Gil Manzano le roba el foco a Vinicius y provoca otro escándalo

Dos goles del brasileño, silbado cada vez que entraba en contacto con el cuero, permitieron que el equipo de Carlo Ancelotti igualase un dos a cero en contra y sacase al menos un punto de un estadio maldito para sus intereses. Hugo Duro y Yaremchuk habían puesto tierra de por medio en la primera parte castigando dos errores groseros del cuadro visitante en el corto espacio de tres minutos. Pero el '7' del Real Madrid recortó distancias al borde del intermedio y selló las tablas en el segundo tiempo.

El Valencia, que clamó en el desierto por un inexistente penalti sobre Hugo Duro y perdió a Diakhaby por una preocupante lesión sufrida al caer Tchouaméni encima de la pierna del central de forma fortuita, rozó el tercero por dos veces en las botas de Peter Federico, aunque fue el Real Madrid el que concretó la diana que le hubiera dado el triunfo de no mediar la intervención de Gil Manzano con una decisión que hará correr ríos de tinta y alimentará los vídeos de Real Madrid Televisión hasta el fin de los tiempos.

El regreso de Vinicius a Mestalla ofrecía al duelo abundante material inflamable ya de entrada, pero lo cierto es que el choque tardó casi media hora en coger temperatura. Lo hizo con un tanto de Hugo Duro tras un mal golpeo de Fran Pérez que se envenenó al tocar en el delantero. El gol del exmadridista, precedido por un error de Valverde en la salida y otro aún más condenable de Vinicius ante Foulquier en la esquina, hizo palidecer a un Real Madrid mejor compuesto hasta ese momento y puso el termostato por las nubes.

Porque los visitantes, que habían logrado rebajar el ardor inicial del Valencia aplicando mucha pausa en la circulación, se quedaron tan anonadados que sirvieron enseguida el segundo en bandeja a un Valencia muy vivo. Esta vez fue Carvajal el que precipitó el drama con una temeraria cesión a Lunin, quien se vio superado en la porfía por su compatriota Yaremchuk sin que cupiese atribuirle culpa alguna al cancerbero, abocado al desastre por un lateral cándido.

Desenfocado por un Valencia de espíritu reivindicativo, el Real Madrid pasó un tramo apurado pero recobró el pulso justo antes del descanso. Un centro desde la derecha de Carvajal acabó en las botas de Vinicius después de que un ligero toque en el cuerpo de Javi Guerra lo desviase lo justo para desconcertar a Mamardashvili y otro de Rodrygo lo amansase lo necesario para que el '7' visitante embocase a placer.

La mecha de Vinicius encendió al Real Madrid, que regresó del entreacto envuelto en llamas. Mamardashvili salvó un gol cantando de Bellingham, cuya capacidad para parar el tiempo cuando se adentra en el área se asemeja a la que atesoraba Emilio Butragueño, después de que Vinicius mandase alto otro disparo con mucha dinamita. Tanta chispa asustó a Baraja, que retiró a Canós para reforzar la correa en el centro del campo con la inclusión de Guillamón y alistó a Diego López a costa de sacrificar a uno de los goleadores de la noche, Yaremchuk. El enmascarado canterano estuvo a punto de firmar el tercero, pero Lunin le cerró el paso facturando otra intervención milagrosa que daba vida extra a su equipo.

Movió ficha igualmente Ancelotti. Con un ojo puesto en Mestalla y otro en la Champions, el italiano concedió descanso a Kroos y a Rodrygo a la vez que ofrecía carrete a Brahim y a Modric. Una dupla de reservistas que acarició el empate con un imaginativo remate del malagueño tras servicio del croata que salió rozando el palo. Quemaron sus últimas naves tanto Ancelotti como Baraja, el primero reclutando al velocista Fran García y al pertiguista Joselu y el segundo llamando a filas al exmadridista Peter Federico y a Amallah, antes de que Vinicius pusiese el empate rematando de cabeza un centro de Brahim. Su actuación bien merecía todo el protagonismo, pero en esas apareció Gil Manzano para echar más leña al fuego.