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Los dos fichajes más caros en la historia del Real Madrid se han convertido en un quebradero de cabeza para Florentino Pérez. Eden Hazard ha completado otra temporada desastrosa que ha venido a ratificar esa condición de estrella de cristal que otrora ... detentase Gareth Bale. Ha cerrado su segundo curso en la capital española con 21 partidos disputados, uno menos que los que jugó en su primera campaña, marcando solo cuatro goles. Apenas ha despuntado en un apartado: el número de días que ha estado de baja (174).
A ello se suma la desafortunada imagen que dejó riendose con sus excompañeros del Chelsea sobre el césped de Stamford Brige, después de que los blancos consumasen su eliminación en semifinales de la Liga de Campeones. Una estampa que fue tan mal acogida por el madridismo como aquella otra en la que Bale sujetaba una bandera de su país rotulada con el lema «Gales. Golf. Madrid» que daba cuenta de su presunto orden de prioridades.
Mientras que el verano anterior prevalecía la convicción de que Hazard enderezaría el rumbo una vez dejase atrás sus percances físicos, ahora se espera que una convincente actuación en la Eurocopa aliente ofertas.
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Óscar Bellot
Mientras tanto, Bale parece dispuesto a agotar el año de contrato que le resta con el Real Madrid. El 'Expreso de Cardiff' ha dejado buenos números en su campaña como cedido en el Tottenham, pero los 'spurs' no quieren asumir su ficha. En la 'casa blanca' se ansía un adiós definitivo que alivie la tesorería, pero el futbolista no dará facilidades y su agente, Jonathan Barnett, tampoco.
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