El Real Madrid estira la cabeza

El dúo conformado por el delantero de Moaña y el extremo de Sanlúcar de Barrameda ha recuperado la química que deparó días de vino y rosas al Celta en la campaña 2015-2016, cuando el conjunto gallego, tutelado por entonces por Eduardo Berizzo, terminó sexto en la Liga y alcanzó las semifinales de la Copa del Rey. Rota su alianza un curso después con la marcha del gaditano al Manchester City, nada volvió a ser lo mismo en Vigo, ni siquiera tras su reencuentro en el verano de 2019. Pero el aterrizaje del Chacho ha restablecido su asociación con unos números que meten miedo: cinco goles y otras tantas asistencias del '10' en los últimos siete enfrentamientos; cuatro tantos en esos mismos choques del '9', que no se había estrenado hasta el cambio de guardia en el banquillo.

Quebrar el gran momento ofensivo por el que atraviesa el Celta, que cerró el mejor mes de diciembre de su historia con dieciséis goles a favor y solo dos en contra, será uno de los retos que habrá que afrontar el Real Madrid para convertir en circunstancial su traspié del miércoles en el Martínez Valero. Corneados otra vez por un rival de la zona baja de la tabla, los blancos intentarán redimirse para no perder comba respecto a un Atlético que parte con dos puntos de ventaja y dos partidos menos que el batallón de Zidane.

Los rojiblancos apenas muestran fisuras y hay poco margen de error, por lo que Zidane volverá a encomendarse a su bloque de confianza, ese que armó para las finales frente al Sevilla, el Borussia Mönchengladbach y el Atlético y que apenas ha tocado por obligación en forma de sanciones o lesiones.

Fallido el enésimo intento de recuperar a Marcelo para la causa, el marsellés devolverá a Mendy al costado izquierdo de una retaguardia en la que entrará Nacho por el problema estomacal que hace ser baja a Sergio Ramos. Arriba se mantendrá Asensio en la izquierda, dejando en el banquillo a Hazard, que tuvo trece minutos para rodarse frente al Elche en los que apenas se dejó notar. El belga, que sí brilló contra el Celta el año pasado, confía en hacer borrón y cuenta nueva tras un año aciago. «Lo queremos y él también lo quiere. Eden ha venido aquí para demostrar el jugador que es y confiamos mucho en él», proclamó Zidane, que avisó del gran nivel de su rival. «Están jugando muy bien y han ganado seis partidos de siete. Nosotros queremos hacer un buen encuentro a pesar de que será complicado. Es una oportunidad para demostrar el equipo que somos», señaló.

La escuadra celeste no gana a domicilio al Real Madrid en Liga desde la campaña 2006-2007 y ha sucumbido en siete de sus últimas ocho visitas a los blancos, aunque el año pasado arrancó un meritorio empate gracias a una diana de Santi Mina en la recta final del partido disputado en el Santiago Bernabéu. Coudet tiene las bajas por lesión de Juncá, Sergio Álvarez y Emre Mor, y aún no podrá contar con el recién incorporado Aarón Martín, lateral izquierdo procedente del Mainz que tendrá que esperar a la apertura del mercado de fichajes el lunes para poder ser inscrito en el campeonato.

El Real Madrid se desquitó de su

El cruce de dos de los conjuntos más entonados del campeonato auguraba un encuentro atractivo. Lo fue desde el inicio porque ninguno juega con cadenas. Coudet ha convertido al Celta en un equipo sin complejos. No se puede decir que la envergadura del rival hiciese variar un ápice su estilo en el Alfredo Di Stéfano al cuadro vigués, que salió a morder al Real Madrid con una presión muy aguerrida.

No tenían los blancos a Sergio Ramos, su defensor con mejor trato de balón, por lo que cualquier robo podía conllevar oro. Cerca estuvo de extraerlo el bloque olívico casi a la primera. Cazó Aspas el esférico en zona venenosa y burló a Courtois con una picadita, pero Nacho salvó 'in extremis'. La réplica de la escuadra de Zidane se hizo sentir de inmediato. Percutió Asensio por la izquierda y oteó a Lucas Vázquez en el segundo palo, donde centró el balear para que el gallego cabecease a la red tras ganarle la espalda a Olaza.

El mazazo no distrajo al Celta, empeñado en armarse en torno a la posesión. El conjunto gallego administra bien los tiempos. Calmado cuando toca y con un punto de aceleración cuando aparecen los espacios. El guion tampoco incomodaba al Madrid, muy vertical para aprovechar la pradera que dejaba la defensa adelantada de los visitantes.

Cegado por el centro, el Celta buscaba el peligro por las bandas, pero el Real Madrid respondía con su versión más aplicada. Sin Sergio Ramos, tenía otra prueba de fuego la dupla Varane-Nacho, pero volvió a solventarla con suficiencia, como en San Siro.

El paso de los minutos bajó el ritmo, que no la intensidad del pleito. Escaseaban pese a ello las ocasiones, con un centro que tocó en Varane antes de poner en apuros a Courtois como mejor aproximación viguesa y un zapatazo de Carvajal desde fuera del área, similar a aquel con el que 'vacunó' al Atlético pero que se fue por centímetros, representando el aviso más serio del Real Madrid antes de que llegase el intermedio.

Incidió el Celta en su propuesta a vuelta de vestuarios. Paciencia con el balón a la espera de que la zaga de Real Madrid se desordenase. El problema es que perdió su mejor baza enseguida. Atajó Nacho en falta una carrera de Aspas que entrañaba mucho peligro a costa de ganarse la amarilla. La pierna del delantero de Moaña resultó dolorida y no le quedó otra que marcharse antes de tiempo a vestuarios. Fue el inicio de

La diana de Asensio hizo crecer al Real Madrid, que pudo sentenciar en un remate de Benzema que salió mordido. Al Celta no le quedaba otra que volcarse para acortar distancias y el equipo de Zidane disfrutaba a la contra. Coudet retiró a Nolito, también con problemas físicos, para dar entrada a Baeza, mirlo blanco que dejó un gran recuerdo en su paso por La Fábrica y que estuvo a punto de recortar la diferencia con un remate que blocó Nacho.

Alistó Zidane a Hazard para dar un