La precariedad económica del Barça, que le impide competir en materia de fichajes y contratos con los grandes de Europa, hará que Xavi Hernández pierda a Ousmane Dembélé, un jugador de carácter controvertido pero a quien el técnico catalán recuperó hasta convertirle en uno de ... los faros del proyecto que inició el curso pasado. Ante el temor de quedarse más pronto que tarde sin Kylian Mbappé, la clave de todo en este mercado estival, resulta que el PSG ha movido ficha para llevarse al extremo francés, una petición expresa de Luis Enrique, que ya ha conseguido pescar en su exequipo al portero Arnau Tenas, libre desde que no renovó el pasado 30 de junio.
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La operación relámpago que terminará con Dembélé en el Parque de los Príncipes tiene una explicación sencilla. Por una de esas cuestiones extrañas que clubes y agentes firman en los contratos, la cláusula de rescisión del futbolista era de 50 millones hasta la medianoche de este 31 de julio y el doble a partir del 1 de agosto. Además, de esos 50 millones la mitad le corresponden a Dembélé y a su representante. Una condición que se volvió contra el Barça y que le obliga a negociar, como mal menor, porque el jugador le ha pedido una salida pactada y amigable, no por las bravas. Solicitud a la que los culés han respondido que sí al diálogo pero con un plazo de cinco días para poner negro sobre blanco.
El pesimismo se instauró en la expedición del Barça desplazada a Dallas ya antes del clásico del sábado saldado con un rotundo aunque engañoso 3-0 favorable a los culés ante el Real Madrid. Ya se sabía entonces que el PSG iba en serio a por uno de los jugadores más desequilibrantes del mundo en el uno contra uno, siempre que le respeten las lesiones. Al Barça solo le quedaba la baza de Xavi para intentar convencer a Dembélé de que es una de las piedras angulares de un campeón de Liga que este curso se ha puesto el reto de dar un salto de calidad para poder competir de tú a tú entre la nobleza europea.
«Soy feliz en el Barça, esto es una familia», dijo Dembélé a mediados del mes pasado. Cuando le cuestionaron cómo iban las negociaciones para su renovación, la respuesta destilaba optimismo: «Va muy bien. El Barça quiere que renueve hasta 2027 y mi representante hablará con ellos. Yo estoy feliz con el equipo y también en mi casa, en Barcelona». Es más, el 29 de junio, Moussa Sissoko, agente del jugador, se reunió con Mateu Alemany, director deportivo del Barça y con Jordi Cruyff, para comunicarles que estuvieran tranquilos porque Dembélé no ejecutaría la cláusula de rescisión al 50% en las rebajas de dos meses que se establecieron cuando el galo se comprometió con el Barça hasta el 30 de junio de 2024.
Ese optimismo, sin embargo, derivó en pesimismo en las últimas horas, tras comprobar que el órdago del PSG iba muy en serio porque ofrecía a Dembélé el doble que el Barça, una cantidad astronómica que ronda los 30 millones brutos y la que nunca puede igualar el club presidido por Joan Laporta. Y porque desde el propio club parisino comunicaron a los dirigentes culés su deseo de negociar un traspaso. Dembélé, tras solicitar a las partes que hablen y acuerden, decidió al final viajar con sus compañeros a Las Vegas, donde el Barça disputará su último partido de la gira americana a las 5 de la mañana del miércoles, hora peninsular española, ante el Milan.
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El delantero, todavía de solo 26 años, quiere irse porque la oferta es irrechazable, pero a través de su entorno comunicó al Barça su deseo de hacerlo de buena manera, no por la vía abrupta y unilateral, aunque completamente legal, de depositar su cláusula en la sede de LaLiga. Un trámite que siempre puede retrasarse unas horas por cuestiones burocráticas y generar todavía más controversia y enemistad entre los clubes, fraguada desde el 'clausulazo' de Neymar en 2017 y agravada cuando Messi se fue gratis a París en 2021.
Dembélé está muy agradecido a Xavi, con el que disfrutaba de sus mejor momento desde que hace seis años llegó al Barcelona, que abonó al Borussia Dortmund 105 millones más 40 en variables de los que ya ha pagado 30. Los 10 restantes se los ahorrará el club azulgrana puesto que eran en caso de ganar dos Champions con el anterior contrato el que venció el 30 de junio de 2022.
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Tras unas horas de feliz resaca del clásico en el Barça, los responsables del club se acostaron ya el domingo convencidos de que el francés se marchaba. Compañeros de Dembélé ya deslizaron a los enviados especiales que siguen al Barça en EE UU que el Mosquito les había confirmado su marcha.
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