Vinicius seguirá siendo uno de los puntales del Real Madrid pese a la llegada de Mbappé. Peter Zay (Afp)
Liga 2024-2025

Un 'Dream Team' que eleva la exigencia del campeón

Los fichajes de Mbappé y de Endrick incrementan el potencial ofensivo del Real Madrid, cuya principal incógnita radica en el rendimiento del centro del campo sin Kroos

Óscar Bellot

Madrid

Miércoles, 14 de agosto 2024, 01:10

El Real Madrid afronta la defensa del cetro ligero bajo presión máxima. Los fichajes del prometedor Endrick y, sobre todo, del contrastadísimo Kylian Mbappé elevan varios cuerpos la exigencia a la que deberá someterse el vigente campeón. Tras completar una temporada de ensueño el pasado ... curso que superó de largo las expectativas que había generado lo que parecía un plantel de entreguerras, los blancos han terminado de armar este verano un bloque repleto de figuras de primer nivel mundial, una suerte de 'Dream Team' liderado por tres de los cuatro futbolistas más cotizados del planeta –Mbappé, Vinicius y Bellingham- que tendrá que medirse con el espejo de la grandeza que se le presupone.

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Toda vez que el cortejo futbolístico más largo y tormentoso que se recuerda derivó en boda por todo lo alto con una faraónica presentación en el Santiago Bernabéu el pasado 16 de julio, Mbappé asume al fin la condición de mascarón de proa de un equipo que también viene de proclamarse campeón de Europa y no parece tener parangón en el Viejo Continente. La ilusión que ha despertado el aterrizaje del astro de Bondy, equiparable solo a la que engendró la llegada quince años atrás de Cristiano Ronaldo, mete al Real Madrid en una nueva dimensión y confirma su condición de rival a batir.

El francés, que hereda el '9' que dejó vacante en 2023 su compatriota Benzema, está llamado a convertirse en el nuevo dios del olimpo blanco, dentro de un torneo huérfano de figuras de semejante talla desde que se consumasen las lloradas salidas de CR7 y Leo Messi. Los demoledores registros goleadores que ha dejado el campeón del mundo con Francia en 2018 desde su irrupción en la élite incrementan el potencial intimidatorio de una escuadra que sembró la devastación a su paso el curso anterior sin necesidad de un cañonero puro y que podrá darse el lujo de arropar a su nueva arma nuclear con estrellas del calibre de Vinicius, Rodrygo y Bellingham.

Diseñar un escenario en el que 'los cuatro fantásticos' sean capaces de cohabitar sin que surjan luchas de egos y fluya la necesaria armonía entre ellos para que el resultado ofrezca más que la suma de las partes será uno de los principales desafíos que tendrá que encarar Carlo Ancelotti en su sexta temporada al frente del transatlántico merengue, la cuarta consecutiva.

El técnico italiano, experto en encajar las piezas de cualquier puzle, abrochó una renovación que parecía imposible la campaña pasada renunciando al sacrosanto 4-3-3 para configurar un diamante en el centro del campo que potenciase la llegada desde segunda línea de Bellingham y multiplicando la capacidad de sacrificio de sus soldados a fin de elevar la solidez defensiva, en vista de que el Real Madrid carecía de un 'killer' capaz de resolver partidos por sí mismo. Ahora regresará al esquema con tres puntas en respuesta a las demandas de un plantel que ha ganado colmillo en ataque, pero que ha perdido a su metrónomo.

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Ganar y deslumbrar

La retirada de Toni Kroos, el hombre que marcó el compás durante un decenio legendario, arroja la principal incógnita sobre este Real Madrid que parece todopoderoso. Sin recambio por la sencilla razón de que no existe un medio que se asemeje ni remotamente al germano, los blancos avientan tiempos de mayor tranco y menos refinamiento. Valverde recoge el '8' que dejó libre el volante de Greifswald y Bellingham está llamado también a asumir algunas de sus funciones, pero ni el uruguayo ni el británico, y mucho menos los todavía algo irregulares Tchouaméni y Camavinga, disponen de características similares a las que adornaban al teutón, lo que parece anticipar menos control y más toma y daca por parte de la tropa de Chamartín.

Atrás, la marcha de Nacho al fútbol saudí y la lenta recuperación de David Alaba zahieren el bloque defensivo de un conjunto en el que Rüdiger parte como cacique de la retaguardia, a la espera de que Militao recupere el nivel que exhibió antes de romperse el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. No sucede lo mismo con Thibaut Courtois, cuyo sobresaliente regreso en la recta final de la pasada temporada confirmó que seguirá teniendo mando en plaza para desaliento de Lunin, al que vuelven a cerrársele las puertas de la titularidad.

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Salvo salida de última hora, el ucraniano deberá aguardar su turno como miembro de una robusta segunda unidad en la que despuntan espadas tan floridas como las de Brahim, el recién llegado Endrick o Arda Güler. Completado a base de golpes su periodo de aprendizaje, el prodigio otomano protagonizó un remate portentoso de campaña y reforzó aún más sus credenciales con una lucida Eurocopa que ha elevado su estatus. Su zurda de seda reclama minutos de gloria en citas de tronío, pero la competencia se ha visto recrudecida. Bendito problema para Ancelotti, cuyo equipo, además de a ganar, está obligado esta vez a deslumbrar.

Carlo Ancelotti. Scott Kinser (Efe)

El sistema (4-3-3)

Después de una temporada con rombo mentiroso en el centro del campo y dos extremos natos formando dupla ofensiva, Ancelotti regresará al clásico 4-3-3. Para ello, el italiano devolverá la condición de interior a Bellingham, aunque con mucha libertad de movimientos para el todocampista británico, y apostará por continuas permutas de posición en la delantera.

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