El desplome de Benzema enciende el debate del nueve

El objetivo de la entidad que preside Florentino Pérez es encontrar un futbolista que conceda al francés el descanso necesario para llegar en plena forma a los partidos decisivos, pueda servir como revulsivo saliendo desde el banquillo y ofrezca un perfil complementario al del ex del Olympique de Lyon para aquellas citas que requieren de un tipo de ariete más clásico.

Todo ello, por supuesto, a un coste asumible, ya que el Real Madrid tiene previsto efectuar un gran desembolso este verano para reclutar a Jude Bellingham y no está dispuesto a afrontar otras operaciones que mermen sensiblemente la tesorería salvo que Kylian Mbappé o Erling Haaland se pongan a tiro. Algo que en ningún caso ocurrirá hasta ese periodo estival de 2024 que el club tiene coloreado de rojo en su agenda.

Desde la marcha de Cristiano Ronaldo, el peso ofensivo del Real Madrid ha pasado por las botas de Benzema. El francés marcó 30 goles en la campaña 2018-19, 27 en la 19-20 y 30 en la 20-21. El curso pasado elevó su caudal ofensivo a 44 tantos y 15 asistencias, unos datos estratosféricos que catapultaron a su escuadra al doblete Liga-Champions y elevaron al delantero al olimpo del Balón de Oro.

Sin embargo, el ritmo estajanovista que ha mantenido Benzema desde que recogiese el testigo de Cristiano como buque insignia del Real Madrid está haciendo mella en un atacante que el 19 de diciembre cumplirá 36 años. Esta temporada se ha perdido quince partidos por motivos físicos, frente a los once de la campaña anterior, los ocho de la 20-21 o los tres de la 19-20.

Lastrado por esos continuos parones, ha reducido su aportación a 29 goles y seis asistencias, siendo especialmente significativa la caída de sus prestaciones en la Champions: de las 15 dianas con las que alfombró el camino a la Decimocuarta, diez de ellas en la fase de eliminatorias, ha pasado a cuatro en la edición que terminó en el Etihad para un Madrid al que no le basta con el crecimiento de Vinicius y Rodrygo.

Carlo Ancelotti ya anticipó lo que podría ocurrir en caso de que se produjese un bajón de Benzema, motivo por el que solicitó el fichaje de otro delantero el pasado verano, dada la nula contribución de Mariano. Pero el club, temeroso de realizar otra apuesta fallida como la de Jovic, consideró que no había opciones atractivas en el escaparate porque los arietes de primer nivel cotizan a precio de oro.

Doce meses después, el análisis es otro. La directiva asume que Benzema necesita un escudero que allane la transición a la espera de que Endrick, el joven diamante del Palmeiras que aterrizará en Chamartín en 2024, sea capaz de refrendar las expectativas que ha levantado o, sobre todo, se produzca la ansiada llegada de Mbappé o Haaland. Por esa razón, tiene ya algunos nombres sobre la mesa.

Uno de ellos, según adelanta Relevo, es el de Joselu, delantero del Espanyol criado en La Fábrica, cuñado de Carvajal y máximo goleador español de la presente Liga con 15 tantos. Gustan su poderío en el juego aéreo, olfato y capacidad para jugar de espaldas a los zagueros.

Con un perfil muy distinto al de Benzema, podría ser un buen desatascador y, a sus 33 años, encajaría dentro de esa idea de encontrar una figura transitoria antes de abordar un fichaje estratégico como el de Mbappé o Haaland, cuyo poder de seducción sobre Florentino Pérez aleja otras opciones de calado como las de Harry Kane, Victor Osimhen, Dusan Vlahovic, Kolo Muani o Gonçalo Ramos. Ejecutar cualquiera de ellas obligaría a tirar la casa por la ventana y tendría difícil cohabitación con el último baile de Benzema, pero el Real Madrid no puede permitirse otra campaña con el lionés como único nueve puro.