas Vázquez y Valverde. Con semejante sequía no es de extrañar que este Madrid de sacrificio y solidez necesite blindar su puerta para ser competitivo.

Portería a cero

En ese aspecto, y pese a algunos desajustes defensivos sin consecuencias frente al Barça, Courtois volvió a dejar su puerta a cero, algo que ha conseguido en hasta una docena de los 23 duelos ligueros que ha disputado esta temporada, en dos de sus seis encuentros de Champions y en la final de la Supercopa de España. El guardameta belga camina con paso firme hacia el Trofeo Zamora al portero menos goleado de la Liga, con sólo 14 tantos encajados en 23 partidos y un coeficiente de 0,61 que supera incluso el 0,73 del colchonero Oblak.

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Seis goles a favor y uno en contra le han servido al Madrid para sumar cuatro victorias y dos empates, o lo que es lo mismo, 14 puntos de 18 posibles, en los duelos directos ante Barça, Atlético y Sevilla, a priori sus rivales más fuertes. Esta fiabilidad, una enorme intensidad en el centro del campo y un punto de épica que recuerda al de aquella Liga de la campaña 2006-07, en la que el equipo entonces entrenado por Fabio Capello se aferró a la pelea por el título para acabar derrotando al crepuscular Barça de Frank Rijkaard, parecen una receta apta para pelear por el campeonato de la regularidad, pero quizás se queda corta en Europa. El Madrid ha recuperado la fe, pero resta por ver si será suficiente para remontar ante el Manchester City en Inglaterra.

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