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Kylian Mbappé ha puesto en guardia a París Saint-Germain y Real Madrid. La fracturada relación del astro francés, buque insignia del club parisino incluso por encima de Neymar y principal objeto de deseo de los blancos, y el técnico Thomas Tuchel ... alarma a la cúpula que encabeza Nasser Al-Khelaifi y mantiene en alerta a la planta noble del Santiago Bernabéu, que monitoriza cada movimiento de un delantero cuyo contrato expira en junio de 2022 y sigue sin atender las ofertas de renovación.
El encontronazo del pasado sábado entre el atacante de Bondy y el preparador alemán cuando éste le relevó en el minuto 69 del partido de liga frente al Montpellier fue el último episodio de una lista de rifirrafes que contraponen la ambición del punta de convertirse en el mejor jugador del mundo y la determinación de su entrenador y la dirección deportiva del PSG de poner orden en el vestuario.
La falta de sintonía entre rector y pupilo comenzó a manifestarse en octubre de 2018, cuando Tuchel castigó con la suplencia al delantero y a su compañero Adrien Rabiot, hoy en la Juventus, por llegar tarde a una charla técnica. El germano llevaba unos meses al mando pero provocaba recelos de la estrella. Mbappé concluyó con 39 goles en 43 partidos una campaña en la que el PSG gobernó la Ligue 1 con puño de hierro pero en la que volvió a despeñarse en la Champions. Con el curso finiquitado, avisó de que estaba preparado para «asumir más responsabilidades», ya fuera en el PSG o en «otro sitio». Al-Khelaifi dio portazo a la salida de un prodigio al que había reclutado en 2017 pagando 180 millones de euros al Mónaco, pero advirtió en una entrevista a 'France Football' de que corrían nuevos tiempos para las veleidades de sus hasta entonces mimados astros.
La pretensión de Mbappé de que el proyecto del PSG gire en torno a su figura ha vuelto a toparse esta temporada con la firmeza de Tuchel. Al teutón no le ha temblado la mano a la hora de cambiarle, provocando tres sonoros desplantes del atacante. El primero cuando le relevó el pasado 4 de diciembre en un partido de Liga contra el Nantes, el segundo al sustituirle tres días después en la victoria frente al Montpellier también en la Ligue 1 y el último el pasado sábado, el mismo día en que el futbolista daba 'me gusta' a publicaciones de Benzema, Sergio Ramos y Vinicius celebrando el triunfo del Real Madrid en el derbi.
El '7' considera que el preparador aplica un doble rasero con sus figuras, tras haberse tenido que marchar al banquillo por decisión técnica en cinco ocasiones mientras Neymar sólo lo ha hecho en una. El domingo trataron de limar asperezas, pero según fuentes cercanas al vestuario citadas por 'L'Equipe', el futbolista no se disculpó por su desaire, aunque sí habría reconocido a gente de su entorno que la reacción fue exagerada.
Como telón de fondo aparecen los reiterados intentos del PSG de renovar a quien está llamado a recoger el testigo de Messi y Cristiano Ronaldo como gran referente del fútbol en los años venideros. Mbappé percibe unos 18 millones de euros al año. Al-Khelaifi estaría dispuesto a situarle en el mismo escalón que Neymar, con un salario neto de 36 millones anuales durante seis temporadas. Pero el punta sigue dando largas y medita la conveniencia de abandonar esa 'jaula de oro' en la que vive.
Como escribía Nelson Mandela, se siente amo de su destino y capitán de su alma. «El Madrid me esperará», le habría dicho al por entonces vicepresidente del Mónaco cuando en 2017 prefirió fichar por el PSG en lugar de escuchar los cantos de sirena que llegaban del Bernabéu. Los blancos alcanzaron un principio de acuerdo para reclutarle, pero la operación se truncó por la continuidad de Bale y la convicción de Mbappé de que en París tendría unos minutos para seguir creciendo que en Madrid estarían muy caros.
«Mbappé siempre dijo que su deseo era jugar en el Real Madrid», recordó Zidane el pasado mes de noviembre. Unas declaraciones que provocaron la furia del PSG. «Este no es el momento de tocarlo y desestabilizarlo», replicó Leonardo. El marsellés, que había alertado del talento de su compatriota cuando todavía era un niño, volvió a la carga semanas después: «Le conozco y yo estoy enamorado de él desde hace mucho tiempo».
Zidane ambiciona tener a Mbappé y Florentino Pérez anhela convertirle en otro de sus 'galácticos'. Pero las relaciones con el PSG son extraordinarias y el mandatario no quiere pisar ningún callo. Cocina el fichaje a fuego lento, con el verano de 2021 como horizonte. De no renovar antes, le restaría un año de contrato y será el momento de ir a la carga. En enero de 2022 sería libre de negociar sin cortapisas y salir gratis seis meses después. El Real Madrid jugaría entonces la misma carta que con Hazard, sacado el pasado verano del Chelsea a cambio de 100 millones de euros ya que su vínculo con los 'bleus' expiraba en 2020. La hoja de ruta está trazada y no variará, a menos que Mbappé altere los plazos.
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