Odegaard, la eterna promesa frustrada

El talentoso futbolista se marcha sin haber respondido a las expectativas que despertó su fichaje en enero de 2015, cuando apenas contaba 16 años. Los blancos salieron vencedores en el cortejo de los grandes de Europa a un chaval que despuntaba en el Stromsgodset por su depurada técnica, fruto de horas de entrenamiento a la vera de su padre, Hans Erik, un antiguo mediocentro reconvertido a entrenador que llegó a trabajar en Valdebebas como parte del acuerdo que permitió al club de Chamartín imponerse a otros postulantes como el Bayern de Múnich, el Liverpool o el Arsenal.

El Real Madrid desembolsó unos tres millones de euros por los servicios del adolescente nacido en Drammen, que ya por entonces había debutado con la selección absoluta de Noruega, convirtiéndose a sus 15 años, 8 meses y 10 días en el jugador más joven en enfundarse la elástica de los vikingos.

También en el Real Madrid reventó un registro de precocidad cuando Ancelotti le dio la alternativa ante el Getafe en la última jornada de la Liga 2014-15. Relevó a Cristiano Ronaldo en el minuto 58 de un encuentro que concluyó con victoria de los blancos por 7-3. Contaba 16 años, 5 meses y 6 días, lo que le permitió desplazar a Alberto Rivera (17 años y 111 días cuando se estrenó en 1995) como el jugador más joven en vestir la elástica del Real Madrid en Liga. Aquel hito fue fruto de una decisión de la directiva, tal y como expuso el propio Ancelotti en un libro publicado cuando el transalpino ya había cerrado su primera época en el club.

Pero su meteórica carrera se frenó a su llegada a la capital española. Se curtió durante dos temporadas y media en el Castilla, donde coincidió con Zidane. Solo volvió a aparecer en un partido de la Copa del Rey 2016-17 ante la Cultural Leonesa, antes de marcharse cedido a la Eredivisie, primero al Herenveen y luego al Vitesse. Fue en este último equipo donde empezó a refrendar las cualidades que le habían convertido en una de las mayores promesas del fútbol europeo, con 11 goles y 12 asistencias en 39 partidos que le valieron el regreso a España.

Se afianzó en la Real Sociedad, donde protagonizó un inicio explosivo en el curso 2019-20, llegando a ser elegido como el mejor futbolista de la Liga en el mes de septiembre. Sus prestaciones fueron tan buenas que al término de aquella campaña, que cerró con siete goles y nueve asistencias, Zidane le reclamó para el Real Madrid, pese a que su deseo y el de la Real Sociedad era que continuase fogueándose otro año en San Sebastián. Pero el reencuentro con el marsellés no funcionó bien. El técnico se mantuvo fiel al triunvirato Casemiro-Modric-Kroos y apenas le dio minutos: 367 repartidos en nueve partidos antes de que el nórdico solicitase irse en enero con destino al Arsenal.

En el Emirates sí encontró un técnico que apostase por su fútbol vertical. Aunque no dejó grandes números –dos goles y dos asistencias en 20 encuentros-, Mikel Arteta le elogió en numerosas ocasiones y pidió un esfuerzo al club para convertirle en pilar de los 'gunners'. Firma hasta el 30 de junio de 2026 y el Real Madrid se guarda un derecho de tanteo, aunque no hay opción de recompra.

Atrás quedan once partidos con el primer equipo del Real Madrid en los que Odegaard no ha marcado ni repartido asistencias. Un flojo bagaje para un futbolista que llegó como estrella en ciernes y se va más de un lustro después sin haber explotado la calidad que atesora. Su salida refuerza a Isco y Ceballos, que sin el de Drammen podrán tener más minutos. También aumenta la caja del club, que ya vendió a Varane al Manchester United por 40 millones y cuenta con suficiente tesorería para realizar un esfuerzo final por Mbappé en caso de que el PSG se avenga a negociar por el crack.