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Después del empate sin goles entre el Real Madrid y el Rayo Vallecano en el Santiago Bernabéu el entorno blanco veía el vaso medio vacío. El problema físico de Jude Bellingham en el hombro izquierdo y su versión discreta en la segunda mitad ante los ... hombres de la franja dejaron seco al conjunto de Carlo Ancelotti, incapaz de encontrar las cosquillas a un rival que se defendió con orden y voluntad en su visita a Chamartín.
La dependencia absoluta del inglés en el apartado goleador era una evidencia. Trece tantos entre Liga y Champions frente a las cinco dianas de Joselu, las tres de Vinicius y las dos de Rodrygo. Preocupante monopolio del poder ofensivo madridista, más aún cuando el ex del Borussia Dortmund se cayó del partido ante el Sporting de Braga por sus problemas físicos.
Sin el referente en ataque del Madrid, todos los ojos se fijaron en los brasileños, a los que se pedía un paso al frente para aportar alternativas en el camino blanco hacia el gol. Con el factor Brahim añadido, Vinicius y Rodrygo cumplieron en Champions contra el conjunto portugués. Entre los tres encontraron un sinfín de combinaciones y su movilidad desbordó al Braga con un tanto de cada uno.
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Así las cosas, la visita del Valencia, con Bellingham otra vez fuera de juego, era la reválida definitiva sobre la cuestión del gol en el Real Madrid. De nuevo Carletto apostó por Vinicius y Rodrygo en vanguardia, sin Joselu y con Brahim más retrasado, pegado al costado izquierdo. Con el aliciente añadido del reencuentro entre el '7' blanco y el Valencia después del desagradable episodio de Mestalla la temporada pasada, la dupla 'verde-amarela' convirtió el Bernabéu en un sambódromo improvisado.
Bien es cierto que colaboró la falta de contundencia de una zaga valencianista endeble, pero Vinicius reinó en la fiesta y se reivindicó con una auténtica exhibición de desborde y regate que desembocó en un doblete. Suma ya seis tantos y cuatro asistencias en su haber en lo que va de temporada, números más acordes a los de las dos últimas campañas, en las que acabó firmando 22 y 23 tantos, respectivamente.
El fluminense fue la gran estrella de una noche que también reconcilió con la fortuna del gol a su compatriota Rodrygo. Casi tres meses acumulaba el paulista sin ver puerta en Liga, desde la primera jornada ante el Athletic en San Mamés. Se había quitado parte del peso de la sequía en los dos encuentros de Champions ante el Braga, pero los dos goles frente al Valencia en la segunda parte suponen la redención definitiva frente al arco adversario.
«Eran momentos complicados, pero ahí estuvo el míster para darme su confianza», valoró el '11' hace unos días tras ser preguntado por su complicado inicio de campaña. «Es verdad que estoy en mi mejor momento, pero tenemos que seguir trabajando. Estamos en una muy buena línea y queremos seguir así», señaló después del triunfo contra el Valencia. Sus cinco dianas y cuatro asistencias a estas alturas de curso son ya registros más cercanos a las 19 de la temporada pasada y junto al balance de Vinicius tranquilizan a Ancelotti a la espera del retorno de Bellingham.
«Han vuelto a su mejor nivel. Necesitaban solo tiempo para volver a expresar su mejor calidad. En los últimos dos partidos lo han hecho muy bien, combinando bien, buscando espacios...», valoró el técnico italiano, que hace algunos días motivaba a los brasileños asegurando que acabarían marcando más goles que Bellingham. Será difícil si el centrocampista mantiene su idilio realizador. Por el momento viajará a Inglaterra para ser evaluado de sus problemas físicos y hará trabajo específico durante el parón de selecciones con el objetivo de estar listo a la vuelta.
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