Sólo el fin del martirio alivia al Real Madrid

Mucho ha sufrido la parroquia blanca con la añoranza de un pasado reciente en el que vio tocar el cielo a su equipo. Afrentada por lo que interpretaba como un escarnio excesivo derivado no sólo de la marcha de la totémica figura de Cristiano Ronaldo sino también de la abulia con que se conducían algunos de quienes fueron lugartenientes del crack luso, la hinchada madridista se ha pasado jornadas haciendo sentir su hastío en una campaña en la que ha sido testigo de cuatro derrotas ligueras en su propio feudo. Los silbidos al mortecino juego de los blancos han sido la nota dominante. Pero este domingo los pitos podrían tornarse en aplausos a quienes entregaron con su eliminación ante el Ajax un cetro que portaron más de mil días como reyes de Europa.

Así al menos lo espera Zinedine Zidane, que no ha logrado reconducir a sus pupilos tras asumir la penitencia de once partidos sin nada en juego a cambio de remodelar la plantilla en verano a su gusto. Al contrario que su predecesor en el cargo, un Santiago Solari que defenestró a pesos pesados del vestuario, el marsellés ha defendido contra viento y marea a la vieja guardia, recordando una u otra vez el rosario de gestas que protagonizó. Y aunque ha terminado por asumir la necesidad de que algunos partan en el mercado estival, sigue reivindicando la conveniencia de que la afición tenga memoria.

Por ello el partido contra el Betis no se perfila abonado a los experimentos de jornadas precedentes sino que se presenta como un homenaje a los futbolistas que encadenaron 'orejonas' sin tregua. Para quienes partirán con el cariño del Bernabéu, caso de un Keylor Navas que esta vez sí saldrá por mucho que el técnico siga sin confirmarlo, y para quienes se marcharán sin el debido reconocimiento como Bale, al que el francés indultó tras dejarle fuera en las dos últimas convocatorias. Ambos saben ya que no regresarán como locales al coliseo de Chamartín, a diferencia de otros cuya continuidad está en el alero, casos de Isco, Nacho o Lucas Vázquez, que también podrían contar con minutos para despedirse por si acaso.

Con Sergio Ramos, Mariano y Odriozola convalecientes aún de sus respectivas dolencias, a los que se sumó Ceballos con una sobrecarga muscular en el cuádriceps derecho, Zidane no podrá contar tampoco con Vallejo y Casemiro, ambos sancionados, por lo que podría dibujar un once con hasta siete de los titulares en las dos últimas finales de la Champions además de Nacho, presente en la de Kiev, y Bale, protagonista señalado en la capital ucraniana. Valverde, que se ha ganado la confianza del técnico, apunta a ancla de la medular mientras que Vinicius podría aliviar con la titularidad sus penas tras quedarse fuera de la Copa América. «Queremos despedirnos de nuestros aficionados con un buen partido y una victoria. Ha sido un año complicado y quiero transmitir a toda la gente que pensamos en el próximo año y vamos a volver con ilusión y trabajo para que estén orgullosos de los jugadores», dijo Zidane este sábado.

Sumido en el debate sobre la continuidad de Quique Setién tras una campaña en la que el Betis no ha visto satisfecho su anhelo de competir en Europa el próximo curso, el conjunto verdiblanco aspira a reivindicarse en el Santiago Bernabéu con un triunfo de prestigio. El preparador cántabro llega con las bajas de Joaquín por sanción y de Canales y Barragán, con los que el cuerpo técnico prefiere no arriesgar. Junior Firpo, cuyas evoluciones han seguido de cerca en Chamartín durante los últimos meses, tendrá oportunidad de lucir sus virtudes ante Zidane, con Cristian Tello como posible recambio de Joaquín en la banda derecha y Loren, mucho más entonado que un Jesé que podría disputar sus últimos minutos como verdiblanco en la que un día fue su casa, en la delantera.

Con su

En un encuentro planteado como

Fue sin embargo Vinicius el que provocó los primeros murmullos encimando a Pau López en una acción en la que el cancerbero tuvo fortuna de no servirle en bandeja un tanto que permitiese al brasileño resarcirse de su

Lo Celso orquestaba con finura, sacando de posición a Nacho, lo que abría una profunda grieta en la retaguardia local. Mandaba el cuadro de Quique Setién, al que sólo le faltaba precisión en el último pase.

Mejoraron los blancos cuando Modric se conectó al duelo. El croata aportaba la calma que le faltaba a sus compañeros, mientras

Subieron líneas los blancos tras el entreacto, con Benzema más participativo en las descargas y Vinicius chisposo. El brasileño sentó a Mandi pisando el balón con maestría pero

Y entonces llegó el gol del Betis. Filtró una bola Lo Celso que pilló a contrapié a la defensa blanca. La recogió Guardado, que

Acudió Zidane a Isco mientras Setién recurría a Jesé, aplaudido en la vuelta a la que fue su casa. Y fue el cántabro el que se llevó el gato al agua con la