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Bellingham y nada más. Así puede resumirse el desempeño del Real Madrid en lo que va de curso a tenor de los resultados y las sensaciones, que acreditan la peligrosa dependencia del todocampista inglés que tiene el equipo de Carlo Ancelotti y ponen de manifiesto ... la falta de escuderos a la altura de su sensacional inicio de temporada. Sin la recurrente pegada del '5', los blancos se quedaron secos el domingo frente al Rayo Vallecano, sufrieron su tercer resbalón en la presente campaña y dejaron al refrescante Girona sin nadie que le discuta el protagonismo en lo alto de la tabla.
El Real Madrid desplegó toda su artillería sin lograr dañar al combativo Rayo en un partido en el que el conjunto de Chamartín monopolizó la posesión durante gran parte del choque y contabilizó 22 remates, aunque solo cinco de ellos se dirigieron entre los tres palos. Valverde malogró un mano a mano con Dimitrievski en los albores del pleito y Joselu dispuso de otras dos buenas ocasiones para desnivelar la balanza sin que el cancerbero macedonio tuviese que ir a recoger el balón del fondo de sus redes.
Los blancos acabaron el encuentro con un doble pivote y cuatro futbolistas de neto perfil ofensivo, pero sus reiterados intentos de abatir el muro franjirrojo resultaron estériles y se quedaron sin marcar por primera vez desde que la temporada alzase el telón, perdiendo una buena ocasión de poner tierra de por medio respecto al Atlético, dilapidando parte del botín que obtuvieron en el clásico celebrado en Montjuic y perdiendo comba con un Girona que ya sueña con emular al Leicester campeón de la Premier League en 2016.
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Los tres traspiés que ha sufrido el Real Madrid en las doce primeras jornadas de Liga tienen un denominador común: en ninguno de esos partidos ha marcado Bellingham. El cuadro de Chamartín cayó frente al Atlético en el Metropolitano por 3-1 con tanto de Kroos, empató a uno en el Sánchez-Pizjuán con diana de Carvajal e igualó a nada con el Rayo. El otro enfrentamiento en el que el centrocampista de Stourbridge no vio puerta fue el disputado ante la Real Sociedad en el Santiago Bernabéu y que concluyó con triunfo local por 2-1, después de que Valverde y Joselu revirtiesen el tanto inicial de Barrenetxea. Aquella fue la excepción que confirmaba la regla: no hay paraíso para el Real Madrid sin gol de Bellingham.
El cegador brillo del británico ha venido ocultando defectos que quedaron al trasluz el domingo. El más alarmante de todos es la lacerante falta de pegada de Vinicius y Rodrygo. El fluminense acumula tres goles y dos asistencias en once partidos, frente a los siete tantos y tres entregas decisivas que registró en el inicio de la pasada campaña. El descenso en las prestaciones del paulista es aún más acusado: dos dianas y una asistencia en doce apariciones, cuando el año pasado acreditó cinco goles y tres pases decisivos en el mismo número de intervenciones.
El cambio de sistema ha potenciado a Bellingham pero perjudica a los dos extremos brasileños, que cuentan con menos espacios y reciben muchas veces de espaldas. Son diferenciales trazando diagonales desde las bandas, pero les cuesta más asociarse por dentro. Además han perdido la figura protectora de Benzema, aorta del ataque de los blancos en las últimas campañas. El lionés engrasaba la ofensiva y rebosaba pólvora. Sin su colmillo y capacidad para alimentar al resto de comensales, el menú le sale demasiado caro a un Real Madrid que pudo echarle el lazo en verano al voraz Harry Kane para mantener intacto el plan pero prefirió seguir esperando a Mbappé, en contra de los deseos de Ancelotti.
Al técnico italiano le quedó poco margen de maniobra y, de momento, le están fallando sus dos futuribles atacantes en la 'Canarinha'. Vinicius tira de su habitual persistencia para desequilibrar, pero carece de un referente que aproveche el desconcierto que genera en las zagas rivales. Rodrygo, ofuscado de cara a portería, está encerrado en un laberinto mental del que solo podrá salir a base de goles. Sin la imprescindible contribución realizadora de uno y otro este Real Madrid está condenado a caminar sobre el alambre y rezar por la salud de Bellingham, que sufrió una luxación en el hombro izquierdo ante el Rayo que le hace ser seria duda para el duelo del miércoles en la Champions contra el Braga en el Santiago Bernabéu.
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