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En un momento de la temporada en el que se ve privado de cinco de los futbolistas que estaban destinados a tener un rol preponderante en vísperas de que el curso alzase el telón, el Real Madrid presume de un doble liderato en la Liga ... y en la Champions que demuestra que la plantilla es más profunda de lo que muchos analistas pronosticaban en verano. Las lesiones han golpeado con virulencia al conjunto de Chamartín, que tiene en el dique seco a figuras troncales como Courtois, Militao, Tchouaméni, Camavinga y Vinicius, amén de otros jugadores de enorme calidad como Modric o Arda Güler, llamados también a desempeñar un papel importante en el devenir de los acontecimientos. Pero ese reguero de contratiempos físicos no está restando poderío al cuadro de Carlo Ancelotti, que acredita 17 victorias en los 20 partidos oficiales disputados hasta la fecha y una sola derrota, la que sufrió a finales de septiembre en el Metropolitano. Un sobresaliente primer tercio de campaña que se explica por múltiples factores. Entre ellos, y no menor, la tremenda jerarquía de sus dos mariscales germanos: Antonio Rüdiger y Toni Kroos.
El central berlinés y el metrónomo de Greifswald volvieron a lucirse en la cómoda victoria de su equipo el sábado frente a un manso Granada, que le sirvió al Real Madrid para mantener el cuerpo a cuerpo con el Girona en la cabeza de la tabla. Rüdiger lideró la retaguardia de una escuadra que solo ha encajado nueve goles en las quince jornadas de Liga celebradas y Kroos ofreció otro recital en la dirección del juego y abrió el camino del triunfo con una asistencia magistral que Brahim aprovechó para sellar su tercera diana de la temporada. El malagueño le pagó el regalo lustrándole esa bota derecha que más bien parece una varita mágica.
Fue el quinto pase de gol que repartía Kroos en lo que va de Liga, uno más de los que contabilizó en la última edición del campeonato doméstico y en la mitad de encuentros que disputó entonces. Con Valverde guardándole las espaldas en las citas de la última semana, el teutón está ofreciendo un fútbol exuberante a sus 33 años que invita al aficionado blanco a pensar no ya que sea «insustituible», como dijo Ancelotti tras el duelo frente al Granada, sino que resulta 'injubilable'.
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El '8' ha participado en 19 de los 20 partidos del Real Madrid y ha disputado íntegros los cinco últimos encuentros, mostrando una resistencia física que le ha servido a su equipo para compensar las bajas en esa parcela del campo de Tchouaméni y Camavinga. Contra el Granada su figura se agigantó hasta el punto de establecer su plusmarca de pases en un choque liguero (132) y convertirse en el jugador del Real Madrid que recuperó más balones frente al cuadro nazarí (nueve).
¿Qué hace único a Kroos?, le preguntaron luego a Ancelotti en sala de prensa. «No falla pases, lo primero. Siempre elige la mejor opción. Quiere el balón, no teme la presión, se orienta siempre bien. Lo mejor es su orientación, su control, siempre está en el sitio correcto cuando recibe», aseveró el técnico. «Me encuentro bien. Tengo el ritmo que necesito y la confianza, como siempre», explicó el mediocentro, que suma 171 encuentros a las órdenes del preparador de Reggiolo, lo que le convierte en el decimoquinto futbolista que más veces ha empleado Carletto en una carrera en los banquillos que anda ya por los 1.266 enfrentamientos.
Kroos ha sido uno de los pretorianos de Ancelotti en las cinco temporadas que lleva el transalpino al frente del Real Madrid. Una categoría en la que ha ingresado también Rüdiger este curso. El ex del Chelsea partía como teórico tercer central al inicio de la temporada, pero la gravísima lesión de Militao le entregó las llaves de la titularidad y el berlinés ha acabado erigiéndose en el jefe de la defensa, junto a Carvajal. Solo se ha perdido un partido y encabeza el ranking de kilometraje acumulado con 1.660 minutos, a los que hay que añadir otros 540 con Alemania.
Tal vez necesite un respiro, pero ni Ancelotti ni Julian Nagelsmann parecen dispuestos a prescindir de un zaguero que se está mostrando inexpugnable. Así que, por el momento, Rüdiger tendrá que aprovechar sus escasos ratos libres para ver a los leones en el zoo, una de las actividades predilectas en el tiempo de ocio del hombre que terminó de meterse en el bolsillo a la afición del Real Madrid con aquel férreo marcaje a Haaland en la ida de semifinales de la última edición de la Champions.
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