La Liga abraza a sus jóvenes estrellas

Los noveles del Valencia, equipo en el que despuntó también el británico Yunus Musah a sus 17 años y ocho meses y dejó alguna duda más Vicente Esquerdo (21 años), inclinaron de su lado la victoria en una jornada inaugural del campeonato marcada de igual modo lejos de tierras levantinas por la savia nueva que pugna con fuerza por materializar el cambio de guardia que apunta a vivir el fútbol español en otra temporada marcada por la pandemia del coronavirus. Y es que a falta de fichajes de relumbrón, los clubes aguardan que sus estrellas emergentes den un paso al frente que les permita capear el temporal, a la espera de tiempos en los que sea posible tirar de nuevo de la chequera.

Al reto respondieron con gran desparpajo en otros campos muchos de los que están llamados a brillar con signo propio esta campaña. Lo hizo Miguel Baeza, prometedor centrocampista de 20 años criado en La Fábrica del Madrid que el Celta reclutó este verano a cambio de 2,5 millones de euros por el 50% de su pase y al que Óscar García dio la alternativa relevando a Brais Méndez en el último tramo del choque ante el Eibar que concluyó con tablas en Ipurua. También Luis Milla, quien a sus 25 años se estrenó en Primera con un golazo que certificó el triunfo del Granada ante el Athletic, 36 años después de que su padre hiciera lo propio en un Barcelona-Zaragoza. Sufrió su notable actuación el conjunto de Gaizka Garitano, en el que Jon Morcillo (21 años) dejó buenas sensaciones en su puesta de largo formando en el costado zurdo de la línea ofensiva y donde también hizo acto de presencia en los estertores del duelo Unai Vencedor (19 años).

Zorrilla vivió asimismo el estreno goleador en Primera de Roberto López, otro chaval de 20 años que solo había dispuesto de 50 minutos en la campaña anterior y que celebró su primera titularidad con la Real Sociedad marcando la diana que dio un valioso punto al cuadro de Imanol Alguacil frente al Valladolid, sacando partido de un error de Jordi Masip en el lanzamiento de una falta.

De minutos de calidad gozaron en el Estadio de La Cerámica Rafa Mir (23 años), Jaime Seoane (23 años) o Joaquín Muñoz (21 años), futbolistas del Huesca a los que recurrió Míchel para sacar un meritorio empate ante un Villarreal convocado a grandes empresas esta temporada de la mano de Unai Emery y en el que el japonés Take Kubo (19 años) salió en la recta final, sin tiempo apenas para demostrar por qué es uno de los jugadores que más ilusión despiertan para el porvenir del Real Madrid, vista la gran campaña que completó como cedido en el Mallorca.

El conjunto merengue comenzará precisamente este domingo la defensa del título midiéndose a la Real Sociedad, donde hizo sus prácticas con honores Martin Odegaard. El noruego (21 años), única cara nueva en la plantilla de Zinedine Zidane junto al portero ucraniano Andriy Lunin (21 años), es uno de los principales puntales de esa joven camada destinada a tomar el relevo más pronto que tarde de los Leo Messi, Karim Benzema, Diego Costa y compañía, junto al rojiblanco Joao Félix (20 años), los barcelonistas Francisco Trincao (20 años), Riqui Puig (21 años), Pedri (17 años) o Ansu Fati (17 años), y los también madridistas Rodrygo (19 años) y Vinicius (20 años).

Figuras en ciernes todas ellas a las que la crisis económica motivada por la covid-19 obligará a madurar más rápido de lo previsto. El paulatino crecimiento que podrían haber tenido en temporadas anteriores, a la sombra de veteranos experimentados y de estrellas incorporadas a golpe de talonario, se verá acelerado por lo insólito de una situación que ha reducido el margen de maniobra en la confección de las plantillas. Jóvenes aunque sobradamente preparados, de su buen hacer sobre el césped dependerá que no se les escape una oportunidad nacida de la necesidad y el poder de convocatoria de un campeonato que abraza la juventud como pocas veces en el pasado más reciente.