La lesión de Alaba pone en otro brete a Ancelotti

El italiano se queda solo con dos centrales disponibles de cara a las semanas venideras y rogando porque Nacho y Rüdiger, tocado también ante Las Palmas pero cuyas molestias en la parte superior del gemelo derecho parecen haberse quedado en un susto pese a que este jueves se ejercitó por precaución en el gimnasio de Valdebebas, no pillen un simple resfriado. El contratiempo, otro más en una sucesión de reveses, vuelve a situar el foco sobre los alarmantes déficits en la planificación deportiva del club de Chamartín en verano que han deparado una plantilla claramente descompensada con la que ahora debe lidiar el técnico de Reggiolo.

«Lo de Alaba es un problema en el aductor y no creo que esté el sábado», dijo Carletto al término de un encuentro que volvió a pasar factura en el apartado físico a un equipo que anda corto de efectivos en varias parcelas del campo y tiene que medirse este fin de semana al Girona, el sorprendente líder de Primera que tiene maravillados a propios y extraños con su trepidante propuesta futbolística.

De confirmarse las previsiones, Alaba permanecerá entre dos y tres semanas en el dique seco, lo que le haría perderse citas tan sensibles como la visita al Nápoles en el Diego Armando Maradona del próximo martes o el duelo frente a Osasuna en el Santiago Bernabéu. El objetivo es que esté disponible después del parón de selecciones, cuando el Real Madrid visitará en el espacio de seis días a Sevilla, Braga y Barça.

Hasta entonces, Ancelotti deberá hacer malabarismos en el eje de la retaguardia. A la ausencia de Alaba se suma la ya consabida de Éder Militao, quien se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda en la primera jornada de Liga y se perderá casi toda la temporada. De esta forma, Carletto únicamente dispone de dos centrales puros y se verá obligado a tirar de la cantera para servirle escuderos a Nacho y Rüdiger o incluso sacar el tubo de ensayo para reconvertir a otros futbolistas en caso de que el alcalaíno o el berlinés sufran algún percance.

Todo ello porque, a diferencia de lo que sucedió cuando Courtois se rompió también el cruzado, el Real Madrid optó por no acudir al mercado en respuesta a la lesión de Militao. En los despachos confiaban en la fiabilidad que ofrecían los tres centrales restantes y la polivalencia de varios jugadores como Mendy, Carvajal o Tchouaméni a los que Ancelotti podría recurrir de forma puntual para coser un eventual roto en el eje de la defensa. Una decisión cuanto menos cuestionable teniendo en cuenta que Alaba se perdió trece partidos la temporada pasada por lesión y otros diez en la campaña anterior también por motivos físicos.

Además, cabe recordar que el Real Madrid dejó salir a Mario Gila y Rafa Marín, los dos centrales del Castilla a los que los técnicos de la 'casa blanca' veían con más opciones de alcanzar el primer equipo. El catalán se marchó traspasado en 2022 a la Lazio y el andaluz salió cedido al Alavés este verano. Los más habituales ahora en el filial que entrena Raúl González son Marvel y Carrillo, a los que Ancelotti ha recurrido ya en varios entrenamientos pero que no tienen todavía el cuajo de los anteriores.

Ahí nace el pecado original del que emanan muchos problemas del actual Real Madrid, que puso casi todos los huevos en la misma cesta -un centro del campo superpoblado que arroja ya las primeras malas caras entre quienes chupan banquillo con más asiduidad de la acostumbrada- y desprotegió la defensa y, sobre todo, un ataque con pocas balas.