El menor que llamó «mono» a Vinicius en Vallecas alcanza un acuerdo y se disculpa

El menor de edad que profirió insultos racistas contra Vinicius en el estadio de Vallecas el pasado 18 de febrero ha alcanzado un acuerdo extrajudicial de resarcimiento con el jugador y con LaLiga por el que cumplirá 40 horas de trabajos socioeducativos indicados por la Fiscalía de Menores en materia de prevención de la violencia y educación en valores, deberá pagar la multa de Antiviolencia y no podrá entrar a ningún estadio durante un año para asistir a partidos de competición oficial. Además el joven, que llamó «mono» al futbolista del Real Madrid, se ha disculpado con el brasileño y ha mostrado arrepentimiento por su conducta en una carta enviada al '7' y a LaLiga.

La cruzada de Vinicius contra el racismo vuelve a dar sus frutos. Desde el pasado mes de junio, son ya cuatro los procedimientos que han derivado en el castigo de los autores de los insultos racistas de los que ha sido objeto el extremo del Real Madrid, ya sea en la jurisdicción penal o en la de menores, recuerda el club de Chamartín.

El Juzgado de Instrucción numero 10 de Valencia imponía el pasado 10 de junio penas tipificadas como un delito contra la integridad moral (artículo 173.1 del Código Penal) a los tres aficionados que fueron identificados en las gradas del estadio Mestalla profiriendo insultos racistas contra Vinicius durante el Valencia-Real Madrid celebrado el 21 de mayo de 2023. «Proferir insultos o realizar gestos racistas en un estadio de fútbol de LaLiga tiene consecuencias penales», recordaba aquella sentencia que establecía para esos tres condenados una pena de ocho de meses de prisión, así como la imposibilidad de acceder a un estadio de fútbol durante dos años y el pago de las costas del procedimiento.

«No habrá grito o cántico racista en un estadio sin condena penal», advertía tres meses después el presidente de LaLiga, Javier Tebas, tras conocer la sentencia contra un hincha del Mallorca al que se le impuso un año de prisión y tres de prohibición de entrada a los campos de fútbol por insultos racistas dirigidos contra Vinicius y contra Samu Chukwueze durante dos partidos de Liga disputados en Son Moix en febrero de 2023 y en los que el cuadro bermellón se midió de forma consecutiva al Real Madrid y al Villarreal, equipo este último al que por entonces pertenecía el actual jugador del Milan. Se trataba de la segunda sentencia condenatoria por insultos racistas durante partidos en el fútbol español y la suspensión de la pena de privación de libertad quedó supeditada a que el acusado, que se disculpó y mostró su arrepentimiento con una carta dirigida a Vinicius, participase en un programa de igualdad de trato y no discriminación.

Durante el mes de octubre, la Policía Nacional detuvo a cuatro personas responsables de una campaña de odio contra Vinicius en redes sociales. Los arrestados incitaron a acudir al derbi disputado el pasado 29 de septiembre en el Metropolitano ataviados con mascarillas para proferir insultos racistas a Vinicius. Un año antes, cuatro ultras del Atlético fueron acusados por colgar una muñeca hinchable con la camiseta de Vinicius de un puente fingiendo su ahorcamiento.

«En los últimos tres meses ya hemos conseguido meter a tres o cuatro personas en la cárcel y hacerles pagar por el delito que cometieron. Estamos en el camino correcto. Juego en España, donde sufrí mucho y todavía sufro a veces», resaltaba Vinicius en una entrevista concedida recientemente a los medios oficiales de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) con motivo del Día de la Conciencia Negra.

El Real Madrid se ha puesto al servicio del internacional brasileño en el combate de una lacra que mancha al fútbol, al igual que ha hecho también LaLiga no solo con Vinicius sino con todos los futbolistas que se han visto degradados en base a su raza.

Uno de los últimos casos se produjo en el clásico disputado el pasado 26 de octubre en el Santiago Bernabéu, donde Lamine Yamal también fue víctima de gritos racistas que llevaron a la Policía Nacional a detener a tres personas, una de ellas menor de edad, como presuntas responsables de un delito contra la integridad moral.

«¡Puto negro!», «¡Puto moro!», «¡Vete al semáforo a vender pañuelos!» o «¡Mena de mierda!» fueron algunos de los intolerables cánticos que se escucharon aquel día en el coliseo de Chamartín después de que Lamine Yamal certificase la goleada del Barça (0-4) y acudiese a festejar el tanto con Raphinha frente a uno de los fondos del estadio. Las imágenes de aquellos hechos, recogidas por los móviles de espectadores asistentes al partido y de las televisiones con derechos, ayudaron a identificar a los detenidos, después de que LaLiga, el Barça y el Real Madrid presentasen sus denuncias.

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