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Daniel Panero
Sábado, 9 de marzo 2024, 14:13
Lamine Yamal y Pau Cubarsí son en este momento la alegría del barcelonismo. Uno en cada área, con habilidades distintas, pero los dos se encargaron el viernes ante el Mallorca de levantar a un Lluis Companys que parecía congelado ante un nuevo partido gris ... de su equipo en casa. A los 16 y 17 años, respectivamente, estos adolescentes han logrado no solo hacerse un hueco en la primera plantilla azulgrana, no solo meterse en el once habitual de Xavi, sino ser dos pilares de un club histórico como el Barça.
«No podemos ser injustos. Gündogan, Cancelo, Iñigo Martínez o Ter Stegen también han estado bien. Pero ellos dos son diferenciales. Lamine, sin hacer su mejor partido, ha sido diferencial. Pueden marcar una época», aventuró Xavi tras la victoria contra el Mallorca, a cuatro días de la vuelta de octavos de Champions frente al Nápoles. Al técnico del Barcelona no le quedó otra que deshacerse en elogios ante sus dos alumnos más aventajados, dos jugadores cuya fecha de nacimiento parece un error en el carnet de identidad a tenor de la personalidad que demuestran cada semana.
Y es que Lamine Yamal y Cubarsí demostraron una vez más tener personalidad a raudales. El primero lo hizo queriendo la pelota cuando más quemaba. Se ofreció en todo momento para encarar a su par, fue una solución ante el bloqueo de otros jugadores con más peso como Joao Félix o Raphinha y terminó decidiendo el encuentro con una acción de crack total que asombró al Lluis Companys, que por un momento vio a Leo Messi haciendo diabluras en el costado diestro. «No le benefician las comparaciones. Cualquiera a quien se le compare con Messi sale perdiendo. Es el mejor futbolista de la historia, así que es mejor no compararle«, reclamó Xavi tras el choque para rebajar la presión sobre su joya más preciada.
No fue el caso de Javier Aguirre, que con su naturalidad habitual lanzó un piropo a su verdugo. «A Messi lo vi cuando estaba con el juvenil del Barça. Lo vi cinco minutos y era una rata, no paraba de marcar goles. Este pinta para rata también el sinvergüenza. Es jovencito, aquí trabajan bien con los jóvenes y si sigue así va dar muchas más alegrías en Can Barça«, afirmó el técnico mexicano, sabedor de que Lamine Yamal se había encargado él solito de desequilibrar un partido que parecía condenado a terminar sin goles.
Lamine Yamal apareció de forma decisiva en un área, mientras que en el otro lo hizo un jugador que prácticamente no comete fallos. Pau Cubarsí se comporta como aquel que lleva una década haciendo su trabajo. No yerra, no cambia el gesto de la cara y transmite la seguridad de que conoce el oficio como pocos. Tiene todas esas cualidades y las lleva a cabo con apenas 17 años recién cumplidos. En un abrir y cerrar de ojos se ha consolidado como un central solvente que puede disputar el puesto a jugadores como Koundé, Araujo o Iñigo Martínez. «No ha perdido un duelo, es espectacular», dijo de él un asombrado Xavi.
Y así fue. En esta ocasión formó en la zaga con Iñigo Martínez y entre los dos se vieron las caras con la que probablemente sea la pareja de delanteros más física de toda la Liga. Cyle Larin y Vedat Muriqi ofrecieron una pelea constante con los dos centrales y, para su sorpresa, se toparon con un adolescente que no solo no rehuía de los enfrentamientos, sino que supo salir victorioso de todos ellos. Cumplió con esa ardua tarea y todavía tuvo tiempo para ser importante con el balón en los pies en una de las cualidades más demandadas en el Barcelona. Cubarsí tiene todo para marcar una época en un club que, por sus cualidades, le viene como anillo al dedo.
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